Una Historia tan Corta como el Tiempo

El Minuto

-Buenas Tardes, podría pasar por favor?- Dije de manera amable hacia el director que se encontraba reclinado en su silla de manera desoladora.

-Buenas Tardes, pase por favor.- Dijo de forma triste y desalentadora. -Qué necesita?

-La profesora de Álgebra me dijo que viniera aquí con usted, llegué tarde a su clase y al parecer está un poco molesta, pero es mi primera vez llegando tarde, así que no sé qué debo de hacer?

-Sabe?-Dijo el director en modo exhaustivo.- Ya no requiero entender el porqué los jóvenes llegan tardes a sus clases, el porqué se extingue las ganas de estudiar o de seguir lo que se ama en esta vida. Soy viejo y no entiendo muchas de las cosas que suceden hoy en día, no sé como hacerle entender a la futura generación que el tiempo es valioso y que debe de aprovecharse al máximo.- Esas palabras me hicieron entender que aquel viejo hombre a quien solo veíamos como el director, también era un ser humano cómo todos nosotros y que se le estaba acabando la vida. 

-Solo se le acaba el tiempo.- Dijo la voz gruesa.

-Disfrute sus momentos y váyase, no le diré nada, sólo tenga en mente lo que acabo de decirle, por favor. Me haría feliz saber que alguien sigue mi consejo.-Dijo el director esperanzado.

-Muchas Gracias director, lo tendré en cuenta, que pase un buen día.- Dije de manera agradecida.

-Que pase una buena vida.