SS: Seiya de Pegaso

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La vida de un caballero no es fácil

Seiya ya estaba harto, su entrenamiento no parecía dar frutos, a pesar del tiempo que ya había pasado.

Un largo año había pasado en el Santuario, y su estancia parecía ser cada vez menos placentera.

Hasta que se encontró con cierta persona.

Un encuentro inesperado, sin lugar a duda

Era una mujer caballero, lo podía decir porque ella también usaba un uniforme parecido al de Marín, pero su máscara era diferente, era más como un antifaz, ya que solo tapaba desde su nariz hasta sus ojos, dejando descubierta la parte inferior de su cara.

Ella estaba entrenando, pero su entrenamiento era muy diferente a lo que él había hecho hasta ese momento.

Estaba tocando un instrumento, pero no sabía que era, mientras escuchaba una melodía que lo atraía cada vez más cerca.

- No deberías acercarte más, por tu propio bien - 

La voz de la chica era igual de hermosa que la melodía 

- ¿Por qué? - Seiya le preguntó curioso, mientras observaba a la chica.

En lugar de responder, Seiya pudo ver que en el piso, alrededor de ella, brillaban círculos de cuerdas.

- No deberías estar aquí - La chica al fin volteo a ver a Seiya, mientras los círculos desaparecían, permitiéndole al aprendiz acercarse - Esta zona está prohibida -

Todos lo sabían, excepto él

- ¿Entonces qué haces tú aquí? - Seiya recordó entonces que Marín le había dicho eso, pero que lo había olvidado.

- Yo soy la razón por la que está prohibida - Sin decir más, la chica volvió a tocar el instrumento - Canción de cuna - 

Y así sin más, Seiya cayó dormido por la técnica.

Pero eso no le impediría regresar

Al día siguiente, después de terminar su entrenamiento, Seiya se apresuró al lugar donde había encontrado a aquella chica.

Tardó bastante en encontrar el lugar, y el cansancio físico hacia que fuera difícil recordar sus vagabundeos.

Finalmente, su paciencia fue recompensada, ya que a sus oídos llegó la melodía que había escuchado el día anterior.

Con todo el cuerpo adolorido, Seiya corrió hacia el lugar, para después recargarse en una roca cercana a la chica.

- ¿Por qué volviste? - La chica le preguntó al sentirlo cerca, sin dejar de tocar.

- ¿Por qué estás aquí sola? -

- Es grosero responder a una pregunta con otra, aprendiz de caballero, pero estoy aquí sola por designios de la diosa Atenea - La chica lo miró, aunque Seiya hubiera preferido poder ver su expresión.

Eso solo lo hacia sentir más curioso

- ¿Cómo te llamas?¿Eres un caballero?¿Qué es ese instrumento? - Seiya soltó todas esas preguntas sin ninguna pausa entre ellas, haciendo que la chica riera.

- La curiosidad mató al gato caballero - La chica sonreía, así que su respuesta descolocó a Seiya - Soy (T/N), soy el caballero de Lira -

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