"Ha de ser horrible no tener casa."
"Pobre. Después tan joven y guapo, qué desperdicio."
Dos señoras mayores que pasaban por la cera del puente murmuraban mirando sin disimulo alguno al joven chico sentado a una esquina de la cera abrazándose de una manta sobre sus hombros para permanecer cabizbajo. Vestía ropa sucia. Tenía el rostro de igual forma... Era un completo vagabundo.
Tenía una lata para recibir cualquier donación de dinero. Apenas había un billete en el. No un billete bien puesto, si se debe especificar. Era un billete estrujado, misero, que iba en conjunto a la oscuridad de la lata. Esa oscuridad sombría con roturas como la tierra seca, pero en un color oscuro como el lodo seco. Era oscuro por dentro, plateado por el exterior. El clima era nublado así que el cielo había perdido su tono azul por un deprimente grisáceo. Llovería pronto, oh sí, y Gulf lo sabía. Pero ¿Qué podía hacer? Si no tenía el dinero para comer menos iba a tener para un paraguas. Miro al cielo parpadeando varias veces con ganas de llorar. Dejo pasar saliva por su garganta para al menos humedecer la vía de la traquea.
Sus labios tan pálidos... Pobre, sólo pobre.
-Por favor no lluevas.- Súplica en un murmuro parpadeando varias veces hacia el cielo. Tratando de contener sus lágrimas. -Me tomo días llegar a esta parte de la ciudad para ver si conseguía dinero y ahora ¿esto? Por favor.
Él suplica al cielo.
¿Le hizo caso el cielo?
Por supuesto que no.
Las nubes reprodujeron todas las gotas de agua que habían contenido en sus frondosos cuerpos desde que el día había comenzado. Había pasado un rato desde el comienzo de la lluvia así que Gulf ya no miraba al cielo; sólo miraba a la carretera frente a él. Perdido. Embobado. Sin lugar a dónde ir. Un automóvil grande pasaba por la carretera. Era negro. Ancho. Seguramente espacioso adentro. Al el vagabundo permanecer cabizbajo no notó el borroso paisaje a su derecha (a unos fácil siete metros) de distancia de él, cómo el auto se detuvo cerca a la cera brillando sus luces traseras de color rojo.
Bajo la lluvia, en una hipnotizante cámara lenta, se bajo el conductor del auto con un paraguas negro. Puso pie en la mojada carretera. Cerró la puerta de su lado para trotar hacia el vagabundo vistiendo una chaqueta negra elegante sobre una camisa blanca, pantalones negros que denotaban sus delgadas pero buenas piernas, sus zapatos marrones al estilo zapatillas masculinas dejando ver más de su piel blanca. Sus tobillos en un leve rosado.
En el campo de visión del vagabundo, aún en cámara lenta, se asoman esas zapatillas masculinas elegantes frente a las tenis blancas sucias llenas de lodo del vagabundo. El de piel bronceada parpadea varias veces. De momento, alza la mirada y en cámara lenta el desconocido le coloca su paraguas arriba de su cabeza con una sonrisa amable.
Las gotas de agua caen de los tubos finos y puntiagudos del paragua. En una de las gotas, acercando en un extremo zoom la escena de los dos desconocidos. La gota refleja la escena hasta dar con el suelo, rompiéndose en pequeñas partículas de agua que salen de la una a la otra formando una coronita de agua al chocar con el suelo.
No se conocen. Ninguno de los dos. Así que, ¿por qué este extraño le daría su paraguas tan de repente? Encima un chico guapo que podría ser engreído en vez de amable. El país es Tailandia así que sus rasgos son asiáticos, pero sus ojos son pequeños. Debido a que sonríe, parecen dos medias lunas. Su nariz es algo ancha y su sonrisa es grande a pesar de que sus labios no son gordos. Son finos.
-Sé que no me conoces. Esto sonará como una locura,- El chico ríe. Empapandose al no cubrirse él. -pero, ¿me dejarías ayudarte? Puedes quedarte en mi casa. Nunca he hecho esto antes. De hecho, deben haber familias muertas de hambre. Pero estaba pasando por aquí y te vi así y...- Mew no sabe qué más decir. Brinca un poco en sus tobillos para sacar su incómodo. Mira incluso hacia otro lado haciendo de su sonrisa una fina línea. Vuelve a mirar al vagabundo para volver a sonreír. -pues eso.
-No lo sé, amigo, es una locura.- Gulf niega su cabeza mordiéndose el labio inferior con el ceño fruncido. -Deberías cubrirte.- El pone su mano sobre la del contrario (ligeramente) que le ofrecía el paraguas y la aleja de él. -Te vas a enfermar.
Mew sostiene el paraguas sobre su propia cabeza ahora mirándolo con el ceño fruncido. Sintiendo pena por el chico.
-Vamos, puede ser sólo por un día. No sé quién eres, pero sé que no quieres estar bajo esta lluvia. Nadie querría.
-No lo sé. La lluvia es bonita.- Gulf miente ahora pretendiendo mirar al cielo.
Mew bufa una risa.
-Bueno. Supongo que no estás tan hambriento como para recibir ayuda.- Mew le dice ahora sacando dos billetes de veinte de uno de sus bolsillos para colocarlos en la lata, de cuclillas.
-Woah. Gracias.- Gulf se conmociona con la cantidad que el contrario le deja.
El contrario no le responde sino que permanece con la vista en la lata. Callado.
Hasta que toma la lata en una mano y corre en dirección al auto.
-¡OYE! ESPERA, NO.- Gulf corre tras él. Mew sigue corriendo con una sonrisa volteando a ver detrás suyo para saber si lo está siguiendo. Efectivamente, detrás de él anda el vagabundo quién dejo hasta su manta atrás. -TU TIENES DINERO. NO ES JUSTO.
Mew llega hasta la parte trasera del auto respirando de manera agitada. Gulf llega frente a él queriendo quitarle la lata, pero el pelinegro alza la lata arriba de sus cabezas poniéndose de puntillas.
-Devuelve mi lata.- Gulf pide también poniéndose de puntillas y rozando sus dedos con ella.
-Déjame ayudarte y te la daré.
Mew sigue jugando con una sonrisa batallando a seguir de puntillas por lo que a veces sus tobillos recaían.
-Dámela.- Gulf se queja logrando tomar el borde de la lata con sus dedos. Su camisa marrón bajo su chaqueta grisácea desaliñada con sus mahones rotos y tenis blancas llenas en lodo, pero al haber estirado su brazo hacia arriba, su pecho dio con el del contrario.
El vagabundo miro al rostro ajeno frente suyo todo sorprendido y en cámara lenta. Sus ojos algo grandes. Más grandes de lo común. Sus cejas molestas por lo atrevido que el contrario fue. Se vieron a los ojos por varios segundos antes de que el vagabundo retroceda de manera hostil abrazando la lata a su pecho. Mew lo ojea por completo sin dejar de sonreír todo atrevido.
-Sólo me quedaré por un día. Un día.- Gulf le recalca aún sin dejar de estar molesto.
-Por mí bien. Sólo quiero ayudarte.- Mew dice brincando sus hombros confiadamente.
Gulf traga hondo y camina a la puerta del pasajero. Mew deja de sonreír de manera humilde para sonreír de manera mezquina.
*N/A: Espero les haya gustado😘 Será un thriller oscuro, romántico, y quería hacer un libro con Mew de psicópata así que, aquí esta. ¿Damos comienzo a esta aventura con algo de humor entre la tensión?🦋😘😻
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𝙇𝙖 𝘾𝙖𝙨𝙖 𝙀𝙦𝙪𝙞𝙫𝙤𝙘𝙖𝙙𝙖 | MewGulf
Fanfiction"No Hay Escape Del Amor Verdadero." Cundo a Gulf Lewiski se le presenta la oportunidad de un hogar (dado a que vive en las calles) se emociona. La misma persona le da su propia casa...., pero no para bien.