Capítulo 10

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—No hay cascos —señalé confundido.

—No hay mejor conductora que yo, Ray.

Se subió, puso las llaves, las giró y comenzó a mover el acelerador sin parar hasta que me subí mientras reía.

—Conseguiré dos cascos mañana, no es pregunta.

Se mordió el labio y sonreí.

Arrancó y enseguida la rodeé con los brazos. Los autos, las edificaciones y las personas desaparecían de mi rango de visión en menos de un segundo, y cada vez la apretaba un poco más. Dio algunas vueltas sin alejarse demasiado, y poco después, estacionó. Cuando terminó, giró levemente y soltó una carcajada al ver mis ojos bien abiertos.

—¿Regresamos?

—Sí y no —murmuré y frunció el ceño—. Las motos no son para mí, pero... No quiero que te vayas.

Y se dejó de reír.

—Nos veremos mañana, pasado, y pasado...

—Lo sé, lo sé —me apresuré a decir antes de suspirar.

La solté para levantarme.

—Y el sábado en el club.

Miré a mi alrededor por un momento y luego a ella.

—No estamos lejos de la empresa, creo que puedo caminar.

—De acuerdo.

Asintió a lo que yo respiré hondo con los labios apretados.

—Si te vistes como la otra vez, Rae...

—No lo haré.

Entrecerré los ojos, me acerqué inclinándome y sonreí.

—¿Por qué no te creo?

—Porque en realidad sí quieres que me vista así —alzó los hombros y arrancó la moto—. Tus pedidos son órdenes.

—No, no, no.

Comencé a sacudir las manos y la cabeza mientras ella giraba para regresar sin dejar de reír.

A pesar de todas las cosas raras que estaban pasando, esa semana había ido la mejor. Rae parecía más tranquila desde que habíamos soltado lo que tanto nos pesaba, Francis ya no molestaba tanto, pero sí solía aparecer en la oficina, y usábamos a los demás para pasar tiempo juntos. No obstante, el nerviosismo se hizo presente cuando me desperté el sábado. El día pasó demasiado rápido, y cuando me di cuenta, ya era de noche. La presencia de Rae ya no me afectaba como antes, me había acostumbrado un poco; sin embargo, hoy era diferente.

Fuimos en mi coche junto a Peter, Zane, y Des, y cuando llegamos, faltaba Valkiria. No faltaron los comentarios con respecto a Rae y yo. No se cansaban de recordarme que estaba comprometido y que solo podíamos ser amigos, como si no doliera cada vez que lo recordaba. Unos minutos más tarde, ella apareció junto a Val.

Otra vez tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora