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Ya íbamos a llegar a final año y yo me negaba a dar mi brazo a torcer con respecto a darle una oportunidad a Perth, aunque todos me pedían que lo hiciera, no me sentía preparado pues sentía que no estaba del todo curado, aun así se podría decir que mi sonrisa enamorada y la mirada brillante que le dedicaba después de cada uno de sus gestos ya decía mucho; por otro lado estaba Kael, el idiota este tuvo que joderme la existencia hasta el punto de perder los estribos, ahora poniéndome a pensar en la escena me siento patético.

Era un sábado en el que teníamos clase de refuerzo, toda la rutina fue como siempre, aunque solo estuviéramos Greys, Roci, Yarey Victoria; bueno excepto que a la hora del receso antes de nuestra siguiente clase se nos acercó "el imbécil", todos lo miramos fastidiados a lo que el sonrió.

- Hola Príncipe – saludo de manera sarcástica

- Ya llego el idiota – conteste con molestia

- Que pasa mi amor, porque tan molesto – cuanto quería borrar esa sonrisa de un puñetazo

- Eres descerebrado verdad deja de decirme mi amor, que no soy nada tuyo – refute, que se creía este idiota

- Vamos príncipe estoy seguro que no dirás lo mismo una vez que me pruebes – no sé cómo se había acercado para acariciarme el pecho, lo que me hizo retroceder asustado

- ¿¡Que carajos te pasa!? – Exclame fúrico y algo asustado, su tacto me había resultado tan repugnante.

- Vamos no será problema para ti abrirte de piernas, Amor. – hablo Kael burlón – ese chico que viene debe haber disfrutado mucho para perseguirte y rogarte.

- ¡Tu...! - juro que me quede mudo de rabia

- ¡Oye idiota que carajos te pasa!! ¡el único perro aquí eres tú! – grito Yare molesta

- ¡Eres un imbécil, Saint es mucho mejor que una basura como tú! – grito Victoria

Greys y Roci también exclamaron fastidiadas que era un imbécil, un idiota, etc., sin embargo, eso no le importo a Kael, por lo que volvió a abrir la boca.

- Vamos cariño que te vas a divertir conmigo, mas que con ese niño que te persigue, la vamos a pasar muy bien – me dijo, lo cual me puso más furioso - ¿Qué pasa Saint? ¿Acaso debo pagar por tus servicios con regalos como ese niño? Si es así haberlo dicho antes, tengo el suficiente dinero para hacerlo.

Cuando escuche eso algo dentro de mí se rompió, "que se cree este tipo llamándome "cualquiera" cuando ni siquiera me conoce ni sabe por lo que he pasado, no conoce el infierno por el que paso y aun así se atreve a opinar sobre mi"; le tire un puñete que le deje la mejilla roja mientras sentía las lágrimas de rabia e impotencia mojar mis mejillas.

- ¡Te odio! ¡Eres un maldito desgraciado, una basura! ¡Tu no sabes nada de mí, no te atrevas a hablarme así! – grite lleno de odio y rabia - ¡Eres la escoria mas despreciable que existe!

Yare y Victoria tomaron cada una un brazo y me arrastraron hasta el baño, sentía que no podía respirar, me dolía el pecho pero no podía hacer nada sentía tanta ira dentro de mí; una vez en el baño Victoria saco un paquetito de pañitos y comenzó a limpiar mi cara mientras Yare me pedía una y otra vez que me calmara pero no podía, desesperadamente buscaba aire, comencé a ver todo borroso y luego todo de lo que tuve certeza es que me iba a desmayar antes de ver todo negro.

Cuando desperté vi techos y paredes blancos por lo que deduje que estaba en la enfermería de la escuela, suspire y me incorpore, hice una inspección a conciencia de mi cuerpo tratando de ver si algo me dolía, cuando escuche la puerta abrirse, voltee y ahí estaban entrando mis dos mejores amigas, podía ver sus ojos rojos y las lagrimas corriendo por sus mejillas.

Amar DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora