Intentémoslo [Marichat].

Capítulo tres

— ¡Se me está haciendo tarde Tikki! —gritó desesperada Marinette, corriendo de un lado a otro en su habitación en busca de sus botas negras— Chat está por llegar y aún no estoy lista. Mis padres me van a colgar por hacerlo esperar.

—Tranquila Marinette, si quieres termina de peinarte en lo que yo busco tus botas.

—Gracias Tikki, no sé qué haría sin ti. 

La azabache decidió hacerse una trenza de lado, dejando su flequillo y unos cuantos mechones sueltos, y una vez su amiga rojiza encontró el calzado, ésta se lo colocó y después jaló un abrigo rojo, el cual se puso mientras bajaba las escaleras. 

Ya habían pasado algunos días desde que había invitado a Chat Noir a su casa para ver una película, pero sobre todo, ya había pasado un mes desde que comenzaron a salir, por lo tanto el chico, para agradecerle a Marinette por haberlo invitado aquella vez y para celebrar la importante fecha, les pidió permiso a los padres de ésta para que lo acompañase a hacer un picnic nocturno en el parque. 

Durante ese mes, los chicos no se habían visto más que cuatro veces, bueno, al menos como el súper héroe y la civil, ya que Adrien siempre veía a Marinette en la escuela, y Ladybug siempre veía a Chat Noir en el patrullaje o las peleas. Así que se mensajeaban a diario cada que tenían tiempo, cosa que les permitió ver más allá de lo que ya conocían acerca del otro, y les hizo generar una relación más estrecha.

No obstante, las veces que tenían la oportunidad de reunirse, se ponían nerviosos porque no tenían ni idea de cómo actuar. A veces se tomaban de las manos o el de ojos verdes rodeaba a la otra con su brazo, pero para ambos era un poco nuevo todo ese asunto y se les hacía raro actuar así con quienes consideraban solo una amistad, aunque eso fue cambiando...

Chat Noir estaba sentado en el sillón que había en la sala de los Dupain Cheng. Tom y Sabine se hallaban platicando con él y bromeaban de vez en cuando en lo que su hija bajaba. Sinceramente el héroe se sentía feliz cada que iba a esa casa, pues lo trataban muy bien, como si fueran familia de verdad. 

De pronto se escucharon pasos y los tres voltearon hacia las escaleras, donde aguardaba Marinette. El rubio se levantó inmediatamente y camino a ella, asombrado por lo bella que se veía su compañera. Tomó su mano y besó sus nudillos. 

—Te ves hermosa, princesa. —la alagó el gato, logrando que ella riera. 

—Creo que es mejor irnos ahora, se hace tarde muy rápido. 

Los adolescentes se despidieron de Tom y Sabine, y, asegurándose de que nadie estuviera por ahí alrededor, caminaron hacia el parque e ingresaron en él. Juntos, extendieron una manta en la cual se sentaron y comenzaron a colocar algo de comida, vasos, platos y jugo.

—Esto está delicioso. —mencionó Marinette, metiéndose otro bocado de pay a la boca.

— ¿Lo dices en serio? 

— ¡Por supuesto! Es de lo más rico que he probado, y eso que mis padres también hacen de estos. 

—Yo... Yo lo hice. —confesó Chat Noir sin mirar a la azabache, quien se había quedado con la boca abierta.

—Dios, en serio que si me caso contigo podríamos heredar la panadería —soltó sin pensar, pero se dio cuenta una vez el chico abrió los ojos como platos y se puso rojo—. Digo, ¿qué? Olvídalo.

—Gracias por el halago, Marinette.

Los dos se quedaron callados después de ese incómodo comentario y siguieron comiendo. Aquella noche el cielo estaba demasiado limpio y por ende, se lograban ver un montón de estrellas, haciendo que al Agreste se le ocurriera una idea.

—Ya que terminamos de cenar, ven, quiero enseñarte algo —la pareja guardó todo lo que habían ocupado en la cesta, y después se acostaron lado a lado sobré la manta—. Antes de ser Chat Noir, me la pasaba encerrado en casa, y una familiar muy importante para mí, siempre veía las estrellas conmigo; intentábamos encontrar distintas formas. Era muy divertido.

— ¿Y siguen haciéndolo? —preguntó Marinette sin despegar la vista del oscuro cielo.

—Ella ya no puede, pero yo sigo con ese hábito a diario.

— ¿Y por qué ella ya no puede?

—Murió —aquello dejó sin palabras a la de ojos azulados, quien tras escuchar eso, inmediatamente volteó a ver al chico, que aunque tenía una mirada triste, sonreía—. A veces pienso que ella es una estrella que siempre está viéndome y protegiéndome.

Marinette se rodó hasta quedar pegada a él y lo abrazó con todas sus fuerzas, justo antes de darle un beso en la mejilla y continuar admirando el cielo parisino.

Se quedaron un rato más en el parque, al menos hasta que vieron que ya era media noche y la joven tenía que regresar a su hogar, por lo tanto se levantaron y caminaron rumbo a la casa de ésta. 

—Aquí está su hija, sana y salva. 

—Muchas gracias por cuidarla Chat Noir. Esperamos tenerte por acá de nuevo pronto.

—Yo también lo espero. Buenas noches señora, buenas noches princesa. —Chat se iba a ir, pero la euroasiática tomó su mano para detenerlo.

—Chat Noir yo... Yo te quiero. Y te gradezco por regalarme esta linda noche. —le soltó Marinette, abrazándolo por sorpresa. Él le regresó el abrazo, y una vez separándose, le sonrió y se fue. 

Posteriormente se subió a su cuarto con una boba sonrisa pintada en la cara y se dejó caer sobre su sofá-cama. 

— ¿Acaso te estás enamorando? —cuestionó con una sonrisa pícara la pequeña kwami.

— ¡No! ¿Cómo crees? —contestó la joven, justo antes de quedarse mirando el techo y suspirar— En realidad, creo que sí, Tikki.

¡Holiwiiis!

¿Cómo están? Espero que muy bien. :3

Por fin es viernes y hay nuevo capítulo. Ojalá les haya gustado. uwu

¿Qué creen que suceda más adelante? 7v7

Como sea, recuerden que subo noticias o cosas por el estilo en mi Instagram, el cual es alliegarcia9_

Gracias por leerme. <3

Los quiere;

AllieGarcia9