[09]

2.7K 498 26
                                    

YoonGi no comprendía porque motivo, circunstancia o razón, cada vez que estaba flotando en alguna nube de felicidad al lado de Jimin, el menor de ambos se encargaba de romper la magia del momento hablando de un tercero que no tenía nada que ver en sus planes.

Se había perdido en la mitad del parloteo mientras escuchaba algo sobre un tal Taemin, unas fotos fuera de contexto y un sinfín de comentarios de internautas que Jimin se había concentrado en exponer ante él, uno por uno.

YoonGi lo único que podía hacer era contemplar el rostro bonito de Jimin gesticulando miles de gestos adorables, uno que otro triste o molesto, mientras que otras terminaban en un pronunciado puchero que YoonGi moría por besar.

— Jimin. — Llamó el pálido. El menor le ignoró mientras movía su dedo de forma ágil por la pantalla táctil de su teléfono y seguía exponiendo más y más comentarios. — Jimin-ah, cállate.

— ¿Hmm? — Jimin observó dudoso hacia el mayor. Sus cejas se juntaron mientras un pequeño puchero adornó nuevamente los labios del menor. — ¿Hyung?

— ¿Quién putas es Taemin? — El rubio parpadeó perplejo mientras veía el rostro imperturbable del mayor. Parecía realmente interesado en saber quién era.

— ¿No lo conoces? — YoonGi negó. — ¿En serio hyung? Es un famoso idol, canta con el grupo de SHINee.

— Ajá. — Respondió el pálido. — ¿Qué tiene que ver contigo y porque rompió nuestra burbuja de felicidad y reencuentro? — Preguntó.

— ¡Hyung! — Chilló Jimin mientras lanzaba el teléfono. YoonGi le observó. — ¡Hay miles de fotos mías con Taemin en donde pareciera que estamos coqueteando?

— ¿Y? — Preguntó el pálido. Jimin le observó confundido. — ¿Estabas coqueteando con él? — Jimin negó. — ¿Entonces por qué tiene que importarme? — Preguntó el mayor de ambos. — La prensa es una mierda Jimin-ah, ¿y las personas que hacen comentarios fuera de lugar? Seguro no tenían nada que hacer en ese momento. — Comentó restándole importancia.

— ¿Quiere decir que no te importa esto? — YoonGi negó.

— Confío en ti, por difícil que sea creerlo. — Mencionó el pálido viendo con cariño al menor. — Ven conmigo. — Susurró palmeando sus piernas. El menor avanzó hasta el pálido y tomó asiento de forma cómoda sobre este. — ¿Ahora podemos seguir besándonos o me dirás otra cosa que rompa la magia? — Preguntó un tanto divertido al ver el lindo color carmín que adornaba las mejillas del menor. Jimin estuvo a punto de hablar hasta que sintió las manos del pálido recorrer sus piernas lentamente hasta instalarse por completo en el trasero del menor. — ¿Podemos entonces? — Presionó con una sonrisa divertida adornando su rostro. Jimin no respondió con palabras, simplemente actúo dejándose llevar por el momento y por el pequeño destello de deseo que notó en los orbes oscuros del pálido.

Para YoonGi, aquello fue como haberse ganado un premio de gran importancia, como la dicha que sentía de niño cada vez que se columpiaba en el parque que quedaba a una esquina de la casa de sus padres, fue como tener el mismo helado de chocolate que su hermano mayor le había comprado aquella tarde en donde se había caído.

Besar a Park Jimin, era como flotar en las nubes, se sentía completo, genuinamente feliz.

— Hyung. — Susurró el rubio escondiendo su rostro entre la curvatura del cuello del pálido y sintiendo el latido desesperado de su corazón. YoonGi sonrió mientras sostenía la cintura del menor y respiraba profundamente intentando mantenerse en tierra. — De verdad te quiero.

— Yo también te quiero. — Mencionó seguro el mayor, sintiéndose feliz de ser correspondido de la misma manera. — Te quiero muchísimo.

— Gracias por confiar en mí. — Susurró el rubio separándose. — Gracias por voltear a verme. — YoonGi rió divertido mientras negaba.

— ¿Cómo podría seguir ignorando tu presencia? — Cuestionó. — Desde que te vi, supe que no tendría escapatoria, que quería probar el sabor de tus labios, enlazar mis manos con las tuyas... — Susurró tomando la pequeña mano del menor, riéndose al notar la clara diferencia en el tamaño de ambas. — Sabía que sería difícil ignorarte cuando sonrieras de esa forma tan bonita en que lo haces. — Jimin negó mientras reía. Las mejillas abultadas del menor le inspiraron a querer tocarlas. — Me gustas mucho.

— Si nos ponemos a decir las cosas que nos gustan del otro, estoy seguro que nunca saldríamos de aquí. — Mencionó entre divertido y feliz. YoonGi asintió afianzando su agarre en el cuerpo del rubio.

— Me parece perfecto, quiero pasar todo el día contigo. — Y para Jimin, aquello no pudo ser mejor.

Pasaron toda la tarde entre chistes y anécdotas, YoonGi le contó con infinito detalle cada actividad que había realizado en su encuentro con sus fans, le contó las cansadas horas de trabajo, la pésima comida que le dieron, y sobretodo... Contó como anheló dejar todo atrás y agarrar el primer vuelo o tren que lo trajera de vuelta a casa.

— Yo también te extrañé tanto. — Sonrió Jimin mientras servía en un plato la comida que TaeHyung les había dejado. — También te extrañé muchísimo hyung, pero al igual que tú, también tenía tanto trabajo que hacer. — Confesó tomando asiento al lado del pálido. — Dentro de poco saldrá una nueva sesión de fotos, espero que tú estés de primero esperando por ellas.

— Espero que las envíes a mi estudio. — Sonrió el mayor. — Y si las traes tú personalmente, no me quejo. — Mencionó encogiéndose de hombros.

— Cobro muy caro por el traslado. — Expresó el rubio. YoonGi rió.

— Tengo todo el dinero del mundo para pagar lo que pidas. — Respondió tan seguro de sí mismo. — ¿Cuánto quieres?

— ¿Puedes quedarte conmigo esta noche? — Preguntó sin filtro alguno. YoonGi le observó perplejo mientras Jimin sentía que el mundo a su alrededor estaba desmoronándose ante el silencio al cual estaba siendo sometido. — S-Solo q-quiero que duermas conmigo, nada más... Y-Yo... ¡Olvídalo! — Gritó de forma repentina. YoonGi negó al ver la posible huida del menor y se levantó de su asiento para sostener entre sus brazos al rubio.

— Me gustaría pasar la noche contigo, Jimin-ah. — Susurró seguro de cada una de sus palabras mientras se perdía en la profunda mirada del menor. — Pero prométeme que no meterás a más nadie en nuestras conversaciones. Jimin rió al ver la mirada un poco molesta del pálido.

— Lo prometo hyung.

...

Gracias por leer.

Mil disculpas por la tardanza, muchas tareas que entregar. La universidad está golpeando fuerte jajaja.

¡Nos leemos pronto!

Adore you » Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora