CAPÍTULO 02

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Eso es lo que le había dicho su maestra aquella vez. Ya habían pasado cinco meses en donde ella había tenido que partir de Konoha, tenía la gran responsabilidad de no soltar ni una sola palabra a ninguno de sus amigos sobre su misión y cada cosa que la conformaba.

El único que sabía todo, era su sensei, Kakashi. Ni Naruto tenía la mínima idea, así que cuando se enteró de lo que había "hecho" Sakura, se puso fatal, armó tal escándalo para ir a buscarla que la misma Tsunade con varios Anbus más, se vieron obligados a dejarlo inconsciente para evitar que vaya tras su compañera de equipo.

Aunque conociéndolo, estaba segura de que no se habría rendido con una sola vez de intentarlo. Sentía tanta tristeza por él, ellos habían sido aún más cercanos después de la partida de Sasuke. Y ahora que ella lo dejaba al igual que el pelinegro, no quería ni imaginarse qué hubiera pasado si el que estuviera en lugar de ella fuera el rubio y en el lugar de Naruto fuera ella la que no sabía nada sobre porqué otro de sus amigos se marchaba "sin explicaciones" de la aldea.

Quedaría devastada sin duda. Aunque todo por un bien mayor, se repetía constantemente cuando perdía las fuerzas necesarias como para continuar con el papel que se había montado para realizar la misión con el mínimo margen de error.

Incluso había adoptado otra imagen. Desde el año pasado se había dejado crecer el cabello hasta los hombros porque quería verse distinta. Pero ahora con todo lo de la misión, Tsunade le había aconsejado que se lo deje largo por si las cosas con Kane no terminaban muy amigables. Ahora su cabello lo llevaba hasta unos centímetros arriba de la cintura y ya no llevaba la banda de Konoha, por obvias razones.

Para manchar su nombre Kakashi y Tsunade le habían aconsejado ir a las aldeas donde no haya tanta fuerza militar y ocasionar desastres, dejar de ser tan buena gente y optar una actitud más convenenciera.

Le había costado, ya que ser amable era parte de ella, pero con un gran esfuerzo hasta podía convencer a alguien que no la conociera que siempre fue así.

Durante los cinco meses, ella los había pasado divagando entre aldeas pequeñas, recordando siempre acercarse más a la aldea de la lluvia. Hasta que por fin llegó, ese día por fin pisó el suelo de su destino.

Escuchó la lluvia salpicar el piso por donde caminaba. Los charcos de lodo manchaban levemente los dedos de sus pies. El agua en ese lugar era verdaderamente abundante, tan típico de una aldea que tenía por nombre tal. Ya había escuchado antes: "Su cielo siempre llora".

Era el momento indicado, ahora que ya no era conocida como "Sakura, la ninja de Konoha y discípula de la quinta" 

Traía la capucha puesta y le cubría todo lo que tenía que hacerlo. "Cómo en tan pocos meses pude cambiar tanto la percepción de los demás hacia mí", pensaba. Ya que ahora ella, Sakura Haruno era conocida como una desertora.

Entró a una tienda de té, donde se sacó la capucha de su cabeza para observar una vez más la foto que Tsunade le había dado del tal Kane.

—Al menos no es feo. —Pensó en voz alta. El chico era de tez clara, con ojos negros y cabello castaño. Pero ahora lo complicado sería encontrarlo. No podía ir a visitarlo directamente a su castillo o de lo contrario podría sospechar sobre las intenciones que ella traía entre manos. Además de que Tsunade le había advertido que debía de ser lo más cuidadosa posible en esa misión, porque de haber un margen de duda en la mente de Kane, que lo hiciera cambiar sus decisiones para mal de Konoha, significaría el fallo de su misión y con eso el inicio a una nueva guerra del país del fuego. —Que fastidio...

—¿Qué te fastidia, preciosa? —Escuchó la voz de un hombre detrás de ella y, al voltearse no podía creer la buena suerte que podría tener en algunas ocasiones. No supo qué le picó o que cosa comió, pero estaba muy segura que algo había hecho bien para que la vida fuera menos hostil con ella en ese momento.

PASAR TUS BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora