Prólogo.

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Florencia, Italia. 16 de abril. 04:34 AM.

La basílica se encontraba vacía. No había ninguna fuente de luz que la iluminara, por lo tanto parecía el interior de una desagradable bestia.

Así lo sentía el Mesías de la verdad, Como así se hacia llamar el único hombre que logró ingresar a la basílica a esas horas de la noche.

Para él, La iglesia era un mundo oscuro y lleno de secretos ocultos a la humanidad. Una secta que le mentía a sus seguidores y se hacia de su inocencia e ingenuidad.

Pero él, Esa noche, se haría con el tesoro que revelaría Todos esos secretos y así la humanidad sería testigo del nuevo mesías que les abriría los ojos y la mente y así, se haría respetar.

Tras un largo tiempo de investigación y organización de su cometido. Luego de estudiarse a fondo todos los planos de la basílica, allí se encontraba. Frente al nicho en donde descansaba la tumba del más grande de los artistas de la historia y el lugar en donde yacían los secretos mejores guardados de la iglesia.

Observó por un largo rato, la majestuosa estructura y sus valores artísticos. Se quedó maravillado ante la tumba y todos sus detalles, Las tres esculturas de mujeres que se encontraban sobre la tumba, El busto del artista, Los ángeles pintados sobre el fresco que la cubría y la misteriosa inscripción en el pedestal de la misma.

Luego de apreciarla, aguardo un rato, respiró hondo y Comenzó su trabajo.

Florencia, Italia. 16 de abril. 09:00 AM.

El padre Monserrat llegó a la basílica a la misma hora que todas las mañanas.

el sacerdote era un hombre de 70 años, con el cabello blanco y cada vez más encorvado.

Entró a la basílica con la alegría característica en el. Hacía 45 años que tenía la directiva y autoridad en aquel lugar. Para el Fue el logro más importante de su vida.

La basílica de la Santa Cruz, era considerada el Panteón de las glorias italianas. Siendo la iglesia más importante de Florencia, Albergaba las sepulturas de las figuras Ilustres del país, Como el poeta Dante Alighieri, el filósofo Nicolás Maquiavelo, el científico Galileo Galilei, El Artista Vasari, entre otros. Pero para el, El tesoro más valioso era la sepultura del Artista más importante del renacimiento. El pintor, Escultor y Arquitecto del templo más importante de la iglesia católica. En la basílica de la Santa Cruz, Se encontraba la tumba del arquitecto de la basílica de San Pedro, La plaza de san Pedro y el pintor de la capilla sixtina, Los tres lugares ubicados en el Vaticano. El artista Miguel Ángel.

El interior de la basílica de la Santa Cruz, estaba conformado por tres pasillos. El central y más largo de los tres, llevaba hacia el altar de la basílica. Este pasillo, estaba flanqueado por una hilera de columnas a ambos lados, que separaban el pasillo central de los dos pasillos laterales, en los cuales se encontraban los nichos de las sepulturas.

El padre Monserrat, ingresó a la basílica y se dirigió al altar. Allí se arrodilló e inició su rezo y culto diario.

Luego de rezar, se dirigió a la entrada principal, para dejar la basílica a disponibilidad de los fieles que la visiten.

Pasó caminando por uno de los pasillos laterales, contemplando los bellos nichos que albergaban los sepulcros. Mientras caminaba lentamente, se percató de algo extraño.

Horrorizado y en pánico, observó el sepulcro de Miguel Ángel y vio que toda su majestuosidad se vio opacada por la ausencia de la tumba del arquitecto. Apresuradamente, corrió a su despacho y llamó a la policía florentina.

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La tumba del arquitectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora