Relatos cortos

Emociones

Hola mis queridos lectores. Les traigo un nuevo corto, pero esta vez, dedicado a mi padre. No es nada inventado, es todo real, lo he pasado, solo que he querido plasmar las emociones que siento en ese momento. Espero que os guste y lo disfruten. En multimedia está la canción con la que solemos desfilar, "El president". Un besoo :3

"Siento como mis pies se mueven al ritmo de la música. El redoble me indica que debo ir a la izquierda y seguidamente a la derecha. Cojo el compás, izquierda, derecha, izquierda, derecha...

Las dos chicas que llevo al lado cogen mis manos y se mueven al mismo ritmo. Sonríen a la gente que está sentada en las aceras, mirando como lentamente bajamos a nuestro paso elegante y sencillo. Las trompetas empiezan a hacerse notar, mi piel se eriza por un momento y sonrío inconscientemente. La música inunda mis oídos, llevándome a un lugar único. Un mundo mágico donde la felicidad y la alegría avivan mi ser. El bombo me hace volver a la realidad, dejándome ver como la gente nos sonríe y aplaude al alzar los brazos el cabo de escuadra.

La calle se ensancha, así que debemos ponernos al medio lo más disimuladamente posible. El cabo se gira hacia nosotras con esa flamante sonrisa y nos indica que lo hemos hecho bien. Me alegra mucho que todo esté saliendo exitosamente bien.

Alzo la mirada al escuchar todos los instrumentos sonar, tarareo la canción disfrutando de aquel auge. Las luces brillan y nos hacen brillar. Siento el aire impactar en mi cuerpo. Noto esa brisa fresca que me llena de fuerza y energía. Sé que estáis ahí, mirándome desde el cielo, disfrutando del desfile, de vuestra nieta. Cierro los ojos y me dejo llevar durante unos instantes, hasta que decido volver la mirada al frente, con mis ojos buscando entre la gente y la sonrisa que es incapaz de dejarme. La canción llega a su fin, lo único que nos acompaña es la caja de percusión mientras los demás músicos buscan la nueva canción. El cabo de escuadra nos hace descansar, seguimos moviéndonos pero sin andar, así no perdemos el paso. Pero de pronto, empezamos a escuchar "El president". Mi corazón ha empezado a latir fuertemente. Adoro esta canción, como dice mi padre, con esta marcha desfilas sola. Y justamente cuando volvemos a ponernos en camino lo veo. Veo al hombre que me ha hecho vivir esta tradición al límite, mi padre, el fundador de los Abbasíes. Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar el estribillo y al verle. Mi cuerpo está completamente lleno de emociones, tengo ganas de llorar pero no puedo evitar sonreírle más aún. Aplaude con pasión, disfrutando de ver a su hija, afirmando y haciéndome señas de que lo estoy haciendo muy bien. No me salen palabras de los labios, solo caen lágrimas de mis ojos agradeciéndole por transmitirme esa pasión, por enseñarme a sentir y, sobre todo, por estar orgulloso de mí."  Algún día papá, seré la capitana de las Bohemías y diré esa frase que tanto me has dicho cuando me has contado como fue tu experiencia cuando fuiste capitán: "A ningun cristià del món, rendiré jo aquest castell". "¡Visca Sant Miquel!"