O C H E N T A I O C H O

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Intento moverme en la cama pero no podia, abro un ojo y miro que tengo a Leah pegada a mi como una garrapata, suspiro y miro mi hombro, que estaba todo mojado por la saliva de Leah.

—Iuuuuugg— grito mientras la empujo reiteradas veces, haciendo que esta despierte.

—Que te pasa— dice Leah mientras se acomoda abrazando una almohada.

—Me dejaste babeado el hombro, y huele mal— digo quitandome la polera.

—Te da asco mi saliva pero no cuando William y tú intercambian microbios— dice poniendo cara de asco aún con los ojos cerrados.

Me río y voy a mi closet y saco una polera.

—Tomarás desayuno?— digo mientras me hago una cola alta.

Al no recibir respuesta, baje a la cocina y me tome un té con canela, ya que aún estoy delicada del estomago, tome mis libros y me puse a estudiar.

Mientras escribía y marcaba los más importante, llegan Bob y Dogman todos mojados, suspiro mirando el recorrido de agua por donde pasaron.

—Por que esta todo mojado— pregunte Leah mientras baja las escaleras.

—Adivina— digo mientras señalo con la mirada a mi par de perrunos.

Leah de ríe.

—Yo tambien quiero— dice corriendo a la piscina, mientras que Bob y Dogman corren detrás de ella.

Al cabo de unos minutos los 3 están secandose al sol.

—Que tal si comemos en el centro comercial hoy? Asi nos distraemos un poco— dice mientras se seca el cabello.

—Claro, igual queria ir al centro comercial, quiero ver frazadas y cubrecamas nuevos— digo mientras limpio el charco que quedo en la cocina.

Leah subio y se vistió rápidamente, y salimos al centro comercial.

Por suerte no habia tanta gente al momento de llegar, deje el auto estacionado al lado de la entrada y nos bajamos.

—Ire a recoger unas cosas que compre a una tienda, donde nos juntamos?— pregunta Leah.

—Estare en la tienda que esta aqui al lado de la entrada— le digo apuntando la tienda con mi mano.

—Genial, nos vemos en unos minutos, no tardo— dice guiñandome un ojo y caminando hacía el otro lado.

Ingreso a la gran tienda mientras voy sacando sábanas, ya que me estresa que la mayoria sean negras o grises.

Después pase a ver los cubrecamas, ya que comenzó el verano y necesitabamos unos más delgados, llegue a la caja con todas las cosas en un pequeño carro.

Sali de la tienda satisfecha con mis elecciones y me llego un olor dulce que provocó que se me hiciera agua la boca, miro a mi izquierda y veo el local de cabritas, miro buscando a Leah con la mirada, aún no termina.

Compro una bolsa mediana de cabritas acarameladas con una botella de agua, para no sentirme culpable despues, al comer cada bocado hacía un mini baile de felicidad, hace tiempo no comia algo tan rico, seguía comiendo mientras estaba en mi celular hasta que meti mi mano a la bolsa, sintiendo que solo quedaban migajas.

—Que puerca eres, nisiquiera me dejas—

Miró hacia arriba y veo a Leah con 6 bolsas.

—Si quieres compramos otra, tenia ganas de comer cabritas— digo mientras boto la bolsa.

Caminamos a la salida para ir a la tienda de batidos y más con otra bolsa de cabritas, ya que Leah insistió en que también quería, mientras me contaba lo enojada que estaba cuando le dijieron que sus pedidos no estaban en el sistema.

Mi vecino y sus tatuajes (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora