Julie no quería una alma gemela.
Alex tenía miedo de encontrar la suya.
Reggie no estaba seguro de que las ❝almas gemelas❞ fueran algo importante.
Pero cuando todos encuentran a sus almas gemelas con unos pocos días de diferencia, ¿podrán cambiar su...
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Julie Molina y el universo no se llevaban bien. ¿La razón? Renuncio a las almas gemelas, por lo que había dejado de creer en ellas, incluida la suya.
No importaba que todo lo que viera fuera el tono más hermoso de azul marino, teñido de verde y vidrioso, del mismo color que los ojos de su alma gemela. No importaba que fuera el color más relajante, brillante y alegre en el que jamás hubiera podido pensar. No importa cuán perfectos fueran sus ojos cuando finalmente los vio, Julie Molina no iba a estar con su alma gemela.
Solo había una razón, y era simplemente para fastidiar al universo, o los poderes fácticos, o cualquier gran entidad que fuera la que tomara todas las decisiones sobre lo que sucedía en el mundo. Si no hubiera sido por una de esas otras decisiones, Julie habría estado muy feliz de encontrar a su alma gemela y vivir feliz para siempre. De hecho, hasta el año pasado, ese había sido su plan.
Pero el universo, como solía hacer, tomó su decisión y se llevó a la persona que Julie más había amado. Cuando la madre de Julie se enfermaba, le decía a su hija que todo sucedió por una razón, que el universo había decidido que esto debía suceder y con el tiempo decidiría si Rose Molina viviría o moriría. Le había dicho a Julie que pasara lo que pasara sería lo mejor, que no tenía miedo y que Julie tampoco necesitaba tenerlo. Pero le fue difícil seguir ese consejo cuando se sentó junto a la cama del hospital de su madre, junto a máquinas y monitores que solo emitían un pitido.
En el funeral de Rose, Julie renunció a sus almas gemelas. Si encontraba a alguien a quien amaba incluso la mitad de lo que había amado a su madre, volvería a ser vulnerable. La posibilidad de pérdida era una herida nueva y abierta que Julie no podía, no quería , sentir.
No explicaba todo esto cada vez que alguien le preguntaba por qué no estaba interesada en las almas gemelas. En cambio, les diría que quería encontrar a alguien a quien amara de verdad, no a quien el universo hubiera elegido de una ruleta.
Y parte de eso también era cierto: ¿Cómo tomó el universo sus decisiones? ¿El amor que se tenían era tan fuerte que no importaría las circunstancias en las que vivieran? ¿Había algo de verdad en las almas gemelas?
Aunque sabía lo que pensaba de esas preguntas. Si bien no quería una, Julie sabía que las almas gemelas eran reales y algo para atesorar. El amor que sus padres habían mostrado era inimitable, el fenómeno más real, honesto y puro que Julie había visto jamás. Ray les contaba a sus hijos historias de antes de conocer a Rose, les contaba que el marrón era el color más profundo y atractivo en el que podía pensar después de años y años de ver todo en el color de los ojos de su alma gemela. Bromeaba sobre cómo una parte de él deseaba no haberse conocido nunca y nunca haber podido ver todos los colores, porque el marrón de los ojos de Rose le quitaba el aliento cada vez y era todo lo que quería ver.
