Me rindo ante ti [Bakutodo/TodoBaku]

Blessed kisses waiting

Aclaración antes de leer: Creo que esto lo dije antes, si no, aquí va. Me encantan los saltos temporales, y como se habrán dado cuenta, lo hago mucho en esta historia. Una disculpa si no es lo correcto, o si con eso parece que me "salto" detalles, sin embargo, lo que busco con esta historia es ir al punto. Así está pensada desde un inicio vaya.

Es todo xD

Disfruten el capítulo :D

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Pero por más fuerte que sea la determinación, si pasan años sin tener resultados, ésta se verá afectada. 

Uno se sentía cada día más miserable, y el otro, luchaba por mantener lo que tanto se había prometido.

⊹ ✚ ♡ ✚⊹

—No tardes tanto, te esperaré aquí fuera.

Katsuki tomó asiento casi en el momento en que una persona dejaba el sitio. 

Era difícil encontrar un sitio para estar sentado con tanta gente en esas fechas.

—No seas gruñón, tu te ofreciste a acompañarme de compras. —Ochako le pellizcó la mejilla a su hermano mayor —Vamos, sonríe un poco.

—Hay demasiada gente aquí, no puedo dejarte totalmente sola, eres muy distraída.— Comentó Katsuki mientras luchaba con su hermana a quitarle la mano de su rostro. —Y ya suéltame, agh.

—¿Acaso mi hermanito se preocupa por mi? ¡Qué tierno! —Ochako le dejó libre la ya enrojecida mejilla de Katsuki para luego plantarle un tierno beso en la zona, cosa que hace que su hermano mayor se limpie de inmediato con cara de asco.

—Deja de hacer eso, cara redonda.

Ochako le sacó la lengua de manera juguetona mientras se alejaba para entrar a la tienda que tenían enfrente.

Katsuki suspiró mientras sacaba su teléfono para pasar el rato. Sí, había ido a cuidar a su hermana, sin embargo, consideraba que vigilar la tienda por fuera era suficiente, porque aunque le había dicho aquello a Ochako, sí que confiaba en ella. De cierta manera, estaba ya consiente de que podía cuidarse ella sola, ya no era una pequeña niña; pero bueno, mientras pudiera —porque claro, cuando crecieran más ya no podía estar de esa manera— le brindaría toda la protección posible.

Katsuki intentó concentrarse en un juego en su teléfono, sin embargo, no podía hacerlo del todo dado al ruido y a los varios niños molestos que se detenían a mirar qué estaba jugando e incluso hubo un par que casi le quitan el teléfono alegando "que era su turno",  ¡¿quienes se creían esos mocosos?!

Terminó rindiéndose a solo ver la gente pasar. Era cerca de Navidad y todo estaba siempre abarrotado por aquellos que hacían sus respectivas compras por esas fechas. 

En ese momento agradeció que las bancas fuesen de metal porque de esa manera casi nadie quería sentarse en ellas, dado que solían estar bastante frías. A él le traían sin cuidado. 

Se encontraban en una pequeña plaza con algunas tiendas de ropa, zapatos y otras más de joyería y comida. Sin embargo, no estaba totalmente techada, pues los pasillos entre las tiendas estaban al aire libre, cosa que Katsuki no entendía del todo, pues era como estar en una calle aunque con límites que la rodeaban.

Estaba mentalizado por esperar un buen rato ahí, pues sabía que su hermana tardaría en elegir algo para la cena navideña con sus amigos.

Miraba a la gente un rato para luego, mirar al suelo o las decoraciones de los alrededores. Todo, claro, con una cara de pocos amigos que igualmente le ayudaba — junto al metal—, a que nadie quisiese sentarse a su lado.