CAP 2.

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Espere el preciso momento en el que ella saldría con su capuchino, me levante y tome mi café rápidamente dejando un poco para llevar ha cabo mi plan que ya había maquinado en mi mente. Me dirijo rápidamente a la salida para así poder tener un tropezón con la mujer, me hice el desentendido observando hacia otro lado con el fin de llegar distraído a donde ella estaba abriendo la puerta de la cafetería.

–Discúlpeme, que tonto no me fije bien, venía distraído. -dije rápidamente mientras sacaba un pañuelo de mis bolsillos.

–Tranquilo, fue un simple accidente. - responde con una sonrisa pesada mientras pasa sus manos deliberadamente por el lugar donde el líquido impacto.

–Como crees mira tu vestido, lo manche todo. Déjame y lo reparo, se que es un vestido muy caro. - lo dije elogiándola y mirándola fijamente a su rostro mientras limpiaba con mi pañuelo el pedazo de tela, ella tomo mi mano y me quito el pañuelo para limpiarse por si misma ya que el café había caído en un lugar íntimo. Siento ese momento incomodo y preciso para proceder al segundo paso, salimos de la cafetería envuelto en pequeñas disculpas.

–¿A dónde te diriges? - pregunto curioso.

–¡Creo que a mi casa! -me dice con una risa sarcástica mientras se miraba su vestido manchado, sonreí apenado y le dije para disculparme nuevamente.

–Déjame y te llevo a tu casa o cualquiera sea tu destino, déjame reparar esta estupidez que hice.

–Mmm... Creo que no se va a poder.

–¿No me digas que estas comprometida y te puedes meter en problemas?

–Sí, claro que así es.

–No te preocupes, no pasa nada. -pienso en un segundo plan contraatacando.

–Tranquila que solo es una disculpa por lo que pasó.

–Lo sé y entiendo pero...

–Pero nada tranquila, ven déjame ayudarte. -tomo mi saco reposando en los bellos hombros de la chica  tratando de cubrir la mancha del café, sonríe y mirándome con una carita de una mujer amateur en estás cosas de la atracción sexual.

–Espérame un momento voy por mi motocicleta y te llevo a...

–¡A mi casa! - responde rápidamente sacando una carcajada de mis labios, si supiera ella que entre más difíciles se haga más rico será el sexo.

–OK. - salgo en busca de mi vehículo, no me demore nada para sacarla del garaje.

–Sube, te llevaré.

–Gracias.

***

Minutos después y ya estamos en su casa, nos bajamos del vehículo y nos dirigimos a la puerta de su casa pero antes de llegar voy pensando en como poder sexualizar la conversación para proceder con mis planes.

–Fuiste muy gentil en traerme hasta mi casa.

–Descuida, es lo menos que podría haber hecho por lo ocurrido.

–Bueno.

Me responde ella con un jugueteo con las llaves de su casa, saltando de una mano a la otra. ¡Esta es mi oportunidad!

-jaja. -sonrío sarcásticamente pero a la vez muy sutil.

–¿Qué sucede? - pregunta ella.

–Nada, sólo que me acuerdo de lo ocurrido y me da mucha vergüenza. - ella ríe siguiendo con el movimiento en las manos.

–¿El café estaba muy caliente? - pregunto con una voz muy sensual y una mirada pervertida.

–Sí, estaba caliente.

–Ese líquido bajando por tus pecho, uff tuvo que ser increíble é excitante. - mientras tomo sus manos susurro esto a sus oídos notando como su cuerpo se paraliza, su pulso y sus latidos se aceleran de manera impresionante como si fueran un par de bestias con una revolución de mil caballos de fuerza. La beso apasionado incitándola ha entrar a su casa, nos separamos un segundo y procedimos a entrar, luego de estar dentro ella se balanza sobre mi pegando un brinco mientras la atrapo con mis manos. Vamos desorganizando todo a nuestro paso por la lujuria, por el momento de la pasión del sexo, un sexo desenfrenado. Estamos en la sala casi que totalmente desnudos, lanzando su cuerpo sobre el sofá, bueno es hora de empezar el juego. Tomo sus pocas prendas que le queda y me deshago de ellas rápidamente mientras la beso desenfrenado recorro sus piernas con mis manos, mis labios están ahora en su cuello, su cuerpo opta un extraño movimiento como si fuera una serpiente, eso me hizo pensar que ya era el momento de penetrarla pero espere un poco más y sigo jugando con sus pezones. Mis manos intrépida y escurridizas toman su rol y empezaron a tocar por todos lados, saco mi pene y lo froto por su clítoris haciendo que sus ganas se aloquen más, sus gemidos son tan gratos a mis oídos que tomo sus pechos con mis manos y los estrujo con fuerza. Se convierte en sexo duro.
Empiezo a sumergir poco a poco mi pene en una laguna de placer, un placer intenso, ya estando todo dentro empiezo ha embestirla fuertemente, gritando ella de pasión mientras toma fuerte el sofá con sus manos, con ganas de expresar su gusto por lo que esta pasando. Pasamos de la sala a la habitación tumbando todo ha nuestro paso, estando totalmente desnudos, al entrar a la habitación cierro la puerta con seguro.
–¿Por qué la cierras? - pregunta con curiosidad.

–Hombre precavido vale por dos. -con una sonrisa ladina termino mientras ella me tira a la cama y se posiciona  encima de mi empezando a mover su cintura como una licuadora, o Dios mío esta mujer es una diosa del sexo. Ese volcán por primera vez hizo una erupción y ella se corrió flaqueando sus piernas empezó a temblar y su voz igual.

–Que rico. - suelta un suspiro. –Nadie en mi maldita vida me ha hecho sentir todo esto, sigue y no pares, no te detengas ni aún que yo te lo pida.

–Tus deseos son órdenes mi bella dama de glúteos grandes. - Le digo estrujando sus nalgas. La tomo en peso cambiando de rol, ahora soy yo el que dirige la situación, estoy arriba y empiezo a moverme dentro de su vagina mientras mi mano toma su clítoris y lo masajea penetrándola tan fuerte y rápidamente.

–¡Oh! sí. Sigue así por favor, dame todo lo que tienes, mételo todo y no te apiade, has de mi vagina tu juguete preferido. Eres una Bestia en la cama por Dios , que es esta sensación tan rica que me provocas. - Tomo sus piernas y la coloco de lado para que su entre pierna sea más angosto y pueda causar más dolor y placer, penetre fuerte y ella lo sintio doloroso porque tomo las sabanas con sus manos y se las lleva a su boca mientras grita fuerte por el clímax del placer, estamos en ese punto máximo cuando algo golpea fuerte la puerta de la habitación.

–Es mi novio. -dice asustada. Rápidamente me pongo de pie dirigiéndome al baño, maldiciendo en mis adentros por la atmósfera. ¿Qué debo hacer ahora?

El PSICÓPATA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora