HYBRID I

Capítulo 11.

Dione.

Al llegar Charlie ya estaba allí, no había notado que ya había oscurecido.

—Chicas ¿Dónde estaban? —pregunto curioso por nuestras ropas.

—Caminábamos, necesitamos estar en forma —dije divertida.

El sonrió pero su cara cambio a una de preocupación.

—Deben tener cuidado al entrar al bosque —dijo.

—Tranquilo, no volveremos a caminar por allí por un tiempo —dijo Bella.

—¿Qué les ha pasado? —pregunto.

Bella y yo nos miramos de reojo.

—Vimos al oso —dijo Bella —Aunque no es un oso, sino una especie de lobo y son cinco. Uno negro y enorme, otro gris, otro de pelaje rojizo...

—¿Están bien? —nos pregunto preocupado.

—Tranquilo, no ha pasado nada, además no es la primera vez que me encuentro con lobos así que te puedo asegurar que no nos harían daño, estaban enseñando a unos cachorros —dije segura.

Charlie asintió no muy seguro.

—Esta bien, pero por favor tengan mucho cuidado la próxima vez —pidió besando la frente de ambas.

—¿Tienen hambre? —pregunto.

—Mucha —Asentimos ambas.

—Compre pizza—dijo.

Ambas corrimos prácticamente a la cocina.

—Por cierto Bella, no me habías dicho que Jacob estaría fuera todo el día —pregunto Charlie.

—Si, eso fue lo que me dijo Billy —dijo Bella llevando una gran rebanada a su boca.

—¿Por qué? —pregunte ahora yo.

Bella me miro pícara, la patee por debajo de la mesa.

—Bueno, es sólo que le vi cuando fui a recoger a Harry, estaba delante de la tienda de la reserva con unos amigos, lo saludé con la mano, pero él... Bueno, supongo... No sé si me vio, me parece que estaba discutiendo con sus amigos, tenía un aspecto extraño, como si estuviera contrariado por algo... Estaba cambiado ¡Es digno de ver cómo crece ese chico! Cada vez que le veo ha pegado un estirón.

Un golpe a mi orgullo, todos crecen menos yo, incluso bella es más alta que yo.

—Billy dijo que Jake y sus amigos se habían marchado a Port Angeles a ver un par de películas —dijo Bella.

Pasamos una semana sin saber nada de Jacob, Bella estaba preocupada pero lo dejaba estar o al menos lo hizo toda la semana hasta ese viernes en la tarde, me había subido a rastras a su auto y manejaba como desquiciada a La Push después de caer en cuenta que seguramente Sam lo había obligado a pertenecer a su secta, palabras dichas por su boca no por la mía.

Me llegaba a parecer divertida la manera en que despotricaba contra Sam, me molestaba un poco, pero trataba de verle el lado positivo.

En el camino nos topamos con Quil y nos ofrecimos a llevarlo a casa, pobrecito, seguramente se siente solito ya que sus mejores amigos lo habían abandonado por su bienestar, lo mire de reojo, inhale profundo sintiendo el olor característico de los Metamorfos, en muy poco tiempo Quil, sólo aguarda un poco más.

En el camino me dediqué a subirle el ánimo después de que Bella lo interrogara, cosa que funcionó, ya que a los segundos se encontraba riendo a carcajadas, al llegar a su casa nos deseo suerte.

—Eh guapo —le llame, me miro divertido —¿No me darás tu número? —Le pregunté risueña.

—No soy tan fácil ¿Sabes? —dijo mientras ponía sus manos en su cadera en una pose un poco exagerada la cual me hizo reír.

—Venga guapo, no te hagas de rogar —le guiñe un ojo.

—Si tanto insiste —parpadeo varias veces intentando coquetear como una mujer.

—Adiós guapo —dije cuando Bella arrancó.

—Nos vemos primor —dijo divertido.

Bella me sonrió.

—Eras muy buena con eso de animar a las personas —dijo —Ya no se ve tan triste.

—Lo se —dije con una pequeña sonrisa.

Bella estaciono frente a la casa de Billy, le dije que esperaría en el auto, tocó un par de veces la puerta y para su sorpresa fue Jacob quien le abrió, no fue sorpresa para mi, ya que lo había sentido desde antes de llegar.

—¿Qué estás haciendo aquí, Bella? —gruño su voz sonaba más ronca.

Lo observe mejor y casi me atragantó con mi propia saliva, madre Santa, Jacob había cambiado radicalmente en las últimas semanas, desde la última vez que lo había visto. Lo primero de lo que me di cuenta fue de que se había rapado su hermosa cabellera, (la cual solía envidiar) ahora le cubría la cabeza una fina y lustrosa capa de pelo que parecía satén negro (Aunque se veía mucho más atractivo con ese corte).

Las facciones del rostro le habían cambiado, se mostraban duras y tensas, como las de alguien de más edad. El cuello y los hombros también eran diferentes, en cierto modo, más gruesos. Las manos con las que aferraba el marco de la ventana parecían enormes, con los tendones y las venas marcados debajo de la piel cobriza.

Su expresión me dejo sin palabras, la sonrisa franca y amistosa había desaparecido, como la cabellera, y la calidez de sus ojos oscuros había mudado en un rencor perturbador, ahora existía una oscuridad en Jacob, lo cual se debía a que no aceptaba ser parte de lo sobrenatural.

Sentí la presencia de los demás, también sabía que el único que no había notado mi presencia hasta el momento era Jacob.

—¿Qué quieres? —inquirió Jacob.

—Hablar contigo —dijo simple.

—Adelante.

—A solas —dijo sería.

—De acuerdo —dijo, los chicos salieron y miraron disimuladamente en mi dirección, le hice señas a Sam de que no fueran tan lejos y el asintió, yo lo vigilará desde la camioneta.

—Sabes lo que quiero saber —dijo, más Jacob no le respondió —¿Podemos dar un paseo? —le preguntó.