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"¡Les daré un apartamento para que vivan los dos y se hagan cargo del mocoso por igual"

"Akutagawa-kun, tú no deberás abandonar al mocoso de Atsushi y a tu hijo. Deben ser responsables por igual. Nadie los mandó a andar de calientes siendo tan jóvenes"

"Y tú, mocoso. Mañana vendrás a la Agencia, le comentaré al Presidente y a los demás lo que haremos contigo, ya que te comiste a Dazai y eso es un caso de canibalismo y asesinato en el que se debe hacer justicia. Eres un peligro, tigre"

Todo eso, fueron las palabras del rubio de los ideales antes de llevar a Akutagawa y Atsushi a su nuevo hogar, junto con el pequeño e inquieto Dazai.

Era de noche. La pareja del Shin Soukoku daban un baño al pequeño niño que estaban cuidando, su mentor. Tenían a Dazai dentro de una tina con agua, espuma y algunas burbujas. Parecía disfrutar del baño, chapoteaba con sus manos y sonreía alegre.

Akutagawa, míralo. Dazai-san es muy tierno de bebé. Ni siquiera piensa en el suicidio.

Comentó el peligris, mirando al menor con ternura, sin darse cuenta de que era observado por el joven del Rashōmon, con una sonrisa.

— Dazai-san fue un niño muy lindo.

Añadió el pelinegro.

— Me recuerda mucho a alguien.

Dijeron al unísono. Se sorprendieron. ¿Será que a ambos les recordaba al mismo niño?

Atsushi sacaba al niño de la tina y lo cubría con la toalla, secándolo levemente. Lo llevó hacia la cama y lo recostó, para secarlo mejor. Akutagawa sólo observaba lo bien que su compañero trataba con los niños pequeños.

— Jinko.... ¿Dónde aprendiste a cuidar niños?

Preguntó mostrando curiosidad.
Atsushi sonrió. Nunca le había mencionado a nadie sobre su fallecido niño ni sobre su primer amor, pero si comenzaba a tener sentimientos hacia el mafioso, no debía haber secretos entre ellos.

Akutagawa. Yo... Tuve un novio al que amé como no te imaginas...

Comenzaba a contar. Ponía un pañal al castaño y le echaba un poco de talco para bebé en su piel, dejándolo oloroso y suave.

— ¿U-Un novio? ¿Tú ya tuviste un novio, Jinko? ¿Qué pasó con él?

Interrogaba con más curiosidad. Seguía observando la manera en que Atsushi vestía al mini Dazai.

— Sí. Él era huérfano como yo... Tuve un bebé de mi novio y prometimos estar juntos cuando ambos cumpliéramos los 20 pero... Al tener pocas semanas lejos del Orfanato, hubo un incendio y ambos murieron...

Derramaba lágrimas, que pronto limpió con una de sus manos. Terminaba de poner su pijama a Dazai y lo recostaba más al medio de la cama, al parecer el niño tenía sueño.

— ¿Eh? ¿Hablas enserio? Tú... ¿Te convertiste en madre, tu novio y tu niño murieron y aún así puedes parecer bien emocionalmente? ¿Cómo puedes hacer eso? En verdad... Has sido muy fuerte, Jinko. Estoy orgulloso de tí.

Decía y preguntaba con asombro. No pudo evitar derramar algunas lágrimas. Sus sentimientos por "Jinko" eran tan fuertes, que podía sentir su dolor. Se acercó a él y lo abrazó en consuelo, sin importarle revelar sus sentimientos, ni siquiera su orgullo le impediría demostrar su afecto por Atsushi.

Me Comí a... Dazai-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora