PREFACIO - PARTE DOS

8 1 0
                                    

La familia Kwok es conocida por su abundante fortuna amasada desde sus antepasados que han mantenido dentro de su árbol genealógico solo alfas. De los cuales se han destacado en la construcción y diseños de hoteles, restaurantes, mansiones de lujo, infraestructura vehicular, entre otras áreas. Se dice que donde toca la constructora Kwok es sinónimo de lujo y popularidad.

Así como la buena vida y fortuna deslumbra a las masas que los siguen, tienen la carga de mantener el puesto que poseen para evitar que los enemigos, avaricia, y codicia de los derrotados o la competencia, los toquen.

Actualmente, la familia Kwok está encabezada por Giselle Kwok y su esposo Michelle Castellar, quienes tienen tres hermosos hijos que, a pesar de ser niños, han presentado indicios de ser alfas. Deben esperar cumplir los 18 años para realizar el examen que confirma su género, además de ser la época donde comienzan a presentar las feromonas.

La noticia de la adopción de un omega es la sensación en las noticias internacionales. Nunca antes una familia de alfas había adoptado a un omega. No solo por la discriminación que aún se vive hacia el género más débil de los tres, sino por el peligro que representan los alfas y omegas en el tiempo del celo.

De por sí, los omegas son reconocidos por ser seres hermosos y delicados, tanto el hombre como mujer pueden quedar embarazados, sino que existe dentro del género un tipo de omega que es tan único que su belleza es peligrosa para su propio bienestar, un omega andrógino.

...

— ¿Cómo se encuentra? — pregunta Giselle a la trabajadora social que cuida del pequeño omega sentado en la camilla.

—Los hematomas han comenzado a desaparecer. No come mucho y solo se mueve si se lo ordena— el suspiro mezclado con la compasión solo da a conocer un poco del dolor que siente la trabajadora al ver al pequeño indefenso que permanece sentado en la camilla con la mirada perdida en el suelo.

Giselle repara en el rostro del niño. No se puede negar que posee la belleza de un omega, aquellas pestañas negras sobresalen largas y ondeadas, esos labios agrietados no dejan de ser como pequeña fruta roja y jugosa, incluso su rostro es de aspecto fino y pálido en color.

<<No se puede negar que su belleza fue su condena en estos pocos años de vida>> solo pensar en los maltratos, violaciones. Por suerte no lo drogaron al nivel de los otros omegas al ser dócil, además que la cuota que debía cumplir cada una de las víctimas, incluso los niños, la pagó su padre cada vez que podía con su propio cuerpo.

— ¿Por qué sigue con la ropa asquerosa? — el enojo en la alfa se denota en las feromonas amenazadoras que hace retroceder incluso a la trabajadora social. — ¿Dónde está la ropa que envié para el mocoso?

—Por el momento no nos permiten acercarnos hasta que el doctor termine con la revisión. — toma la bolsa de marca donde está la ropa.

Giselle no puede ignorar la sangre seca que tiene en la manga de la camisa del omega, además de la suciedad que cubre tanto la prenda como la piel.

—Si quiera deberían limpiarlo, ¿no?

—No hasta que salga los resultados del análisis de sangre. Parece ser que tiene sarpullido en varias partes del cuerpo debido a una reacción a una droga que le suministraron al llegar por la herida profunda en el brazo. No tuvieron en cuenta qué tipo de droga le han estado suministrando.

—Son unos inútiles— voltea los ojos. Le quita la bolsa con la ropa. —Pago millones de dólares en donativos al hospital, a su agencia, a la casa hogar para huérfanos, y no pueden tener los resultados más rápido.

—Señora, espere...

—A mí nadie me da órdenes y menos una inepta que no sabe hacer su trabajo.

Donde piso, conquistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora