❝ Sorpresas Agradables ❞

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El lunes comenzó con un cielo pintado de gris y un olor de humedad llenaba el ambiente, los árboles comenzaban a tener hojas amarillentas que pronto se tornarían naranjas, algunas eran arrastradas por las frías brisas del viento y otras se resisten un poco más. Shigeo se levantó de su cama tras escuchar el llamado de su madre, se vistió con su uniforme, desayuno y salió de su hogar para dar inicio a su semana escolar que sabía, terminaba en ese viernes.

Su camino fue silencioso, no tenía prisa alguna y se dedicaba a mirar las amarillentas hojas de otoño y en algunos momentos se detenía tras sentir escalofríos dejados por los céfiros otoñales. Noviembre terminaría pronto, y con eso, sus vacaciones invernales darían inicio, y él no podía esperar para poder pasar más tiempo con sus amigos, su hermano, y quizá, aunque fuera un pensamiento que no admitiría tener, con Shou.

Apenas había pasado un día desde que había admitido sus sentimientos y ya sentía que podría perder la carrera. Esa noche apenas y pudo dormir lo justo, pues, un torbellino de pensamientos lo mantenían con los ojos abiertos, pensamientos pesimistas y sueños positivos, no recordaba que enamorarse se sintiera así, al menos no recordaba eso con Tsubomi, claro, los nervios estuvieron presentes en las dos situaciones, pero seguía siendo algo diferente. Podía suponer que era debido a lo sucedido hace unos meses con sus poderes, le era extraño poder expresar sus emociones sin miedo, era extraño no tener que embotellar su sentir, pero le gustaba, y no renunciaría a ello por nada en el mundo.

Su paso se detuvo justo a tiempo para evitar chocar con la puerta de su instituto, dio un par de pasos a su izquierda y entró al lugar caminando directamente a su salón de clases. En el camino se encontró con varios de sus compañeros y los saludó con una pequeña sonrisa, hoy sabía que no era probable que los viera pues no había club y además tenía su trabajo con Reigen, aunque, tenía más libertades debido a la presencia de Serizawa, incluso Reigen le había ofrecido un año para que pudiera aplicarse totalmente a los estudios en vista de que era su último año de secundaria, pronto iría a preparatoria, y por ende, necesitaría más tiempo para sus estudios.

Pero se negó.

Realmente disfrutaba de su trabajo, a pesar de la poca paga, era un lugar en el que paso buenos y malos momentos, y aunque no planeaba quedarse allí cuando creciera, quería crear más memorias, y actualmente, con Serizawa y Tome metidos en la oficina, las memorias eran muchas más que antes, y eso le gustaba. Además, podría intentar hablar con Tome acerca de lo último que le estaba pasando respecto a Shou.

Su día escolar comenzó y terminó tan rápido que realmente no recordó cuándo fue que finalizó. Durante todo el día su mente vagó pensando en lo que había cambiado en los últimos meses, en cómo no sólo él cambió sino también sus amigos y su familia, como todo parecía mejorar a pesar de todo lo malo que había pasado antes, eso era agradable. Cuando sonó la última campana del día indicando la salida, no espero nada y salió lo más rápido posible del lugar, no se cruzó con nadie en la salida y aunque pudo haberse sentido un poco mal antes e incluso pudo haber decidido quedarse un poco más para esperar a su hermano menor, hoy no parecía ser algo tan importante.

Recorrió un camino que ya conocía de hace tiempo, un camino que se sabía de memoria, el camino hacia la oficina de Consulta de Espíritus y demás, en el camino se detuvo para ver algunas de las secas hojas naranjas caer de los árboles en el camino y dejar pequeños cúmulos de las mismas sólo para ser alejados una vez más gracias a la fuerza del viento, observó las hojas danzar en el cielo al ritmo invisible del viento y como por el poder del mismo viento son destruidas quedando múltiples piezas de la alguna vez hoja, siendo arrastrados por el viento a otro lado, era un cierto toque nostálgico, era... Agradable.

Llegó a la oficina poco antes de las 4 de la tarde, y tan pronto como arribó pudo escuchar los incesantes gritos de la ex-presidenta del club de telepatía, después de la graduación de la chica, Tome comenzó a asistir casi todos los días a la oficina con la excusa de buscar un trabajo de medio tiempo, aunque era más que clara su búsqueda por lo paranormal como meta real. Debido a eso, tanto ella como él comenzaron a ser más cercanos, al punto en que ella bromeaba acerca de ser como una hermana mayor para él, y no era como si él quisiera contradecirla o negarlo en este punto.

❝ Mera Coincidencia ❞ ♥ ShouMob♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora