Capítulo VII

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En cuánto veo que mi familia estaba aquí, saltó de la cama acercándome a ellas.

—¿Qué hacen aquí? —pregunto viendo a ambas.

—La líder fue muy amable en ponerse en contacto con nosotras —respondió mi madre acercándose a mí—. Cuándo me enteré que estabas en el hospital, me asusté muchísimo. ¿Cómo te pasó esto? —acarició uno de los vendajes y rápidamente quité mi brazo asustada.

Sofi se adelantó y me abrazó por un lado. Solo esperaba que el camino de la casa a acá, nada le hubiera pasado.

—Perdona que me haya entrometido —la voz de la líder nos hizo a todos voltear a verla—. Pero pensé que le haría bien a tu madre ver que estabas a salvo.

Todo hacía más sentido ahora. La líder creía que estaba mintiendo, no por lo que decía, si no porque mi madre estando en casa había sugerido que me había ocurrido afuera.

—¿Pueden salir? —les pido a mi madre y a mi hermana. Había algo en lo que la líder me podía ayudar mientras estaba aquí.

Mi madre se muestra ofendida en cuanto lo menciono, pero Sofi se adelanta y la saca del cuarto dándome una sonrisa antes de salir.

—¿Ocurre algo? —pregunta la líder sentándose en la cama.

—Usted tenía razón —digo volteando a verla—. Sí estaba mintiendo.

—¿En serio?¡No tenía idea! —respondió sorprendiéndose exagerádamente, aunque después esbozó una sonrisa—. Te puedo asegurar Cassandra que puedes confiar en mí.

Por alguna razón, la forma en que lo dijo solo hacía que me sintiera más incómoda a su lado.

—¿Por qué? —pregunto viéndola fijamente—. ¿Por qué está tan interesada en mi bienestar?

En un principio se muestra confundida aunque después sonríe.

—Soy la líder de una región donde viven miles de personas, tengo que velar por la seguridad de todos.

Evite mostrar mis verdaderas emociones frente a ella. No tenía ningún derecho a mencionar la seguridad de los ciudadanos cuando todos sabíamos que no estaba ni cerca de ser la mejor.

—¿Pero por qué le importo yo?¿Una de las miles de personas por las que debería preocuparse? —insisto acercándome a ella.

Ella sonríe melancólicamente sin apartar su mirada de mí.

—Sé que no puedo cuidar a todos; pero, si puedo cuidar a alguien que encuentro en necesidad de ayuda, lo haré.

No me gustaba la manera en la que hablaba de mí, cómo si estuviera en necesidad de protección.

—Mi madre está enferma —comienzo a explicar con la esperanza de que ella pueda ayudarme después—. Ella suele olvidar ciertas cosas y cambia de humor rápido —no lograba decir las palabras que estaban en mi mente, casi nadie sabía de la enfermedad de mi madre y que se lo estuviera diciendo a la líder, casi se sentía como traición. Casi.

—¿Y qué puedo hacer por tí? —preguntó la líder levantándose caminando hacia mí.

—Ella ve a un doctor, el doctor Navarro, no sé si pueda contactarlo y pedirle que la atienda aquí —ella levanta una ceja mirándome con curiosidad—. No tiene porqué hacerlo si no quiere, solo pensé que era una buena opción. Últimamente ella no se ve muy bien y pensé que este hospital tenía las mejores instalaciones y sería de mucha ayuda que la pudiera atender aquí y... —no me había dado cuenta que estaba balbuceando rápido hasta que la líder apoyó su mano en su hombro, reaccioné dejando de hablar y pude notar que me estaba faltando el aire.

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