La Semana

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Estaba comenzando a preguntarme porqué no volvía a escuchar a aquella voz que escuché en todo el día.

-Qué tal estás? Cómo te ha ido en la escuela?.- Preguntó mi madre en el tono amoroso que ella tenía.

-Bien, por alguna extraña razón llegué tarde a clases, no había la comida que quise y me asaltaron.-Dije de forma sarcástica.

-Oh, cielo, no te preocupes, seguro te irá mejor mañana.-Dijo mi madre de forma consoladora.

-Eso espero, porque me han quitado la mochila y allí tenía todos mis apuntes y mis libretas.-Respondí de forma directa.

-No tengas cuidado, luego comprarás otra, solo procura recuperar todos tus apuntes con algún amigo o compañero.-Dijo de forma despreocupada y sencilla.

-Bien.-Me limité a responder y subí a mi cuarto con un cansancio terrible.

-Bueno, bueno, estás ahora consciente para poder hablar conmigo y de mí?.-Preguntó la reconocida voz de forma espontánea y esperanzada.

-Qué quieres de mí?.-Repliqué en una forma molesta.

-Te aseguro que tú querrás más de mí que yo de ti.

Simplemente ignoré a la voz y comencé a leer.


Una Historia tan Corta como el TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora