Tras todos los preparativos y expectativa de la gente de la ciudad, el esperado Torneo de Espadas finalmente había llegado.
Los preparativos estaban culminando y ya estaba todo prácticamente listo para que arrancara.
Pese a tener el torneo prácticamente encima, no puedo decir que me haya concentrado en él.
Aunque puse a investigar a Ivis sobre el ataque a las gemelas y a mi padre, aún no tengo información al respecto, aunque puedo imaginar qué clase de personas llevarían a cabo tan cobarde ataque.
Hoy acudí al sitio de reunión de los unitaristas con el propósito de hablar con Melheis, pero algo llamó mi atención cuando llegué, se trataba de la Unión de Fans.
—Bien, chicas, ¡comencemos la canción de soporte de Arnos- sama! Jyanjyanjyanjyanjyan ♪
—¡Más fuerte! ¡En Historia! Arnos-sama ～ ♪ Muerte instantánea con una hermosa espada ～ ♪
—Mata, mata, quiere que te maten ～ ♪ Quiero que te oxiden en su espada ～ ♪
—Su figura de lucha es hermosa ～ ♪ El compasivo Arnos-sama ～ ♪
—Cariñoso en la cama ～ ♪ Su espada varonil perfora los cielos ～ ♪
—Matar, matar, querer caer ～ ♪ Quiero oxidarse en su espada ～ ♪
—Arnos-sama ♪ Con su espada varonil ♪ Extiende infinitamente su sangre mezclada ～ ♪
—Un mundo sin realeza ♪ es la única solución ～ ♪
—Matar, matar, querer caer ～ ♪ Muerte instantánea con su hermosa espada ～ ♪
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Debo admitir que me sorprendió lo que escuché.
No sabía que ahora estaba de moda ese estilo de poesía.
Lo recordaré en el futuro, puede que sirva de algo. O puede que no.
A final de cuentas no estaba Melheis ahí, por lo que decidí volver a casa.
En mi casa todo fue relativamente tranquilo durante la cena, aunque pude notar que mi padre no estaba. Pregunté a mi madre, pero no me supo decir nada, en su lugar, insistió en que iría a ver mi participación en el torneo.
Preferiría que no se expusiera para evitar otro posible ataque como ya los hubo anteriormente, de hecho, por eso no pensaba participar en torneo siquiera, pero su determinación es digna de admirar.
Supongo que sin importar lo que yo diga ella irá, así que simplemente acepté como un hecho que la vería allí.
Al día siguiente, al salir de mi casa me crucé con un gato negro, el cual comenzó a seguirme hasta que llegamos a un parque cercano a la arena en la que el torneo se celebraría.. Sobra decir que el gato era Ivis.
