7: Knock, Knock.

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Por DustySunflower44

【07—Visita — Knock, Knock】

»» Shota Aizawa está interesado en «alguien extranormal», alguien cuyo interés cautivó desde infante; pero, aún no lo sabe. Así como, tampoco está al tanto de que él está viviendo los últimos minutos antes de que el infierno se desate en la Tierra. ««

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Knock, knock.

El familiar toquido relaja a Shota, joven estudiante de arte cuyo presupuesto lo lleva a rentar una habitación de nueve metros cuadrados, medio baño y un fantasma.

Un cortés fantasma.

Del cual, Aizawa no sólo está acostumbrado, sino que también lo considera su única compañía habitual. Y es que si bien tiene amigos: Yamada Hizashi, Oboro Shirakumo, Fukukado Emi… todos ellos están inmersos en la vorágine habitual de la ciudad: trabajos mal pagados de medio tiempo, demoníaco tránsito e, infinidad de labores universitarias.

En consecuencia, el azabache considera al afable ente como su legítimo compañero de habitación. Una sombra detrás de él, impresiones de manos en el vaho del baño; un toquido para «si» y dos para «no», y tres si se trata de un asunto apremiante como un gatito atrapado entre las bardas de los complejos departamentales.

Aquella fue la historia de Ai (1), una felina con una peculiar manchita en forma de corazón en su oscuro pelaje. Gatita que ahora yace sobre el abdomen del desvelado varón, quién en vez de adelantar para los exámenes finales se encuentra viendo la segunda temporada de Vigilantes (2), a petición expresa del sobrenatural huésped.

Knock, knock, knock…

Shota se fuerza abrir los hinchados ojos, porque se toma bastante en serio las intervenciones de su inesperado roomie. Después de todo, la entidad se fue forjando un lugar en su horario, en su mente y… bueno, en la escuela media: Hizashi solía bromear a menudo acerca de que ningún «mortal» podía obtener el corazón del reticente moreno.

En cambio, paulatinamente aquél espectro obtuvo un lugar en el mundo del artista; quién ha ido desarrollando cierto afecto por la benigna aparición y sus detalles. Desde mover las llaves al bowl de la entrada, ordenar la ropa sucia del veinteañero o, colocar una manta sobre éste cuando desfallece tras las interminables horas de creación y recreación pictórica.

Y, en general, las manifestaciones espirituales son bastante cordiales; por lo que a Aizawa le extrañan los insistentes golpes en su apolillado umbral.

Tranquilízate. — Espeta el varón, aprehendiendo a su ahora alterado minino—. ¿El peligro es dentro? — Se coloca los zapatos y toma el móvil —. ¿Fuera? — Aprehende una vieja mochila y la utiliza como macuto para llevar a Ai—. ¿El peligro es dentro o fuera? Me estás confundiendo. — Expresa en voz alta, a la par que se acomoda la desenfadada cabellera. 

Y, entonces, ocurre.

El muchacho aprecia una mano sobre su espalda; una mano entera, con tensas falanges y una amplia palma que abarca su omoplato sin problema alguno. Pierde el aliento. Es la primera vez que el amigable espectro entabla contacto directo con él y, no es agradable; es gélido y ambiguo, como meterse en el océano sin haber calentado los músculos.

—Debo salir.

Shota comprende, y da un paso.
Luego, otro.

No tarda en percatarse en cómo los continuos golpes encubren su andar por las deterioradas escaleras; golpes que irrumpen la silenciosa noche: knock, knock, knock… Tal rítmica resonancia incide en la mente de Aizawa, retumba en su pecho y lo obliga a descender con estrépito los angostos escalones.

Y el amante de los gatos todavía se halla  a un piso de la entrada principal cuando un violento movimiento telúrico tiene lugar.

El moreno se impacta contra el muro, y por unos segundos es incapaz de procesar lo que está ocurriendo. Tampoco sus vecinos. Las paredes crujen,  los vidrios se quiebran —al igual que las estrellas— y las escaleras colapsan en un abrir y cerrar de ojos. De repente, la civilización es reducida  a polvo y lentejillas, a polvo y alaridos de terror.

Los japoneses están acostumbrados a los sismos, pero aquél es un desastre sin precedentes. Un megaterremoto que supera —con pasmosa facilidad— los once grados en la desusada escala Richter (3). Treinta segundos, cuarenta y cinco, sesenta y seis, noventa… las personas dejan de contar en cuanto la tierra se cimbra, se abre tal y como en el génesis del universo conocido.

Millones de afortunados perecen, Shota no es uno de ellos.

Él está vivo, doblado en sí mismo en un fructífero intento por amparar a Ai, quién maúlla con lastimosa estridencia. Vivo y herido. La sangre fluye sobre el rostro del moreno, sobre el cegado ojo; la sangre fluye de ambos oídos, de la nariz y de la profusa herida en la espalda. Aun así, Shota Aizawa se arrastra e irgue sobre las ruinas de lo que fuese un complejo habitacional.

El joven acaricia a su mascota y eleva el rostro hacia el oscuro firmamento, obtura su único ojo funcional y advierte la sonata de tríadas de  golpes a su alrededor. Una cadencia de múltiples advertencias, conectadas a lo ocurrido. Y, el creciente peligro no atañe a una réplica, ni a un futuro tsunami; si no a «algo» más.

—No te entiendo. — Shota carraspea, llevándose la empolvada mano a la irritada garganta—. ¿¡A qué demonios te…!?

Knock.

—… me estás jodiendo.

El azabache da una seca risotada, notando por vez primera  la abrasadora temperatura ambiental, tan inusual en aquella temporada. Asimismo, escucha el incesante murmullo de inhumanos gemidos y alaridos que proceden de las finas grietas o de los bruscos surcos en el pavimento, porque no es alguna fantasía que el infierno arribó a la Tierra.

—Entonces…— Shota se ajusta el morral en el que lleva a su posesión más preciada—. ¿Te conoceré? — Se mofa, puesto que sólo puede aferrarse a su lado sarcástico con tal de no enloquecer ante la perspectiva de haber perdido a su familia, a sus amigos, a los niños a los cuales enseñaba arte en la casa cultural.

Knock.

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(1) Ai = amor, sin embargo, también puede ser el kanji de «infernal».
(2) Vigilantes - My Hero Academia: Illegals , spin off de la conocida serie.
(3) Si bien es común clasificar a un sismo de acuerdo a la escala Ritcher, ésta quedó obsoleta desde los ochentas.

Are you scared? [Erasermight fictober]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora