Julie no quería una alma gemela.
Alex tenía miedo de encontrar la suya.
Reggie no estaba seguro de que las ❝almas gemelas❞ fueran algo importante.
Pero cuando todos encuentran a sus almas gemelas con unos pocos días de diferencia, ¿podrán cambiar su...
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Alex comenzaba a arrepentirse de todo.
Era la noche del Showcase y Alex se miraba a sí mismo en el espejo de su habitación. Se sentía como si apenas se reconociera a sí mismo, no era que se viera diferente, simplemente se sentía tan... cambiado. Después del último mes más o menos, todo cambió, y la Exhibición de Otoño se sintió como si marcara el antes y el después.
Alex nunca se había enfrentado bien al cambio y no creía que lo hiciera alguna vez.
Observó su apariencia. Los pantalones negros ajustados, la chaqueta de traje rosa suave, la camisa de vestir cuidadosamente planchada, la flor en el bolsillo de la solapa que Willie había insistido combinaría sus ojos —y la verdad sea dicha, si alguien era un experto en los ojos de Alex, tenía que serlo Willie—. Parecía confiado, parecía profesional, pero por dentro se estaba desmoronando.
Lo que realmente apestaba era que lo había estado haciendo tan bien. No se había sentido tan ansioso en semanas. Y de repente se sintió como si todo ese progreso hubiera sido en vano.
Hace una semana más o menos había estado pasando el rato en la casa de Willie. Era algo que los dos habían comenzado a hacer en las últimas semanas. El padre adoptivo de Willie trabajaba mucho y rara vez estaba en casa, por lo que podían pasar el rato, solos, sin interrupciones. Y era mucho más seguro que ir a la casa de Alex.
Habían estado tumbados en el sofá, Alex con la cabeza descansando cómodamente en el regazo de Willie, viendo una película de Disney a la que Alex no había prestado mucha atención. Cuando los créditos de la película empezaron a salir en la pantalla, Alex miró a Willie y le preguntó:
—¿Irás a ver la exhibición de otoño?
Willie había sonreído.
—Claro que iré. Escuché que el baterista de Sunset Curve es muy lindo.
Alex se había sonrojado intensamente, lo que se ganó una risa de Willie.
—Me estaba preguntando —dijo, sonrojándose cada vez más a medida que hablaba—, ¿te gustaría ser mi novio? ¿Lo podríamos convertir en una cita?
La sonrisa de Willie se había suavizado y había quitado un cabello que tapaba levemente uno de los ojos de Alex.
—Me encantaría.
Y eso había sido todo, pensó Alex.
Solo que aquí estaba ahora, teniendo una crisis en su habitación a solo cinco minutos antes de que Willie lo recogiera y lo llevara a la escuela para el Showcase. Sabía que estaba siendo tonto, que el Showcase no sería decisivo para su relación con Willie, pero sentía que se estaba exponiendo.
