Mentira

700 47 3
                                    

Aparentaba ser una noche tranquila.

No había pasado mucho tiempo desde que me despedí de Arnos y de su madre, ¿cómo fue que llegamos a esto?

Ah, claro, caminaba junto a Sasha de camino a casa cuando nos atacaron.

Los ataques venían sin descanso, y aunque no eran demasiado fuertes, estábamos limitadas por unas cadenas que ni siquiera sé cuándo aparecieron.

En cuanto se enredaron en nosotras nos inmovilizaron, también parecían absorber o debilitar nuestra magia, pues intenté usar «Ghatom» y no funcionó, por lo que solo podíamos aguantar.

Quizá de haber estado completamente solas y por nuestra cuenta hubiéramos conocido nuestro final en aquel ataque, pero los regalos de Arnos, la capa y el anillo, nos ayudaron.

La capa parecía proteger a Sasha como si de un impermeable se tratara, mientras que el anillo parecía desplegar una barrera que absorbía el daño. Ciertamente nos protegían, pero no durarían por siempre, por lo menos no el anillo, pues se estaba comenzando a agrietar.

 Ciertamente nos protegían, pero no durarían por siempre, por lo menos no el anillo, pues se estaba comenzando a agrietar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con la disminución de mi magia sentí que me desvanecía. El mundo que hace un momento era muy brillante ante los incesantes ataques, ahora se volvía oscuro, mi cuerpo se sentía frío y un pitido ensordecedor retumbaba en mi cabeza.

Sentía como mi cuerpo caía, pero alcancé a ver algo antes de llegar al suelo. Era una silueta familiar, pero poco pude pensar al respecto.

Ahora estaba en mi habitación. No sé cómo llegué aquí, por ello intento recordar, pero obviamente no puedo recordar nada de cuando estaba inconsciente.

Por ahora tengo otras preocupaciones, entre ellas, la que más me apremia es saber si mi hermana está bien.

Me dirigí a su habitación, abrí la puerta y entré. Ella estaba sentada en su cama, viendo por la ventana.

—Sasha, ¿estás bien? —dije mientras me acercaba a su cama.

—¿Eh? Ah, Misha. Sí, estoy bien —dijo mientras se giraba hacia mí.

—Me alegra saberlo.

—Si, bueno. ¿Tú cómo estás?

Hice un pequeño recuento de lo ocurrido. Entonces recordé algo de cuando comenzó el ataque.

—Sasha, ¿por qué actuaste de forma tan temeraria?

—¿Se puede saber a qué te refieres? —dijo con arrogancia, como queriendo evadirme.

—Sabes a lo que me refiero. Se supone yo debía protegerte.

—Y eso fue justo lo que hiciste —dijo, volviendo su mirada hacia la ventana de nuevo.

—No es verdad, tú me salvaste. Si no me hubieras empujado, probablemente ese primer ataque hubiera acabado conmigo.

—Claro que no, además, sin las barreras que erigiste mientras me recuperaba, quizá hubiera sido yo la que no salía viva.

Amor Real - Maou GakuinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora