O20

2.4K 189 128
                                    

JungKook no tenía ni la menor idea de qué hacer, y el llanto de JiMin no ayudaba para nada. Le dolía tanto oírlo llorar que por un momento apretó con fuerza su mano donde tenía los supresores y los tiró por cualquier parte de la habitación mientras que el vaso lo dejó encima de la pequeña cómoda.

De ahora en adelante su omega no los necesitaba, y no los iba a necesitar nunca más.

─ Pequeño ─lo llamó, más éste lo ignoró y se hizo bolita sin dejar de sollozar por lo mucho que le dolía soportar su celo que tenía desde hace tres días atrás─. Bebé, por favor no me ignores.

─ No quiero supresores Nochu, no los quiero ─se negó repentinas veces.

─ Y no te los daré, mi amor ─le dijo JungKook tratando de convencerlo a que dejara al descubierto su rostro, y así fue, JiMin se quitó su mantita.

A JungKook casi se le rompe el corazón en dos o hasta quizás en más añicos al ver rastros de lágrimas secas deslizarse en las rechonchas mejillas de JiMin, ese belfo que tanto le gustaba besar con heridas por las mordidas que seguro se habría hecho él mismo de los nervios y aquellos ojitos rasgados algo hinchados que lo miraban con cierto brillo que lo hacían querer apapacharlo como consuelo.

Al parecer JiMin quería lo mismo, quería ser consolado en esos fuertes y musculosos brazos que yacían extendidos para recibirlo en un cálido abrazo. Tal cual bebé queriendo dar sus primeros pasos, gateó hasta JungKook y paso sus piernas a cada lado de su cuerpo hasta sentarse sobre el pelinegro.

Cuando estuvo así, en esa posición, no pudo evitar restregarse, cabizbajo con la cabeza gacha al frente en señal de sumisión, mientras sus manitos se posaban tímidamente en los anchos hombros de JungKook quien parecía haberse quedado sin palabras ante su acto repentino.

─ ¿Estás seguro de hacer esto, bebé? ─aunque el tono fue bastante seductor, JungKook se mantuvo con los brazos apoyados en la cama sin atreverse a tocar al rubio sobre él.

─ L-lo estoy ─aseguró en un audible susurro.

─ Mírame ─le pidió JungKook al haber escuchado su respuesta con cierta inseguridad de por medio─. Ahora responde, ¿Estás seguro?

La cabecita de JiMin se levantó y su mirada paró en los ojos de su Alfa, éste tenía el rostro serio y eso solo provocó que el rubor coloreara aún más sus pómulos en un rojo puro. Se sentía muy avergonzado, le daba mucha pena mirarle y decirle lo que realmente quería, pero no tenía de otra para demostrar que estaba seguro de sí mismo.

─ Sí ─le aseguró por segunda vez tomando sus manos entre las suyas para colocarlas en su propia cadera.

JungKook enseguida presionó y lo jaló por las caderas hasta que sus pechos chocaran, le dio una última mirada y lo beso, succionó su labio inferior, descendió de su quijada y viajó de su boca a su cuello. Beso un par de veces ahí también, sacándole unos cuantos jadeos entrecortados que pronunciaban su nombre con tanto anhelo.

Jeon JungKook estaba fascinado con su chico. Sus grandes y venenosas manos recorrían el esbelto cuerpo, su boca dejaba marcas en la piel pálida y sus besos ahogaban gemidos.

─ Te haré sentir bien, muy bien ─susurró JungKook roncamente contra su oreja debido a la excitación, enviando una corriente eléctrica en toda la espina dorsal del rubio pues, se había estremecido tan delicioso.

Nuevamente devoró esos labios gruesos en un beso hambriento que ni siquiera le dio el tiempo sufiente a JiMin de retomar aire en sus pulmones, solo se separó unos segundos para rescostarlo en la cama.

La espalda de JiMin tocó el suave colchón y JungKook cayó sobre él, dando un empuje con su pelvis encajando su erección a la perfección en el culo debajo, gruñó entre el cuello de JiMin cuando éste envolvió sus piernas en sus caderas, haciendo que sus erecciones se rozaran.

› 〉 de mimos a falta de atención ፧ ꒰ kookmin! ♡   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora