La tumba del arquitecto

Capítulo 6

Roma, Italia.  16 de abril. 15.00 PM

   Luego de un rato de manejo por las laberínticas calles de Roma, el taxi tomo la Via della Conciliazione. La cual, era una larga avenida que culminaba con la imponente Plaza de San Pedro.

  - Ya estamos llegando, profesora - dijo Charly distrayendo a Minerva de su emoción ante la preciosidad de la ciudad.

- Así es, oficial - respondió Minerva.

- organicemos lo que debemos de hacer -

- Pues debemos de ir a la Capilla sixtina y observan a la perfección los frescos de Miguel Ángel que están señalizados en la nota - dijo Minerva.

- Entendido -

   El taxi comenzó a disminuir su velocidad y se estacionó en un lado de la acera, dónde le comunicó a Charly que los vehículos no tenían permiso para seguir avanzando por la calle.

   Charly le agradeció y luego le pago la cantidad de dinero que había costado el viaje, Luego se  bajaron del taxi y comenzaron a andar a pie el camino que seguía hasta la plaza.

  Mientras caminaban por la calle que se transformaba en peatonal libre de vehículos, la profesora Minerva no pudo no sentirse atraída por el gran valor arquitectónico y artístico de los edificios que se encontraban a ambos lados del último trecho de la Via della Conciliazione.

- Esto es fantástico - dijo Charly.

- ¿Nunca ha estado aquí oficial? - le preguntó Minerva.

- Nunca, ¿Usted? - preguntó sin quitar la vista de los edificios.

- Tampoco -

Luego de caminar doscientos metros, llegaron al final de la gran avenida, dónde la perfección y la arquitectura se transforman en una sola cosa.

  Al pie de la plaza de San Pedro, las hileras de columnas en ambos lados  comienzan a formar un perfecto círculo rodeando toda la plaza en un cuerpo semi elíptico que luego en el otro extremo se redirecciona en forma trapezoidal que dirige la vista de las personas hasta la entrada de la basílica de San Pedro.

- No puedo creer que luego de tantos años estudiando esto en libros, hoy por fin me encuentre aquí en persona - dijo Minerva llevándose las manos a la cabeza en señal de asombro.

- Alucinante - fue lo único que se le ocurrió decir a Charly sobre eso, quien atrajo la mirada de la profesora a su rostro y logró sacarle una breve risa.

Minerva se adelantó y comenzó su camino a través de la plaza, siguiendo el camino señalizado en el suelo, mientras que Charly le seguía unos pasos más atrás.

  Al avanzar, la profesora se frenó ante la estructura que se encontraba en el centro de la plaza. Con su vista, comenzó a recorrer el obelisco egipcio desde abajo hacia la punta y admirando las bellas fuentes de sus costados, que emanaban agua dándole un sonido extra de paz a la plaza.

- ¿Por qué hay un obelisco egipcio en la sede más importante de la iglesia católica? - preguntó Charly.

- Porque este obelisco, se encontraba en el circo del emperador Nerón como recordatorio del  triunfo de Roma en la conquista de Alejandría sin embargo, se transformó en un icono de Roma, por eso luego fue construido aquí en 1586 - explicó Minerva.

- Vaya, creo que debería de comenzar a leer más a cerca de la historia de este país - dijo Charly algo avergonzado.

- Yo le puedo dar clases si quiere - le dijo Minerva y luego comenzó a caminar nuevamente.