3. Aveces Pasan Cosas.

737 120 16
                                    

Aveces pasan cosas curiosas en la vida, descubrimientos, hazañas, unas más traumaticos que otras.

Por ejemplo.

ChangBin descubrió que Santa no existía cuando tenía siete años y pues fue triste pero nada de otro mundo, a los catorce su papá le confesó que en realidad su mamá nunca los quiso y que vivía en otra parte y, de nuevo, lamentable pero era casi obvio.

Y entonces pasan cosas más impactantes, como creer que superaste algo y que no sea así.

Cuando cumplió dieciocho años se marchó del palacio real donde vivía junto a su padre porque se dio cuenta de dos cosas, primero, estaba completamente enamorado del príncipe Felix, y segundo, eso jamás podría ser.

Así que se fue.

Tomó sus cosas y se marchó al primer país donde le pudieran recibir por el suficiente tiempo ¿Cuánto es suficiente? Según ChangBin dos años y fracción podrían ser suficientes pero cuando su mamá murió tuvo que volver y lo hizo con la seguridad de que ese amor no correspondido vivía en sus viejos recuerdos y podría llegar a entablar nuevamente una amistad con su príncipe.

Aquí viene lo curioso.

Le dieron el trabajo de cuidar de Felix pues estaba algo rebelde, genial, pero pasó que cuando lo volvió a ver en el jardín en sus recientes veinte años, con el rostro un poquito más delgado, las pecas a todo relucir por los días de sol, ojos brillantes y emocionados de verle fue cuando se dio cuenta que descubrir que el conejo de pascua no es real no era nada con haber siquiera imaginado que superó a Lee Felix.

Pero tuvo que disimular, actuar el mismo papel que jugó años antes.

Y Felix seguía tan magnifico como siempre, no podía oír mas de lo que hace una roca y Changbin conocía casi todos los signos básicos de la lengua de señas pero no suficientes.

De todas formas ellos tienen su propio idioma, idioma de miradas, de gestos, de sonrisas.

-¿ChangBin puedes revisar a Felix? Nunca despierta tan tarde- El rey le pidió. Este año era aniversario de la construcción de aquel palacio por lo que el Rey y su papá estaban como locos preparando la celebración.

-Por supuesto - Contestó.

Le habían dado un uniforme todo negro, algo ajustado de los brazos pero ya qué.

¿Le gustaría a Felix como le queda?

Si, claro, el parecía un delincuente antes que de la realeza como su principito.

Llegó frente a la puerta de Felix y tocó que timbre que activa la luz de aviso, lo tocó al menos cuatro veces pero Lix no abrió.

-¿Qué demonios? - Habló sólo.

Decidió que iba a entrar nada más.

Lentamente abrió la puerta pero nadie le impidió el paso así que terminó de meterse. Todo se veía normal excepto por un bulto en la cama.

No quiso asustarlo así que caminó hasta él y se sentó en la cama para hacerla mover.

Felix abrió los ojos y los miró.

-ChangBin.

Felix lo había bautizado, como a todos, con su propio signo y el signo para su nombre era igual al de "Regalo" pero con los brazos invertidos porque dijo que conocerlo fue el mejor regalo esa navidad.

-¿Qué pasa? - Se preocupó de modular muy bien.

-Enfermo- Entendió- Frío.

Probablemente Felix decía más cosas en su lengua pero ChangBin se quedaba con lo que entendía o debía pedirle que escriba.

-Veamos- Le puso una mano en la frente y ¡Estaba ardiendo! - ¡Guardia!

Un guardia del palacio apareció en la puerta.

-Llame al médico y avise a los reyes que el príncipe está enfermo, por favor- Pidió y aquel hombre salió corriendo.

-¿Qué pasa? - Felix signó desganado.

-Tienes fiebre- Le explicó volviendo a tocar su mejilla- ¿Te duele el estómago?

Felix negó, solo parecía estar afiebrado y adolorido de sus músculos.

-ChangBin ¿Qué ha pasado? - La reina apareció junto al médico quien inmediatamente saltó en ayuda de Felix.

-Su majestad el rey me pidió que venga a ver a Felix, ya era bastante tarde para lo que acostumbra a levantarse- Se cruzó de brazos- No contestó la puerta y entré, me lo encontré así.

El médico de Felix hablaba lengua de signos, al igual que sus padres y su primo, por eso ella no tenía problema con verlos conversar pero ChangBin estaba teniendo un poco de dificultad al seguir sus movimientos.

La mamá de Felix signa y haba, pero el médico no por lo tanto se pierde todo lo importante.

-¿Podría saber que sucede? - ChangBin preguntó también con algo de temor de ser reprendido por acompañar a Felix en su escape donde terminó todo mojado.

-Bueno, el príncipe tiene fiebre y escalofríos - El doctor anotó un par de cosas - Es momentaneo, seguro se le habrá quitado para mañana.

-Este niño, cada día más raro ¿Cómo se le ocurre tomar un baño de noche y ni siquiera secarse el cabello para dormir? Dios mio...-La reina se tomó el largo cabello en una coleta- Gracias ChangBin, por favor quedate pendiente.

-Lo haré- Se quedó solo con Felix y con desespero lo encaró- ¿Baño a medianoche?

El se encogió de hombros- No diré nada- Pudo entender.

-¿Qué voy a hacer contigo principito? - Le acarició el cabello haciendo a Felix cerrar los ojos.

Parecía un pequeño ángel que dormía entre sábanas de seda, Felix era tan hermoso que no cabría duda que es un príncipe para cualquiera que lo vea.

Le encantaba su naturaleza tímida y tranquila, anoche realmente le sorprendió verlo huir de casa pero fue también una experiencia buena de vivir.

Tenía que aprovechar de estar a su lado lo máximo posible antes que alguien llegase a pedir su mano o Felix conozca a alguien para pasar sus días y no quería sonar soberbio o de mal agüero pero ChangBin sabía que nadie cuidaría de Felix como él.

-¿Enojado? - Felix le preguntó con los ojos aún cerrados así que ChangBin le jalo un mechoncito de pelo para que lo mire.

-No lo estoy- Le sonríe- ¿Me avisaras la próxima vez?

La sonrisa de Felix es un tesoro cuando le afirma con su cabeza.

-Bien, ahora descansar para que puedas comer algo más tarde.

El príncipe obedeció y cerró los ojos mientras ChangBin aún velaba por él.

Príncipe (ChangLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora