O6. Diferente.

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Tres copas de vino no fueron suficientes para distraer la atormentada mente de Jimin, quien ni siquiera sabía que era lo que lo tenía intranquilo

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Tres copas de vino no fueron suficientes para distraer la atormentada mente de Jimin, quien ni siquiera sabía que era lo que lo tenía intranquilo.

Quizás era el saber que tendría que regresar a casa solo, durante la noche, y no era un recorrido exactamente corto.

O quizás era el casi sepulcral silencio que se instaló en la mesa, además de los estridentes sonidos de los cubiertos y palillos rozando con los platos.

No sabía que le irritaba más, realmente.

Estaba más que acostumbrado a hablar a la ahora de la cena, compartir sus vivencias del día con sus padres y escuchar las de ellos. Era el pequeño momento del día en el que realmente se sentía en paz.

Pero el hecho de estar cenando en un lugar al que nunca había frecuentado, con prácticamente un completo desconocido justo a su lado, y no saber cómo sacar algún tema de conversación, estaba torturándolo.

A diferencia de Min, quien durante casi toda su vida permanecía en silencio a la hora de comer. Desde la muerte de sus padres, no tenía con quién hablar en la mesa. Sin hermanos o algún familiar cercano o recurrente, acostumbraba a comer en "paz", como él lo llamaba.

Yoongi era consciente de la incomodidad de su acompañante. A lo largo de sus años como monarca se había topado con infinidades de personas, y con ello, muchas personalidades diferentes entre ellas. Le era relativamente fácil discernir a los demás, en algunas ocasiones. Con el indescifrable omega a su lado, le fue bastante difícil adivinar si era el desagrado que demostraba hacia personas de alto rango, incluyéndolo, o si se debía a alguna otra causa.

Los ojos del castaño no parecían querer demostrar algo; ningún sentimiento era sencillo de percibir. Su ceño levemente fruncido le daba un aire de seriedad que nunca había visto en otro omega.

Pero claro, los gloriosos aromas naturales, capaces de transmitir cualquier sensación de su portador, estaban allí. El dulce aroma a frambuesa danzaba por la estancia del gran comedor real, justo como un dulce tranquilizante, mezclándose con el ambiente usual que Yoongi ya conocía. La evidente estela de aroma de Jimin, hasta donde el pálido había podido sentir, cambiaba de cierta forma el lugar, volvía los aires más ligeros, sin duda alguna. Aunque aquello no era algo que el gran alfa líder de Daechwita estaba dispuesto a aceptar, a pesar de las constantes protestas de su lobo, protestas que ni siquiera estaba seguro de entender.

Después de todo, no es como si el delicioso aroma del chico pudiese cortar la tensión que el silencio había impuesto.

Ya no quedaba comida en el plato del líder, y en lugar de ponerse de pie y dar por concluido aquel día, reafirmó su espalda en el respaldo de la silla y cruzó sus brazos a la altura de su pecho, analizando al interesante espécimen que se alimentaba de una forma que podría considerarse lenta. Y a pesar del evidente escrutinio del pálido sobre sí, el omega no le devolvió la mirada hasta que el contenido de su plato terminó en su estómago.

Daechwita | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora