Voy a estar siempre a tu lado

211 20 18
                                    

Hola mis queridos lectores, hoy les traigo un relato que escuchando varias canciones me han hecho llegar esta idea y creo que nos llegará a todos. Me incluyo, aunque a mí ya ha llegado. Espero que os guste y la disfruten. Un beso :3

Sus manos están juntas, con sus dedos entrelazados no queriéndose soltar para irse de nuevo a casa. Sus ojos cristalinos amenazaban con llorar y sus labios empezaban a temblar de tristeza.

—Mamá, no me quiero ir todavía. Melanie y yo todavía debemos casarnos. —Sus palabras hacían sonreír a su madre, pero lamentablemente se tenían que ir. No siempre podían estar juntos, por más que ellos se quisieran con apenas tres años, no podían hacer su sueño realidad.

—Debemos ir a casa, papá nos espera. —Las lágrimas comenzaban a empapar la cara de los dos pequeños—. No llores, mañana la volveremos a ver.

— ¿Y si no es así? —pregunta Luís mirando tristemente a su madre. Ésta se queda helada sin saber que responder a su hijo.

—Vamos. —Lo coge en brazos y lo lleva hasta el coche, viendo como cada vez más se alejaba de su querida princesa. Esa princesa que todos los días en el colegio lo recibía con un beso y un fugaz abrazo—. No es necesario que llores. Mañana la volverás a ver... —Repitió.

Pasaron gran parte de la infancia juntos, sentados uno frente a otro. Dedicándose miradas de amor, cariño, ternura... hasta cierto tiempo. Creciendo al unísono, yendo juntos al instituto, sentados uno al lado del otro. Cogidos de las manos para no separarse nunca. Estudios que fueron costosos, pero que con la ayuda y la fuerza que ponían ambos eran superados con creces. Las largas caricias de Melanie al tocar a Luís eran imprescindibles. Quería conocerle como nunca antes lo había hecho. Lo extrañaba tanto cuando no estaba con ella. Eran inseparables y superaban los problemas juntos costara lo que costara.

Y consiguieron lo que de pequeños no pudieron, juntar sus manos y decir esas dos palabras que tanto ansiaban decir, transmitiendo tal ternura que las lágrimas de todas las personas que estaban sentados escapaban por sí solas. Melanie acariciaba la cara de Luís, palpando cada rasgo de su rostro. Estaba contento, de eso no cabe la menor duda, aunque también se siente mal por ella. Porque ella nunca podrá vivir su historia como lo hace él.

El día que los separaron, la madre de Luís no supo que contestarle a su hijo. Lo que la hizo ignorar por completo lo que había dicho éste, sin embargo, en algo tenía razón el pequeño, ya que hubo un tiempo en que Melanie no aparecía por clase. Cuando su madre de Luís arrancó el vehículo Melanie salió corriendo detrás de ellos, escapándose del agarre de su madre, con tal mala suerte que un coche pasaba en ese momento. Voló por los aires, viendo su vida pasar en apenas un par de segundos. Un par de segundos que no les dejaron disfrutar a ambos. Luís, en el colegio, extrañaba sus besos, sus abrazos... hasta que seis meses después volvió una Melanie apenada. El pequeño se acercó a ella y acarició sus mejillas, quitando de ellas las lágrimas que le caían de los ojos. "—No te veo." Fue lo único que le dijo cuando sintió su mano en ella, a lo que él contestó: "—Voy a estar siempre a tu lado".

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