17. Tal cual Eres.

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Hola lectores, perdón si estoy desaparecida pero aquí un capitulo bien especial.

-¿Diga? - ChangBin contestó el teléfono- Hola HyunJin... ¿Cómo dices?, si, está bien, no, no está aquí. Si sé algo de JeongIn te lo haré saber. Adiós.

ChangBin cuelga el teléfono y suspira, luego voltea y lo mira mal.

-Tendrás que explicarme esto ahora mismo JeongIn.

JeongIn patalea molesto y con ojos rojos de tanto llorar. Felix no entiende nada porque ninguno se dio el tiempo de traducirle la conversación que acababa de ocurrir al teléfono.

-¿Por qué estas triste? - Felix le preguntó tomándole después la mano.

-HyunJin dijo... Lo escuché hablar con sus padres- JeongIn hacia tres cosas a la vez, llorar, hablar y signar- Dijo que yo era incontrolable, salvaje e inquieto.

-¿Lo dijo en mal tono? - ChangBin le preguntó.

No sé! Sólo lo escuché y me sentí muy mal, me vine aquí y no quiero verlo porque él no me quiere más.

ChangBin y Felix se miraron extrañados, JeongIn lloraba por algo que probablemente escuchó a medias. Esa mañana apareció en la puerta hecho un lío, con su maleta en mano diciendo que estaba acabado, que todo había terminado.

ChangBin era de la idea de llamar a HyunJin y decirle que el niño estaba aquí mientras que Felix quería estar del lado de su primo.

-¿No crees que está preocupado? El me dijo "Si a JeongIn le sucede algo me muero"

-Lo dijo por culpa, yo sé que no me soporta- JeongIn se paro bruscamente asustando a Felix- Volveré con mis padres, si me quieren casar con otra persona que así sea ¿¡Qué será de mí sin HyunJin!?

-Pero si tu lo dejaste- Felix gesticulo- Llámalo.

-Imposible - JeongIn negó- Siempre seré un niño salvaje. No puedo ser un príncipe.

Tomó sus cosas y las llevó al cuarto que era suyo cuando se quedaba en el palacio, cerró con llave y se tiró sobre la gran cama a voltear sus lágrimas.

Él siempre había sido tan impulsivo, rompía cosas sin querer, quemaba la comida, se pintaba el pelo de colores y probablemente si, era un niño salvaje.

HyunJin era tan tranquilo y agradable, inteligente como ningún otro que era más que obvio que ellos no podían ser la pareja perfecta que imaginó.

Él fue criado como un mestizo entre la realeza y la gente común, HyunJin era todo un príncipe directo, perfecto, intachable que no tenía porqué soportar a alguien como él.

Las lágrimas se le agotaron y la energía también por lo que acabó completamente dormido.

****

Ah.

JeongIn.

Desde que se comprometió con JeongIn toda su vida había cambiado, y no porque ahora tuviera que actuar como novio o adquirir ciertas responsabilidades, había cambiado a una dirección que jamás tomó.

JeongIn era sinónimo de apacionado, aventura, emoción, ruido y tantas otras cosas que HyunJin jamás conoció. Su prometido era, como poco suele suceder en la realeza, el tercer hijo.

HyunJin es hijo único.

JeongIn sabe lo que es defenderse, sabe muchos juegos, y viniendo de un pueblo costero adora el mar, el agua en general y Dios santo si no se asustó la primera vez que lo vio metido en el río que corría con fuerza.

Casi se le salió el alma del miedo.

JeongIn no estaba relacionado con las grandes plantaciones o los animales de crianza, eso también lo emocionó, las pobres gallinas tenían pesadillas con JeongIn gritando tras ellas y las vacas no podían más de JeongIn conversando con ellas.

Y algo que definitivamente tenía su JeongIn era buen oído, por eso le escuchó hablar con sus padres, pero claro, el niñato solo escucho la primera parte.

-JeongIn es todo un caso- Su madre rio, le agradaba en verdad.

-Lo sé, es un chico incontrolable, salvaje e inquieto- HyunJin sonrió- Aveces me siento un viejo a su lado, pero realmente lo amo.

-No pensé que te oiría decir eso un día- Su papá lo abrazó- ¿Entonces dices que si? ¿Quieres adelantar la boda?

-Si, es una buena idea.

HyunJin salió contento de esa conversación, buscó a su prometido por todo el lugar pero no se apareció. Fue a su cuarto, era extraño que esté ahí pues se la pasa corriendo de un lado a otro, y aunque no lo encontró dentro si se llevó una sorpresa.

Las puertas de los muebles estaban abiertas, no encontró nada de su ropa o sus zapatos, ni un mensaje, nada. También las ventanas del cuarto estaban completamente abiertas.

Estaba claro que JeongIn se había ido.

¿Hace cuanto?

No podía estar demasiado lejos.

Salió corriendo y llegó en tiempo récord hasta la terminal de trenes, estaba jugando con la suerte, JeongIn podría haber tomado un avión o cualquier otro método para irse, pero afortunadamente lo vio a lo lejos con su maleta en mano.

-¡JeongIn! - Él pequeño diablillo volteó a verlo y se apresuró.

No alcanzó a llegar a él, no se le ocurrió tampoco usar su autoridad como para gritar "¡Detengan a ese chico!" , de todas maneras sería un escándalo pues nadie sabía que ellos iban a casarse.

Para su mala suerte JeongIn tomó el tren de línea directa, es decir, para en todos los pueblos del país con un viaje de tres semanas y su prometido podría parar en cualquier lugar.

El primer lugar que pensó era su pueblo natal pero ChangBin le dijo por teléfono que JeongIn no estaba ahí.

Estaba como loco, tenía a todos los guardias del palacio llamando por teléfono a los demás pueblos o a los contactos que tuvieran.

Si JeongIn no estaba en Océano ¿Dónde? Se la pasó todo el día histérico, lloraba de cólera por no saber el motivo de JeongIn de marcharse de casa.

¿Ya no lo amaba?

-¡¿ChangBin?! ¿Sabes de él? - Recibió una llamada cerca de la media noche- Por favor dime algo, dime lo que sea...

-Está aquí.

Pidió subir en el primer avión en dirección a la casa palacio de los muchachos. No podía creer lo que ChangBin le contó, JeongIn pensaba que no lo soportaba y él no lo podía permitir eso.

Ellos estaban destinados a estar juntos.

Era el amanecer cuando entró por las puertas del castillo, saludó a sus amigos quienes pidieron perdón por haber cubierto al pequeño.

Pero a HyunJin no le importó, solo importaba que tenía a JeongIn.

-¿HyunJin? - Le dijo un recién despierto JeongIn, tenía los ojos hinchados y el pelo revuelto.

Su amado niño inquieto.

-JeongIn

-No me sermone-

-¡JeongIn! - Lo abrazó y al fin pudo respirar tranquilo- Pensé que te había pasado algo malo, nadie sabía de ti ¿No entiendes que casi pierdo la cabeza?

-Pero tu dijiste que yo soy-

-Lo sé- Lo interrumpió nuevamente- Y es así, eres salvaje, desordenado, inquieto, irremediable y te amo tanto JeongIn.

-¿Me amas?

-Por supuesto, para mi esas cosas son características maravillosas- HyunJin le peinó un poco- No podría amarte de otra manera.

JeongIn sonrió, dándose cuenta que quizás había exagerado un poquito y debería comenzar a ser menos chismoso, o al menos, hablar las cosas antes de huir.

-También yo, no podría amarte de otra forma.

Príncipe (ChangLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora