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El taxi había parado, se fijó en la hora, estaba a tiempo de recoger a su hermano, sonrió mientras un sentimiento de alivio y a la vez nervios de presentaba ante ella.

Después de pagarle al taxista, agradeció para luego bajar y caminar un poco hasta el instituto de Kim Taehyung, su hermanito de tan sólo diez años.

Desde que ella se había mudado nuevamente a su país natal, Corea, había traído a su pequeño hermano, sus padres habían dejado en claro que no les interesaba de seguir gastando dinero en ellos, y más que se les dió la oportunidad de que Mik Seok ya fuera una "adulta" esta tuviera la responsabilidad de trabajar y mantener a su hermano y a ella misma.

Era una temporada muy difícil para la chica, aún así, ya había pensado en hacer eso, había notado desde hace mucho que sus padres no mostraban interés o afecto y eso le lastimaba pero prefería no mostrarlo.

Tus padres son los que te conocen desde que naces, son los que te enseñan a como sobrellevar lo que la vida da a todo ser, los que te dan un sin fin de experiencias, los que te hacen experimentar esos sentimiento como el amor, la tranquilidad, la paz, el afecto y cariño, podían ser las mismas pero ellos eran los primeros en dartelas, se preguntaba porque sus padres no eran así.

Hace dos años ella se había mudado junto a él, Taehyung quería muchísimo a su hermana mayor y se lo hacía saber muchas veces, la mayoría de estas solían de pasar muchos momentos en casa o fuera de esta, hasta que conoció a ese chico de mechones oscuros.

Su hermanito se daba cuenta de lo mucho que le gustaba pero se cuestionaba sobre cuanto era ese amor por él, ¿acaso era un ángel?

El pequeño ni siquiera conocía lo que era el amor entre la familia, mucho menos el enamorarse de alguna otra persona pero se le hacía muy extraño que su hermana le fuera a seguir a todos lados, notaba que el contrario se mostraba claramente furioso ¿era tan complicado el amor?

Él ya sabía lo mal que se sentía Mik Seok al saber que no tenía oportunidad con ese chico, acostumbraba a consolarle pero eso ya se había construido en una rutina y era algo agotador cuando se trataba de lo mismo.

¿Y sí te fijas en alguien más, Mik?

—No es tan fácil. Tú nunca has experimentado el enamorarte, algún día me entenderás.

—Esto no parece amor..

—¿Entonces que crees que es?

—No lo sé pero a él no le agrada verte siempre al tanto de lo que hace y a ti no te es sano.

—Ahg, tú no sabes nada, Tae, por favor guarda silencio.

Ojalá hubiera sido menos tonta para escuchar la verdad que contenían esas palabras.

Muchos se lo habían restregado en la cara pero era tan ciega que no se daba cuenta que con lo que hacía perjudicaba a muchos, entre ellos, al chico por el cual "gustaba", al novio de ese chico, a su hermanito y a ella misma.

Después de un periodo de tiempo la venda pudo caer definitivamente, todavía sentía mucho por ese chico de cabellos castaños pero por lo menos ahora podía ahogarlos.

En ese momento decidió por ver finalmente en qué sitio se encontraba Taehyung, sonrió al notar que este seguía esperándole.

—¡Tae, perdóname por llegar hasta ahora, tuve un pequeño inconveniente el cual me retrasó mucho, espero no estés esperando por mucho!– se disculpó llegando hasta él para abrazarlo pero este no abrió los brazos para corresponderle como siempre.— ¿Su-sucede algo?

Su hermanito sólo se limitó a negar con la cabeza, su mirada se perdía en el suelo y ella quería saber en qué pensaba, era su hermano, lo conocía como nadie pero le era imposible descifrar como se sentía ahora ¿por qué?

