Capítulo 4 "Atrás Gustav"

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Nuevo capítulo por aquí, siento la tardanza, pero aquí está una nueva actualización.

Ok, este capítulo sí se sale más del guion inicial de como ocurrieron las cosas en "carrera al borde", pero no me importa xd yo necesitaba que pasara algo así en la serie. Espero lo disfruten.

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POV. Normal

Han pasado tres años desde que los jinetes de dragones hicieron las paces con los Marginados, y ahora, establecidos en la orilla del dragón, lejos de Berk, tenían como único enemigo a Dagur.

Siendo de mañana, las cosas parecían estar tranquilas, al menos eso creyó el castaño, quién estaba en su cabaña investigando todas las clases de dragón que mostraba el ojo del dragón que recientemente había tomado de un barco abandonado.

-Veamos, si combinamos la gema de pesadilla monstruosa más la de furia nocturna, tenemos.... nada- dijo en un suspiro de decepción.

Y, justo cuando estaba probando otra combinación, Astrid apareció frente a su puerta.

- ¡Oh! clase Astrid- mencionó Hipo con una pequeña risa, debido a que la luz del ojo del dragón la alumbraba.

-Hipo, tenemos un problema, un gran problema- exclamó la rubia dejando de lado el comentario gracioso que hizo su amigo.

- ¿Dagur? -preguntó dejando también de lado el tema anterior.

-Peor...

- ¿Qué puede ser peor que Dagur?

Pero antes de que la Hofferson pudiera responderle algo, una pesadilla monstruosa aterrizó en la entrada de la cabaña del líder de los jinetes, derribando con fuerza a Astrid en el proceso.

- ¡Ha llegado Gustav amigos míos! -exclamó el chico pelinegro con alegría.

- ¡Quítame a tu dragón de encima! -exclamó Astrid con molestia desde el suelo.

- ¡Perdón Astrid! -exclamó Gustav antes de mover a su dragón.

- ¡Astrid! ¿Estás bien? -preguntó el castaño con preocupación ayudándola a ponerse de pie.

-No fue como me imaginé mi mañana, pero estoy bien- exclamó la chica con una pequeña sonrisa, haciendo que Hipo le regresara el gesto.

Dicho eso, el resto de jinetes llegó a la cabaña de Haddock corriendo para contarle la terrible noticia de la llegada del pelinegro, pero al ver la escena que tenían delante, supieron que no hacía falta contar algún detalle.

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Nadie se esperó que Gustav llegaría a la orilla del dragón de manera sorpresiva y mucho menos ese día. Pero en tan solo un par de horas, dieron por hecho que controlar al chico era bastante complicado para cualquiera de los jinetes y como Hipo no podía cuidar de él, llamó a la única persona en quién confiaba para que le echara una mano con el problemita.

- ¿Para qué me buscabas Hipo? -preguntó Astrid llegando a su cabaña.

-As... necesito pedirte un favor ¿podrías cuidar a Gustav por mí? -informó lo más calmado posible para que la noticia no le cayera de golpe a su amiga.

-Un minuto... ¿por qué tengo que cuidarlo yo? -preguntó la rubia con el ceño fruncido.

-Lo haría yo, pero es que estoy haciendo grandes descubrimientos con el ojo del dragón.

- ¿Y luego? yo también tengo cosas que hacer Haddock- mencionó cruzándose de brazos mientras le veía con seriedad.

-Bueno, se lo prometí. Cuando llegara el momento, lo entrenaría para ser un jinete, pero nunca pensé que ese momento sería hoy- comentó esperando que así lo apoyara.

¿Siempre? SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora