HYBRID I

Capítulo 4.

Dione.

Cuando las clases terminaron fuimos nuevamente a la oficina principal, allí entregue los justificantes, Bella y yo regresamos a casa, ella tenía que trabajar en la tienda de los Newton así que mientras ella llegaba yo le haría una sorpresa.

Cuando la vi alejarse en su camioneta subí a su habitación, con un chasquido de dedo a hice que sus cosas desaparecieran, dejando obviamente lo que creí que era muy importante para ella, comencé a remodelar su habitación haciendo aparecer y desaparecer cosas que imaginaba en mi cabeza.

Una vez termine no podía estar más satisfecha, su habitación era completamente encantadora.

Tal vez esto pueda ayudarla a disminuir sus pesadillas, la habitación ya no tenía impregnado el olor del vampiro, debido a mi presencia había desaparecido, pero por si las moscas puse algunas velas con olor a vainilla.

Unas horas más tarde escuché la camioneta de Bella, me senté en su cama mientras la escuchaba subir las escaleras, abrió la puerta y un jadeo de sorpresa salió de sus labios.

-¿Te gusta? -le pregunté esperanzada.

-Por Dios, Dya, me encanta, mi habitación nunca se había visto tan bien -dijo corriendo hacia mi y abrazándome -Gracias, gracias -beso mi mejilla repetidas veces.

-Ya, ya, me llenas de babas -dije divertida.

Ella se río y se separó de mi, comenzó a observar encantada cada rincón de su habitación, entonces tomo aire y suspiro.

-Vainilla -dijo encantada.

-Solía ser tu favorito -dije con una pequeña sonrisa.

-Si, lo es, ¿el tuyo sigue siendo esa mezcla? -me pregunto.

Yo asentí divertida.

-Fresas, chocolate y...

-Rosas -terminó ella por mi.

-Por cierto, quiero enseñarte algo -dijo.

Ambas bajamos y salimos a la calle, vi las dos motos sobre su camioneta.

Sonreí.

No soy una experta en motos pero creo que son un Honda y una Harley Sprint, se notaba que desde hace algún tiempo no funcionaban, pero si podrían salvarse.

-¿Y eso? -le pregunté.

-Pensé que podríamos llevarlas con Jacob, para repararlas, no es que me aburra contigo, pero quería que hiciéramos algo...

-¿Diferente? -le pregunté.

Ella asintió.

-Exactamente -dijo.

-Bien, no me molesta, lo contrario, me gusta la idea -dije encogiéndome de hombros.

Ella sonrió.

-Genial, que te parece si vamos ahora mismo -pregunto emocionada.

-Bien, vamos -dije subiendo a su camioneta, me gustaba lo alegre que se mostraba.

Minutos antes de llegar a la reserva escuché un aullido lo suficiente bajo como para que sólo yo pudiera escucharlo, mire al bosque notando a un gran lobo negro el cual nos seguía por el bosque, sonreí al sentir su olor, ya sabía quién era.

-Bels, detente aquí, por favor -ella me miro confundida pero asintió.

-¿Qué sucede? -le sonreí y negué con la cabeza.

-No es nada, no te preocupes, sólo es mi instinto saliendo a la luz, así que adelántate con Jacob, si no llego no te preocupes, ¿Vale?

Bella asintió.

-Si no llegas envíame un mensaje, para no preocuparme -pidió.

-Vale mamá.

Ella río y asintió, arrancó y cuando la vi perderse en la carretera entre al bosque, mirando al enorme lobo negro que apareció frente a mi, me acerqué y acaricie su enorme cabeza.

-Hola Sami -dije tiernamente.

El lobo me acaricio la cara con su hocico y después para mi sorpresa me lamio, hice una mueca de asco.

-Sami malo, no me babees -me queje.

Escuche lo que estoy segura de que es una risa lobuna.

Lo mire con un puchero.

Sam se escondió detrás de unos arbustos y después regresó en su forma humana vestido con unos shorts.

Me lancé a abrazarlo.

-Dya, hace tiempo que no venías -dijo cuando nos separamos.

-Lo se, pero esta vez vine para quedarme, o al menos por un largo tiempo -dije con una pequeña sonrisa.

El sonrió y asintió.

-Iba a casa de Charlie cuando las vi, el concejo ya dio una respuesta -comenzó -Han aceptado.

Un chillido de emoción salió de mis labios antes de comenzar a saltar como una completa loca, cuando termine lo mire, me miraba burlón.

-Muchas gracias por avisarme, iré ahora mismo a comenzar mi casa -dije caminando.

-Te acompaño -dijo.

Mientras llegábamos nos pusimos al día de todo lo que había pasado, me contó lo que pasó con Leah y la prima de esta, la cual ahora era su prometida, sin duda se notaba que se odiaba así mismo por hacerle daño, pero la Imprimación es algo que no se puede simplemente ignorar.

Una vez llegamos con magia empecé a hacer las bases para el parqueadero subterráneo, siempre usaba un hechizo simple el cual hacia que todo lo que imaginara apareciera, era el mismo hechizo que use para la habitación de Bella.

Escuche a Sam silbar.

-Eso es impresionante, debería contratarte para construir mi casa, cada vez que llega un miembro más se siente cada vez más pequeña -dijo.

Le sonreí.

-No te preocupes, después de hacer mi casa me encargaré de hacer más grande la tuya -dije.

Al llegar la hora de la cena me despedí de él y regrese a casa, Bella y Charlie estaban en la mesa, los saludé y me senté.

Hablábamos de cosas sin sentido, Charlie nos comentó que unos excursionistas al parecer habían visto a un oso negro gigante en el bosque, sonreí disimuladamente al saber que hablaban de Sam.

Una vez cayó la noche me fui a casa y después de ducharme y cambiarme volví con Bella, por petición de ella, al parecer dormía mejor con mi presencia allí.