—Vamos, Tae, dime que te pasa, por favor.– suplicó sintiendo al contrario de forma inofensiva, luego de ver por unos minutos de forma determinada, logró ver unos pequeños moretones en la comisura de sus labios y otros al costado de su mejilla.—¿Qué te pasó en la cara?– preguntó cambiando su gesto a uno de preocupación, quería cambiar sus pensamientos, no pensar en qué le habían hecho algo.

—No es nada.. Ya debemos de ir a casa.– empezó a caminar, sus manos sujetas en su pequeña mochila la cual se veía con mucho polvo sobre ella, definitivamente le habían hecho algo.

—Hey, no evites el tema, Taehyung, sabes.. sabes que puedes confiar en mí, soy tu familia y puedes contarme todo lo que te pase ¿vale?– el otro asintió aun sin dirigirle la mirada.— No te forzaré a que hables pero ten en cuenta que estoy para escucharte. Por favor, dime algo.

—No te preocupes, son sólo tonterías, ya regresemos a casa.– siguió caminando, la chica se preguntaba por qué actuaba de esa forma cuando la respuesta era algo clara.

Sospechaba la situación pero no tenía algo como para comprobarlo, necesitaba hablar con su hermano pero tampoco quería forzarlo, esa no era la forma.

De algo que si estaba segura era que, mañana vendría más temprano aquí para tener una charla con la directora.

Alcanzó al contrario sin decir absolutamente nada para no incomodarlo, sus neuronas se rendían al intentar iniciar una conversación, quería enterarse de una forma indirecta pero tampoco quería que se sintiera peor de lo que ya estaba.

Luego de un par de minutos decidió no decir nada, ya encontraría el momento y la forma de preguntarle, no debía de agobiarle, ya sabía el que era sentirse así y más cuando sus padres siempre le daban esa sensación.

Después de eso llegaron a casa, Taehyung rápidamente se encaminó hacia lo que era un pequeño cuarto en el cual dormían los dos, dejó su mochila sobre su cama para luego cerrar la puerta, buscar su ropa y cambiarse.

Desde que se mudaron a ese apartamento, le había costado el acostumbrarse, era algo que debía de hacer, debía de cooperar aunque extrañara a sus padres.

Al terminar de cambiarse, salió de la habitación para entrar a lo que era la pequeña sala y cocina en donde estaba su hermana, sentada en una silla cerca de la mesa, se veía muy pensativa.

—¿Te.. Gustaría que fuéramos por comida rápida, Tae?– su tono de delicadeza le hacía sentir algo mejor.

—Está bien.

Mik Seok se alistó para salir junto a su hermano, tomados de la mano, ya se había hecho algo tarde pero eso no impediría que ambos fueran a disfrutar de otro momento juntos.

—¿Hay algo que me quieras contar acerca de tu día?

—¿Hay algo en específico que quieras saber?– el pequeño preguntó, sabía muy bien que su hermana buscaba técnicas para sacarle información del como tenía esas marcas moradas en su rostro pero no tenía muchos ánimos para contarle.

—Tal vez.. ¿Quieres contarme?

—Quizás podremos hablarlo al volver a casa ¿se puede?..– su pregunta parece un permiso, la mayor no quiere que su hermano sienta que debe de pedir permiso para todo, si él quiere contarlo en otra ocasión será su propia decisión.

—Tae.– para por un momento mientras su mano se coloca en una de sus mejillas proporcionando leves caricias para luego posicionarse en cuclillas.— No pidas permiso, si quieres hablar en otro momento, está bien, no estás obligado a hacerlo sino quieres, tal vez no quieras hablarlo pero si te animas a hacerlo, recuerda que estaré aquí para ayudarte, aunque no llegue a encontrar formas de como poder ayudarte, intentaré animarte ¿sí?– el menor asintió sonriendo un poco, su mano se acercó a la de la mayor para seguir caminando.

Sus padres habían perdido su única razón de felicidad, pero ellos terminaron dándose cuenta muy tarde.









¡Ya te dije que soy Gay! || Park Jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora