Narra Oliver.
-¡Ian! Ya llegué. –dije abriendo la puerta de casa y me encontré con las luces de la planta baja apagadas. –¿Papá? –grité hacia las escaleras.
-Estoy en el estudio. –dijo mi padre y subí las escaleras de dos en dos.
Al llegar a la habitación, abrí la puerta y encontré a mi padre con sus lentes de lectura leyendo un libro.
–¿A dónde fuiste Oliver? –preguntó él bajando su libro y acomodándose sus lentes.
-Fui al cine…con los chicos. –dije nervioso.
-¿Vestido así? –dijo mirándome de arriba abajo e hice lo mismo. Jeans oscuros, camisa celeste y zapatillas.
Sí, sinceramente nunca usaría una camisa a menos que…visitara la residencia Quinn.
–No tienes por que mentirme. ¿Qué has hecho ahora? –dijo y me quedé pensando. Se formó un incómodo silencio y no le respondí. Mejor dicho, le respondí con otra pregunta.
-¿Por qué mamá y tú eran amigos de la familia Quinn y ya no lo son? –pregunté y mi padre abrió los ojos asombrado.
-Veo que has ido a visitarlos…-dijo en un susurro y asentí. –Siéntate Oliver…-dijo indicándome la silla enfrente de él e hice lo que me indicó.
¿Por qué tanto misterio?
–Sabes que la Sra. Quinn, Samantha, y yo fuimos compañeros de colegio . –Solo asentí y apoyé los codos sobre la mesa. –Desde entonces siempre hemos sido amigos. Tú con ______ se llevaban de maravilla hasta que…-el hombre de pelo gris puso su mirada fija en la ventana.
Podía ver añoranza y tristeza en sus ojos y lo alenté para que siguiera narrando la historia.
–Sam y yo empezamos a recordar viejos tiempos en una cena y… tu madre y Roderick se enojaron. Quizás fueron los celos, no lo sé, pero desde ese día nuestras familias no se vieron nunca más. Samantha y yo fuimos por caminos separados. Tu madre fue la única mujer que me ayudo a salir de la adicción cuando era joven y Samantha…se fue con Roderick.
-¿Cómo que "Se fue con Roderick"? ¿Había estado antes contigo? –dije asombrado y asintió tristemente.
-Sí, lamentablemente si. Por eso Roderick debe odiarme tanto. –dijo riendo. –Pensó que volvería por Samantha pero no fue así. Seguí mi vida con tu madre y luego naciste tú. –dijo y dejo sus lentes de lectura sobre la mesa. Se pasó las manos por el pelo y soltó un largo suspiro.
-La madre de ______ se emocionó al verme…-dije rompiendo nuevamente el silencio y vi que la mirada de mi padre se iluminó.
-Vaya. Ella te quería demasiado, decía que tu y _____ estarían alguna vez juntos .-dijo riendo como si fuera una locura. “Si sólo supieras papá. Sueño todos los días con estar algún día con ella…” pensé. –¿Y Roderick? ¿Cómo está? –preguntó interesado por la familia Quinn.
-Umm… no creo que sea una buena idea hablar de él, papá. –dije rascándome la nuca nervioso.
-¿Qué te ha dicho Roderick Quinn? –dijo apretando sus puños sobre la mesa y me asusté.
-S-sólo que…bueno, que…-yo tartamudeaba y mi padre se estaba desesperando aún más. Tomé un suspiro y…- Me preguntó si venía a sacarle a su hija y que era igual que mi padre. Quiso echarme de la casa pero Sam no lo dejó. –dije expulsando las palabras de mi boca a una velocidad la cual yo desconocía. Mi padre sólo suspiró.
-No vayas más a la casa de _____ Quinn, Oliver. Te prohíbo que vayas. –Mis ojos se abrieron enormemente y golpeé la mesa enojado.
-¡No puedes prohibirme eso! ¡No puedes!
-¡Claro que puedo! Ese hombre esta loco Oliver, te podría matar si quisiera.
-¡Pero no lo hará! ¡Sé que no lo hará! No puedes prohibírmelo. –dije acercando mi mirada hacia él y su expresión era firme.
-Haras lo que yo digo Oliver Scott Sykes. No irás de nuevo a esa casa.
-Bueno, está bien. –dije haciéndome el desinteresado.
-Podrás verla en la escuela hijo. Allí Roderick no podrá hacerte nada. –dijo y yo me dirigí hacia la puerta para irme. Antes de salir, me giré hacia mi padre.
-No, ¿Sabes qué? No la veré, ni le hablaré. No quiero más problemas en mi vida. Es suficiente con los que ya tengo. –dije saliendo del estudio con un portazo.
“¿Sabes qué ____ Quinn? No te hablaré, no te miraré y ni pensaré en ti. ¿Eso quieres papá? Eso tendrás.” Pensé en mi cabeza y me limité a dormir.
A la mañana siguiente.
Narra _______.
-¡Andrew! -dije entrando por las puertas del instituto y me abalancé a abrazarlo.
-Hey, ¿Por qué tan contenta pequeña? –dijo sonriendo mientras que me alzaba por los aires.
-Gracias. –dije dándole un beso en la mejilla y me miró confundido.
–Gracias por darle…ya sabes, esos consejos a Oliver. –dije una vez que Andy me había bajado. Él sonrió ampliamente.
-Se nota que te quiere y bueno…-Andrew no terminó la frase y sentí unas manos rodear mi cintura.
Oliver.
Esperen, ¿Qué dije? Digo, Benjamin.
-¿Se nota que la quiero Andrew? –dijo Ben mirándolo y Andy asintió nervioso. –No te quiero, te amo. –dijo el dándome un beso en el cuello y por inercia me alejé. Benjamin me miró confundido y le sonreí.
-Tengo una lastimadura justo ahí. Es mejor que no me des un beso. –dije alejándome pero el me tomó nuevamente y me dió un beso en los labios.
Ya no era como antes. No sentía mariposas.
No tenía ganas de verlo y ni siquiera de abrazarlo. Tampoco le devolví el beso.
-¿Qué te pasa ____? Has estado muy rara estos días…-dijo Benjamin serio cruzándose de brazos y yo suspiré.
-Es que ya sabes hermano, son esos días y _____ no está de muy buen humor. –dijo Andrew y le agradecí en mi mente. Ben solo asintió y se alejó.
-Hey, gracias por la excusa. Usaré eso más seguido. –reí y él hizo lo mismo.
-Solo, será mejor que pienses qué te pasa en verdad. No podrás usar esa excusa por el resto de tu vida pequeña. –dijo Biersack guiñándome un ojo y alejándose para ir con Ben.
Andrew tenia razón. ¿Qué me pasa? ¿Por qué esquivo a mi novio? ¿Por qué no quiero besarlo? ¿Desde cuando soy tan fría con Bruce? “Siempre fui fría con todos. El problema no es Ben” me repetía a mi misma para transmitirme seguridad.
Mi seguridad se derrumbó al ver que...
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~Positiveness ♡
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The Bridge
Fanfic"Es físico y a la vez abstracto" dijo ella. "No soy nada bueno para ti" dijo él. ¿Te has llevado alguna vez una cuchilla a las muñecas? ¿Has estado salteando comidas? Intentaremos algo nuevo hoy. ¿Cómo te hace sentir eso? PROHIBIDO...