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De noche, en casa donde vivían Akutagawa y Chuuya...

El pelinegro dormía tranquilamente compartiendo cama con el pequeño Daichi, quien comenzó a quejarse y a llorar de manera repentina, despertando a Akutagawa.

¡¡Mami!! ¡¡Mamá!! ¡¡Ma~mi~!!

Gritaba entre llantos, asustando a su padre. El joven se sentó soñoliento y acercó al niño hacia él, intentaba consolarlo y brindarle tranquilidad con su compañía. Lo abrazaba.

— Daichi-kun... Papá está aquí, niño. Un día estarás con tu mamá otra vez, pero para eso, tienes que ser un niño valiente.

Limpiaba sus lágrimas, Daichi sollozaba en su regazo. Era muy duro para un niño de dos años estar lejos de su madre. Lo extrañaba demasiado.

— ¡Papá!~ Mami no venir...~

Se aferraba al pelinegro, apretando sus puños en su pijama. Akutagawa lo arrullaba con esfuerzo para calmarlo. Sabía tratar muy bien con niños pequeños como su hijo, pero se desesperaba rápido.

— Yo sé dónde está tu mamá. Pronto te llevaré con él. Si puedes esperar un poco más, te daré la sorpresa.

Respondió.

Hace algunas semanas, en el Orfanato... FLASHBACK.

Daisuke había escuchado una conversación del director y de los cuidadores del Orfanato, diciendo que debían deshacerse de él y del pequeño Daichi, por temor a que el niño tuviera la misma habilidad del tigre que su madre, Atsushi Nakajima, y por el peligro que representaba para todos la habilidad del padre del menor.

El incendio fue planeado. Sacrificaron vidas de niños y adolescentes inocentes y ajenos al caso. Pero al tener conocimiento del plan, Rashōmon fue capaz de proteger al pequeño Daichi de los efectos del incendio, y sacarlo ileso, al igual que a su portador de habilidad.

Huyeron y en su camino se encontraron con un hombre cuya habilidad era: cambio de apariencia absoluto. Daisuke aceptó, y decidió convertirse en otra persona conservando sus recuerdos del pasado y del presente, y quedándose a cargo de su hijo, en un lugar escondido y refugiado con la Port Mafia que el mismo portador de habilidad de cambio de apariencia absoluto, que también portaba una segunda habilidad, le ofreció. Osamu Dazai: líder de la mafia, infiltrado en la Agencia Armada de Detectives.

Daisuke Kuroda, un joven de tez morena clara y cabello castaño, y ahora Ryūnosuke Akutagawa, de piel pálida y cabello negro, se ocultaba bajo su nueva identidad, trabajando para la Port Mafia, y dejando a su hijo en casa con su superior, Chuuya Nakahara, para que los del Orfanato no pudieran reconocerlo en ningún lugar.

FIN DEL FLASHBACK.

En la misma habitación, distinta cama, Kazuo había despertado con los llantos de Daichi y ahora también se encontraba llorando. Chuuya estaba furioso porque el joven de 18 años que aparentaba los 20 ante todos, Ryūnosuke, no había podido controlar a su hijo que era mayor y había despertado al suyo, Kazuo. Constantemente, el ejecutivo pelirrojo tenía quejas sobre Daichi, pues el niño, al tener dos años de edad, hacía travesuras que un recién nacido como Kazuo no podía hacer, y eso traía un arrepentimiento en Chuuya al haberse embarazado y pensar en que en un poco tiempo, su tranquilo Kazuo sería igual de travieso que el niño de Akutagawa.

— ¡¡¿QUIERES CALLAR A TU MOCOSO DE UNA VEZ, AKUTAGAWA?!!

Gritó molesto, haciendo llorar más al pequeño pelirrojo que traía en brazos.

Me Comí a... Dazai-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora