Lonely | Iván Archivaldo Guzmán |

03

03 | LONELY
"¿Y si lo tuvieras todo pero a nadie a quien llamar? Tal vez entonces me conocerías, porque lo he tenido todo pero nadie escucha y eso es jodidamente solitario"

40 votos y 25 comentarios y subo el próximo.

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Sonrío ante los halagos que me dan los amigos de papá a quienes considero como mis tíos.

Acomodo el corte que mi vestido lleva en la pierna para que esta se vea más estilizada y extensa, aunque no hace magia.

Un escalofrío recorre mi espalda desnuda cuando posan en ella una mano, la de mi acompañante que me mira aterrado, borro mi sonrisa, sé que algo anda mal.

—Gianna, los atacaron cuando venían.

—¿Están bien?

—Al parecer.. Lenna no, Giana.

—¿Qué? No. No ¡No!

—Gianna—Siento como mueven mi hombro hablándome fuerte. Me reincorporo y pronto me oriento dónde estoy.—Tuviste una pesadilla, cielo. Todo está bien.

Pestañeo varias veces para que las lágrimas que mis ojos acumulan no se derramen.

Marietha masajea mi hombro y me mira con cautela, asiento y me pongo de pie.

—En una hora un paciente tuyo requiere entrar a quirófano, al parecer no escuchaste los llamados —Salgo del cuarto de descanso colocándome mi bata y me dirijo a la sala médica para checar mi itinerario. Afortunadamente mis horas de sueño estaban por acabar por lo que mi rendimiento debería ser el mejor, como siempre.

(...)

Ingreso a la habitación de Iván que se encuentra totalmente solo ya que el horario de visita aun no comenzó.

Le doy una rápida mirada a la cama donde se encuentra el castaño y siento como abren y cierran la puerta detrás mío. Leo el último parte médico que se le brindó a la familia y Cayetana me extiende un sobre y una Tablet.

—Aquí tiene los resultados de la tomografía, doctora.

—¿Las analizaste?—Ella asiente.

—Le va a alegrar saber que está teniendo una evolución favorable.

Miro a detalle tanto el tomograma en papel como en la pantalla del dispositivo, una sonrisa se me dibuja y mi corazón se estruja de felicidad.

—Vamos a darle un seguimiento muy de cerca la próxima hora pero al parecer ya no se requerirá de una cirugía.—Firmo unos papeles y lanzando un suspiro le pido a Cayetana que me deje a solas.

—¿Sabes, Iván?—Una vez más tomo asiento en la silla a un lado de su camilla.—Estoy por entrar a quirófano y—Tomo su mano y paso la mía por su frente y cuello asegurándome de que tiene una buna temperatura.—Y por derecho tengo veinticuatro horas libres, es decir, no tengo que pasarme por aquí pero me preocupa. Me preocupas.—Me sincero—Nadie te cuidará como yo.—Aclaro mi garganta—Digo, me refiero a que... ¡Dios!—Me quejo al estar nerviosa cuando no debería de ser así ¡Iván ni siquiera me está oyendo!—Dicen que soy de las mejores neurocirujanas que han salido de Texas en los últimos años, además de las más jóvenes en alcanzar ese título. Tal y como Lenna siempre nos dijo que sería.

—Pero te digo mamá que Iván está en buenas manos, no tienes de qué preocuparte.—Me pongo de pie de inmediato al oír voces en el pasillo.

—Nos vemos en un día, recupérate pronto, Guzmán.—Susurro en su oído, dejo una última caricia en el dorso de su mano y comienzo a caminar hacia la puerta peor algo me detiene y es la inquietud de no despedirme mejor.