17. " Aparición "

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El silbido de la respiración pesada de Boo proveniente de la cama del lado fue suficiente para que Luz se durmiera eventualmente

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El silbido de la respiración pesada de Boo proveniente de la cama del lado fue suficiente para que Luz se durmiera eventualmente.

Esta vez, ella casi esperaba un sueño, en busca de otra pista del pasado de Lilith Mary. Pero esta noche, solo hubo fragmentos, partes de una colcha de parches destrozada.

En el primero, se encontraba en un pasillo frío: el teatro. Lo reconoció por su hedor rancio y las mismas cortinas de terciopelo plegadas que colgaban en frente del escenario. Se hallaba vacío y todas las luces estaban apagadas. Luz se sentó en un piano vertical desgastado, parecido al que usaban para la práctica de coro: solo utilizaban el de cola cuando había padres en la audiencia.

Sus dedos se cernían por encima de las teclas, inseguros.

Se dio cuenta de que no se encontraba sola. Su esencia la llenó antes de que lo viera, limpia y empalagosa con un leve toque de colonia de roble. Era tanto masculina como tóxica, como la recordaba de su primer encuentro en la biblioteca.

El profesor atractivo.

Se inclinaba al borde del piano, observándola tocar. -Tocas hermoso- le dijo. -Pero déjame enseñarte algo-. Luz comenzó a levantarse del taburete. -No, quédate donde estás. Mira mis manos-.

La hizo a un lado en el asiento así podían compartirlo. Su muslo se presionaba contra el suyo, hombro contra hombro. Se sentía tan cálido que sabía con certeza que ella debía ser como un cubo de hielo junto a él. Tocó los acordes a la perfección, sus dedos moviéndose como agua sobre las teclas. -Tu turno-.

Trató de imitarlo, pero sus dedos se sentían tan anudados y pesados como una sarta de salchichas. Las notas que tocaba sonaban dolorosas al lado de las suyas.

-Así-. Él tomó su mano y manipuló sus dedos, posicionándolos de la forma correcta. -¿Ves?-.

Lo hacía. Esa vez, las teclas tocaron en harmonía. Cuando su mano dejó la suya, se posó sobre su rodilla. No hizo nada para quitársela. El contacto era exquisito y no quería perderlo ni por un  segundo. Sentía sus mejillas ardiendo y un calor parecido y quisquilloso en el pecho, como si hubiera un volcán haciendo erupción en su corazón.

Algunas otras cosas sucedieron, pero eran demasiado efímeras como para que Luz las viera; retazos de colores y sonidos.

La otra cosa que vio con claridad fue un parque congelado. Carámbanos colgaban desde el refugio que rodeaba el patio y senderos fueron puestos a través de la nieve moteada de naranjo. Copos patéticos de nieve caían, desafiando de alguna manera a la gravedad, mientras chicas corrían de un lado a otro, lanzando bolas de nieve y peñascos ondulantes.

Luz apenas y las notó. Al otro lado del patio, llevando una taza humeante de té en sus dedos cubiertos, se encontraba su profesor.

Mientras soplaba la bebida, sus ojos nunca abandonaron los suyos. Se hallaba sola, como siempre, en una banca, envuelta en su abrigo de invierno. En el ojo de una tormenta, solo se veían el uno al otro.

Decline - TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora