Capítulo 1

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Madrid, España. 16 de abril. 10:49 AM.

- Para resumir, la arquitectura renacentista, está cargada de contenido simbólico e irreal, es el edificio gótico por definición, la catedral, está concebido como morada de la divinidad, donde el hombre puede elevar la vista a la luz celestial a través de majestuosos y esbeltos arcos, para descansar su mirada en las espectaculares vidrieras, símbolo de la luz eterna - Explicó la Profesora Minerva Veroski - No son edificaciones a la medida del hombre, su fin es trascendente y sagrado. La escala a la que están proyectados merece el calificativo de desmesurada, los fieles se sienten empequeñecidos ante tal proclamación de la gloria de Dios. En el renacimiento se produce un cambio fundamental en esta concepción del espacio: Este se humaniza, se torna más real, la arquitectura no se hace para mayor gloria de Dios, sino para mayor gloria del hombre, de su capacidad técnica e intelectual a la hora de representar la naturaleza tal y como debe ser a ojos de la razón: ordenada, equilibrada, proporcionada, simétrica y sometida a unas reglas que aporten la seguridad de estar procediendo correctamente. -

La profesora finalizó de dar su última clase de aquella mañana y aguardó en silencio a la espera de alguna respuesta por parte de sus alumnos.

- Ya que nadie dice nada, doy por hecho que habrán entendido el tema. Recuerden estudiar y repararse para los exámenes, en el panel de la puerta se encuentran las fechas y horarios - les dijo Minerva.

El timbre sonó y todos los alumnos recogieron sus pertenencias y salieron en manada por la puerta de salida.

La profesora Minerva, Era una diplomática mujer de cuarenta años, con el cabello caoba y unos hermosos ojos verdes. Profesora de historia y especialista en historia del renacimiento, de la universidad más prestigiosa de España, la universidad Carlos III de Madrid.

Minerva dedicó toda su vida al estudio de las artes clásicas de la era del renacimiento y el renacer de la antigüedad. Era una gran admiradora del arte de la pintura, la escultura y la arquitectura. Además de ser una gran fanática del impacto de las artes renacentistas en la actualidad.

Al finalizar sus estudios secundarios, Minerva se internó en los profesorados de historia, arte y arquitectura. Una vez recibida como profesora, comenzó su formación independiente en el mundo de las artes clásicas e historia renacentista europea, para así, transformarse en la más prestigiosa profesora en dicho ámbito.

Autora de varios libros sobre la escultura y el arte clásico, recibió el reconocimiento por parte de la universidad en dónde trabaja.

Minerva recogió sus libros y fotocopias y las guardó dentro de su cartera, apagó las luces del aula y se retiró del mismo sin antes cerrar con llaves la puerta.

La profesora atravesó el campus caminando como quien pasea por un centro comercial. Su reputación como profesora y compañera de trabajos era la mejor, era muy querida por sus alumnos, y muchos de ellos se lo demostraban saludándola y conversando con ella acerca de historia y arte.

Sus compañeros de trabajo, los demás profesores, la respetaban como a una superior. Dados sus reconocimientos y profesorados, era la profesora más prestigiosa y diplomática de la universidad.

Minerva tenia un estilo de vestimenta algo anticuado para la época, siempre llevaba puestos trajes, o blusas de colores neutros y poco llamativos. Además, le encantaba usar zapatos con tacos bajos.

Mientras atravesaba tranquilamente el campus, observó como un hombre inusual se acercaba rápidamente hacia ella.

El hombre era alto y delgado, tenía un cabello negro cortado al rape y una simpática barba corta.

La tumba del arquitectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora