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—¿Dónde está el estúpido de Ethan? — preguntó irritada Lía — lo están buscando
—No lo sé, ya fui a varios lugares y nada.
Ésta vez Lía y algunos más compañeros habían venido, como ayudantes de Ethan, pero, el muy idiota se perdió de repente.
—Quizás esté por ahí
—Ahora no es tiempo para que ande de cola suelta — reprochó Lía
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Subí varios escalones hasta llegar a la planta alta, que daba hacia afuera, salí e inmediatamente me había llegado un olor de cigarro.
—¿Ethan? ¿qué haces aquí? — pregunté
Él estaba de espaldas, hasta que volteó a verme
—¡¿Qué te pasó?! — pregunté asustada
—Simplemente tuve una pequeña pelea con un imbécil — refutó mientras tiraba su cigarro — nada de otro mundo
—Eso deberías decirle a Lía, estábamos como locos buscándote
Él sonrió
—Perdón — dijo mientras se acomodaba el saco — vamos, no hay que desperdiciar oportunidades
Yo solamente asentí para después seguirlo. Pasamos un rato saludando y conociendo a gente importa, otras empresas, etc. Ethan tenía un gran carisma así que no era difícil congeniar con otras personas.
—¿Qué diablos te pasó? — preguntó Leo, un compañero de trabajo
—Nada importante — respondió Ethan — hicieron un gran trabajo hoy — dijo mientras abría la puerta de su carro — nos vemos el lunes — después, se metió a su coche y se fué.
Eso fue raro.
Me despedí de los demás para después tomar un taxi e irme a casa.
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Estaba cómodamente dormida, pero algunos ruidos me hicieron levantarme.
2:30 a.m. decía en mi teléfono.
Fruncí el ceño, me paré de la cama para después asomarme por la ventana, todo se veía normal. Me puse mis tennis para caminar hasta el pasillo, abrí la puerta y voltié a los dos lados, tampoco había nadie. Estaba por salir cuando sentí que alguien me tapó la boca y me regresó de nuevo a mi cuarto.
Traté de safarme, me moví todo lo que pude.
—Shhh, tranquila, soy yo — comentó sereno en mi oído
