Intentémoslo [Marichat].

Capítulo seis

Su oscuro cabello se veía muy suave y su pálido rostro parecía de un ángel, se veía demasiado hermosa dormida pese a que tenía la boca abierta y una expresión chistosa, pero al joven superhéroe le encantaba verla así, y aunque en la última semana había estado yendo algunas ocasiones a despertar a su novia para que ésta llegara a la escuela temprano, no se cansaba de verla dormir y su corazón iba a mil por hora debido al gran enamoramiento que tenía por ella.

—Amor —la llamó el de traje de gato, moviendo el brazo de la chica, pero ésta no le hizo caso—. Princesa, ya levántate. 

—Cinco minutos más, mamá. —pidió mientras bostezaba. El chico se comenzó a reír.

—No soy tu madre Marinette, soy tu novio. —aclaró él. Entonces, al escuchar eso, la azabache comenzó a abrir los ojos lentamente debido a lo modorra y a que la luz de su cuarto estaba encendida. 

—En ese caso acércate un poco —pidió y su pareja obedientemente le hizo caso, por lo cual la chica medio saltó hacia él en un abrazo y le comenzó a dar varios besos en las mejillas—. Ahora sí, buenos días gatito. 

—Buenos días. —sonrió.

Chat Noir se levantó y le tendió la mano a Marinette para que ésta también se pusiera de pie, para posteriormente bajar las escaleras que iban desde la cama hasta el demás espacio que la joven diseñadora tenía en su cuarto. 

En lo que la azabache buscaba qué ropa usaría aquel día, su novio le ayudaba a guardar todo lo necesario en su mochila para que nada se le olvidase. Una vez vieron la hora, el de negro se despidió para ir a desayunar a su mansión sin que nadie supiera que había salido antes, y la chica se metió a bañar.

Al llegar a su habitación, el de ojos verdes perdió su transformación y se aseguró de tener todo en orden para irse a la escuela en lo que su kwami comía queso; ya que lo confirmó, le pidió a Plagg que se ocultara en su camisa para bajar al desayuno que le tenían preparado en el comedor. 

Esa ocasión era el tercer día en que había ido a despertar a Marinette. Había tomado la decisión de hacer eso porque ella, desde que la conocía, solía llegar tarde a todos lados, en especial al colegio, y eso no había sido un problema tan grande, hasta que el Sr. Damocles la reprendió al respecto y la amenazó con suspenderla varios días. Ni Adrien ni Marinette querían eso, así que se le ocurrió ese plan.

El modelo terminó su desayuno, agradeció por él y antes de marcharse directo al carro en el que sería llevado a la escuela por su guardaespaldas, se detuvo y volteó a ver a Nathalie, quien se quedó mirándolo, algo confundida. 

— ¿Ocurre algo, Adrien? —decidió preguntarle y el chico asintió.

— ¿Sí podré tener esta tarde libre saliendo de la escuela? —estaba cabizbajo, casi seguro de que la respuesta que recibiría una respuesta negativa. 

—Sí, pero sólo hasta las 7:00 p.m. —al escuchar eso, los ojos de Adrien brillaron e instintivamente abrazó a la mujer, quien se quedó sorprendida, pero devolvió el abrazo. 

— ¡Eso es más que suficiente! Gracias Nathalie. 

Al llegar a su salón de clases, el rubio sonrió orgulloso al ver a Marinette en su lugar platicando con Alya incluso antes de que la primera hora comenzara. Saludó a las chicas y a Nino, con el cual se puso a platicar, al menos hasta que escuchó un tema interesante detrás de él.

—Ya pasó una semana y sigues sin contarme nada sobre lo de Chat Noir.

— ¡Cállate Alya! Alguien puede escuchar. 

—Entonces dime.

—Prometo hacerlo mañana cuando nos veamos.

—Más te vale Marinette —amenazó—. A propósito, ¿qué haremos o a dónde iremos mañana? 

—Ya veremos.

La lección comenzó y por ende las chicas dejaron de hablar y Adrien dejó de escuchar para ponerle atención a la maestra Bustier. La jornada escolar se le hizo una eternidad al de ojos verdes, ya que aunque le gustara bastante ir a la escuela y pasar tiempo con sus amigos, ya quería que fuera la hora de salida para llevar a cabo su plan.

No obstante, ésta finalizó tomándolo por sorpresa; no tenía ni un minuto de que sonara la campana, cuando él ya estaba corriendo lejos de todos, dejándolos desorientados. Y es que tenía muy poco tiempo para transformarse, ir a casa de Marinette, saludar a los padres de ésta y llegar a decorar su cuarto antes de que ella llegara, así pues, se puso manos a la obra. 

Después de quedarse un rato atrapada hablando con sus amigas, la azabache por fin se dirigió a su hogar. Por fin era viernes, lo cual significaba que vería a su novio y estaba emocionada por ello, sin embargo, su felicidad se vino abajo cuando leyó un mensaje de él. 

Chaton: Perdóname princesa, hoy no podré verte.

—Ya será para la otra, ¿no Tikki? —enunció algo decepcionada y decaída.

—Así es. Tú tranquila Marinette.

La joven subió las escaleras que llevaban a su habitación y cuando abrió la puerta, sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad y su corazón latía desenfrenado. Toda su pieza estaba decorada con globos, algunas rosas y varios post-it con cosas escritas en ellos. Tenía ambas manos cubriendo su boca debido a la sorpresa, pero las apartó una vez sintió que alguien la abrazaba por la cintura.

— ¿Te gustó? —le preguntó al oído una voz bastante familiar. Marinette se giró hacia él y, tomando por sorpresa al rubio, juntó los labios de ambos en un hermoso beso.

—Me fascinó —le confesó sonriendo ya que se separaron un poco—. ¿Pero qué festjamos?

—Que debo decirte algo que siento desde el fondo de mi corazón.

— ¿Y eso es..?

—Que te amo. Te amo Marinette.

—Yo yo te amo a ti, Chat Noir. 

Los dos entrelazaron sus manos y se volvieron a fundir en un beso, uno en el cual afloraban y dejaban salir todos su sentimientos. 

¡Buenos días estrellitas, la Tierra les dice hola! xD

¿Cómo están chicos? Ojalá se encuentren muy bien.

Aquí con ustedes un nuevo capítulo. ¿Les gustó?

A decir verdad yo estoy ansiosa por escribir y publicar el siguiente capítulo, ya verán por qué, jeje... uwu

Como sea, gracias por seguir aquí, leyéndome.

Los quiere; 

AllieGarcia9