Final.

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Yoongi besaba con vehemencia a Jimin, no eran sus usuales besos cariñosos

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Yoongi besaba con vehemencia a Jimin, no eran sus usuales besos cariñosos. Estos besos eran muy diferentes, eran llenos de pasión, eran besos con intención de calentar a su omega, de invitarlo a consumar su amor. Lo habían sabido desde el principio, ambos se pertenecían, aunque hubieran querido llevar las cosas de manera lenta y romántica, no pudieron.

Sin embargo eso no era malo, tal vez una parte de sí mismos se reprochaban porque de alguna manera querían demostrar que eran fuertes y que podían esperar un poco más. Pero las cosas no funcionan así, el corazón no funciona así, ellos simplemente se gustaron en cuanto se vieron, se quisieron después de una pequeña plática y comenzaron a amarse al pasar tanto tiempo juntos.

Debido a eso a Jimin ya no le importaba más, lo único que deseaba era apaciguar aquel calor dentro de su ser, aquel que crecía en su vientre y subía hasta su pecho. Le costaba respirar y sentía su cabeza pesada, pero no era por alguna enfermedad. Era por el deseo inmenso que tenía sobre aquel alfa de cabello negro que lo veía como si fuera lo mejor del mundo.

Jimin aspiraba bocanadas del exquisito aroma de Yoongi, su alfa olía a whiskey con un toque de limón. Era un olor fuerte y penetrante, se sentía borracho con solo pasear su nariz por el cuello níveo del mayor, esparcía besos, mordidas y lamidas, sabía tan bien, quería más, quería todo de Yoongi.

Yoongi en cambio se sentía nostálgico, recordando los días en que había salido al jardín a acompañar a su madre. Su madre siempre fue alguien que amaba la naturaleza, el olor de las flores siempre era dulce pero no aquel dulce que te empalaga, el dulce de las flores era más lindo. Un olor que le traía el recuerdo de un hogar lleno de amor, ese era el olor de Jimin, olor a las peonias que su madre tanto cuidaba y junto a fresias simplemente hacían la combinación perfecta para él.

El alfa lamía el cuello de Jimin, justamente en la parte en la que próximamente iría su marca, en ese lugar el olor era tan fuerte que sus caninos crecían de manera inconsciente y sentía su boca salivar con ganas de morder hasta dejar su propio olor en el lugar.

Pero eso no era todo lo que quería, Yoongi bajo poco a poco sus besos, las clavículas eran sus favoritas y mucho más en esos días en los que Jimin comenzaba a usar toda la ropa que le había usado. A Jimin le gustaba usar ropa una talla más grande de lo que debería, pero eso no significara que ocultara su figura, el omega encontraba la manera de mostrar su figura o al menos mostrar solo lo suficiente para hacer delirar a los alfas. Sin embargo ese tipo de ropa tenía su beneficio, porque se deslizaba por su hombro dejando expuesto su cuello y sus clavículas.

Mordió, beso, lamio y succiono el área hasta dejar una marquita que próximamente se tornaría morada. Ante eso el alfa solamente pudo sonreír para seguir su camino, ni siquiera recordaba cuando le había quitado por completo la ropa a su omega, simplemente por momentos de lucidez notaba lo mucho que habían avanzado de manera automática.

Mi único rey - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora