Las luces estaban apagadas y las ventanas cerradas evitaban el paso de la luz, seguro aun no era de noche, no recordaba haberme quedado dormida. Mi boca estaba seca, mi cabeza dolía, como si estuviera recibiendo pequeños golpes con un martillo.
Me levante como pude y me acerque a la puerta, me sorprendía no escuchar la televisión del otro lado o la risa de David por alguna comedia mala que quedaría marcada en mi lista de seguir viendo en Netflix. Note que estaba sentado en el sillón, por lo visto usando mi computadora, las cortinas del balcón estaban abiertas dejando entrar mucha luz a la sala y a la vez obligándome a cerrar los ojos.
- ¿Dav? - Me acerque y me lance sobre su espalda rodeando su cuello con mis brazos. El olor de su perfume inundo mi nariz haciendo que el golpe de martillo fuera más fuerte - ¿Qué haces en mi apartamento? - me aparte a la vez que se giraba y quedábamos frente a frente.
- ¿Qué pasa con esa cara? - sonrió para mí con todos sus dientes.
- ¿Qué crees?, me dio nauseas solo oler tu perfume.
Se levantó y camino a la cocina bajo mi atenta mirada, trajo un vaso de agua consigo y también un frasco con pastillas, puso el vaso en mi mano y saco una pastilla del frasco llevándola directamente a mi boca. Me negué a tomarla.
- ¿Qué haces?
- Seguro tienes dolor de cabeza, solo tómala.
Con mi mano libre arrebate la tableta de sus manos y me aparte de él sentándome en el sillón, hizo el intento de sentarse a mi lado, pero subí mis piernas, estirándome en todo el sillón bloqueando su camino. Volcó los ojos y tomo la computadora, se sentó en la mesa frente a mí y puso la computadora en sus piernas, empezó a masacrar las teclas, el sonido era casi tan molesto como su presencia. Dejé el vaso junto a él y cerré la computadora sobre sus dedos. Con mi brazo cubrí mis ojos para evitar el paso de la luz.
- Pareces estar de peor humor que de costumbre.
- He tenido un día de mierda, que esperabas.
- No puede ser tan malo, ¿Qué paso? - me debatía entre ignorarlo o directamente echarlo de mi departamento.
- ¿Qué haces en mi apartamento Nicholas?
- David me llamo, puedes considerarme tu niñera.
Me senté en el sillón y golpe varias veces mi rostro para despertarme del todo, había estado siendo patética por unas largas horas y ya era suficiente, tire la pastilla que tenía en la mano dentro del vaso y me devolví a mi habitación.
No tenía trabajo que hacer, y aunque mi cuarto era un desorden, no llevaba ganas de organizar nada, aun así, me enloquecía estar tirada en la cama mirando el techo. Ya eran las 4 de la tarde lo que significaba que había dormido unas cuantas horas, pero me sentía incluso más cansada que esta mañana.
Busque mi celular encontrándolo bajo mi almohada, había varias llamadas perdidas de mi madre que claramente ignoraría, no tenía fuerza para aguantar uno de sus sermones en este momento. Mi estómago gruño como si un monstruo habitara dentro y entonces recordé que, sin contar la taza de café que tome en Nona's, no había comido nada hoy.
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PARONIRIA
General FictionSerios problemas de personalidad, un ex novio pesado, un detective sobreprotector, un drogad...perdón, un director de cine con amor por las sustancias, un asesino, un acosador sin gracia y un fantasma. Definitivamente su obsesión con el café es el...