O13

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Las sábanas parecían sufrir más que JiMin al ser apretadas con mucha fuerza por éste, se sentía muy asfixiado, su respiración estaba irregular y no paraba de sudar, tanto así que no soportó y desabrochó los primeros botones de su camisa totalmente desesperado ¡Hacía muchísimo calor!

Pero está vez no era provocado por el bochorno del sol, oh no, al pequeño omega le había venido su celo de improviso y para su mala suerte no tenía los supresores a su alcance, de hecho, se le había acabado. Y salir a calle a comprar era todo un riesgo para él por lo que prefirió quedarse en su habitación.

Lo único que le quedaba hacer era darse placer a sí mismo, hasta que JungKook apareciera, y quién sabe, tal vez le ayudaría a volver a tener su temperatura corporal normal como minutos antes.

─ Ngh~ ─jadeó mientras ponía la almohada debajo suyo y se subía sobre ella hincado. Sus movimientos frotándose suave aún con los pantalones puestos no lo satisfacían del todo y eso le irritaba un poco.

JiMin quería quitar esa calentura, necesitaba quitar esa calentura.

Al momento que quiso introducir su manito tímidamente dentro de su boxer para tomar la extensión de su falo y masturbarse, su respiración se acentuó y de repente un embriagante olor inundó sus fosas nasales de manera exquisita. Menta y chocolate amargo.

JungKook había llegado, no solo se percató por el olor que llevaba su novio, sino también por el sonido de la puerta cerrarse y las llaves al ser dejadas sobre la mesa.

─ Bebé, ya llegué a casa ¿Dónde estás? ─preguntó JungKook deshaciéndose del nudo de su corbata y caminando rumbo a la habitación sin prisa.

Por alguna u otra razón su nariz picaba, no sabía por qué, lo que si sabía era que no tenía ninguna alergia que provocara esos efectos.

Ya parado enfrente de la puerta la abrió e inmediatamente sus ojos se conectaron con los del pelirubio, ambos se miraron fijamente. El aroma que desprendía JiMin era cada vez más fuerte y su cabello estaba sudado y pegado contra su frente como si hubiera corrido una maratón mientras que su pene tenía una enorme erección.

─ JiMin ─la voz gruesa y ronca de JungKook lo hizo delirar al pronunciado internamente, haciendo que su parte trasera se humedezca.

─ Jungkook... ─susurró en un ronroneo, separándose de esa fea almohada que no lo complacía del todo.

JiMin intentó pararse, más éste falló en el intento al tropezar con sus propios pies, aunque no solo fue por eso, sus piernas también flaquearon.

Y cuando estuvo apunto de caer JungKook lo tomó por la cintura evitando así su caída y cayendo sobre el colchón en vez del piso en una posición muy comprometedora; JiMin encima de JungKook.

El cuerpecito del más bajito parecía arder en llamas por cada segundo que pasaba ante el deseo de ser tocado lo sacaba de sus casillas. El atrayente olor del alfa lo ciego por completo y el lado racional de JiMin comenzó a irse por la borda.

JiMin se reincorporó en el regazo de éste y empezó a restregar su trasero sobre la evidente erección de su alfa sin pudor alguno, apoyando sus manos en el pecho contrario y realizando movimientos de atrás hacia adelante mientras soltaba un sinfín de agudos gemidos a la vez que dejaba caer la cabeza hacia atrás.

Esas sensaciones eran nuevas para JiMin, nunca había tenido la oportunidad de sentirse tan, pero tan excitado.

TaeHyung varias veces le había comentado lo bien que se sentía el hacer el amor y hasta le había contado detalle a detalle del cómo tuvo relaciones sexuales con HoSeok, y sí que tenía razón, se sentía bien, jodidamente bien.

─ Al-alfa, por favor~ ─tan solo oír aquella oración cargada de deseo y súplica hizo que JungKook se removiera incómodo y también se reincorporara.

El sentido animal de JungKook no paraba de rasguñar en su interior de una manera infernal, ordenándole que le hiciera caso al llamado de su omega.

Alzó su mirada y notó a su cachorro con las cachetitos tintados de color carmín, sus ricitos revueltos y la boquita entreabierta. Sin embargo, no quiso seguir viéndolo con deseo y volvió a bajar la mirada negando con la cabeza una y otra vez, para luego subirla y decir con voz firme lo siguiente:

─ Quítate ─le dedicó una mirada intensa cargada de advertencia, tomando sus caderas con fuerza─. Por favor haz caso JiMin.

─ Nochu, ¿Ya no me amas?¿Verdad? ─preguntó en un hilo de voz mientras cubría su rostro llenó de gruesas lágrimas que se iban deslizando por sus regordetas mejillas.

─ ¿Qué? Oh no, bebé. Claro que te amo, nunca dejaría de amarte ─dijo JungKook deshaciendo su agarre y rodeando su delgada y fina cintura de JiMin con sus brazos.

─ Entonces.... ¡Entonces hazme el amor!

─ JiMin ─lo llamó en un audible susurro. Lo que menos quería era tener una discusión, teniéndolo en ese estado vulnerable.

─ Quiero cachorritos Gguk ─cerró los ojos y entre más acariciaban sus bocas el deseo de hacer el amor seguía en pie─. Quiero muchos cachorritos.

─ Y los tendremos, amor. Pero no ahora, y mucho menos teniéndote así.

─ ¿Siquiera puedes tocarme?

─ JiMin, por favor, cariño entiendeme ¿Si? Si gustas te mimo un rato dándote besitos por toda tu carita, quizás aquí ─depositó un casto beso en su mejilla─. ¡Oh! También aquí ─está vez beso su barbilla─. Y aquí ─finalizó el beso en su frentecita.

─ ¿Cuándo me harás el amor? ─ignoró lo de los mimos e insistió con esa pregunta.

─ Cuando sea el momento.

─ ¿Osea nunca?

─ Pequeño, no te desesperes, no quiero hacerte mío estando así de inconsciente, sabes que yo también muero por tocarte. Pero te amo, y porque te amo te lo quiero demostrar de una forma única y especial.

─ Qui-Quiero... quiero que lo hagas ya ─sus ojitos se cristalizaron y sus lagrimitas salieron a la vista acompañado con balbuceos e hipitos.

─ No llores, bebé ─lo apapacho y beso varias veces tratando de parar su llanto.

─ Duele mucho.

─ Shhh... ya pasará ─lo recostó con cuidado en el centro de la cama─. Aguarda aquí, creo que tenía supresores guardados en caso de emergencia.

El pelinegro rápidamente se levantó, yéndose hasta la cocina para servir un vaso con agua y de paso tomar los supresores del botiquín.

Al volver, JiMin estaba hecho bolita bajo las sábanas, durmiendo con un semblante decaído aún con lágrimas secas en sus abultadas mejillas y sus labiecitos formando un adorable puchero. Dejó lo que traía en manos en la cómoda de noche y lo observó también triste.

─ Lo siento, cachorro. Lo siento mucho, no quiero aprovecharme de ti, no como lo hizo YoonGi, yo soy diferente, mi amor. Nunca sería capaz de hacerte tal cosa sin tu consentimiento. Mi deber es cuidarte, no lastimarte ─le acarició su mejilla, sacándole un débil suspiro.

Una vez que terminó de disculparse salió de la habitación y se deslizó por la puerta hasta caer sentado en el piso, sacó la cajita del bolsillo de su pantalón, la abrió y observó el anillo de compromiso con lágrimas en los ojos.

─ TaeHyung me va a matar, se supone que hoy te pediría la mano y uniriamos nuestras vidas por siempre.

El plan que meses había planeado aún no se finalizaría. No hasta el día de mañana.

៸៸ ♡ ៸៸

que rápida soy, ah
tenía muchísimas ganas de
llegar por fin a esté capítulo.

¿les gustó?

digan que sí o sino lloro ૮₍ ˃̵͈᷄  . ˂̵͈᷅ ₎ა

› 〉 de mimos a falta de atención ፧ ꒰ kookmin! ♡   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora