Las gotas de sudor corriendo por su frente y nublando de momentos la vista cuando una que otra llegaba a colarse por sus largas pestañas le hacen tropezar con sus propios pasos y con algún cliente que le reclamaba enfurecido su falta de atención, pero ni siquiera eso le detuvo cuando por fin cruzo la puerta para cambiarse a su uniforme de trabajo, mirando casi esquizofrénico hacia los lados para corroborar que su superior no estuviera merodeando a los alrededores y diera cuenta de su retraso, con el acontecimiento la semana pasada con Natsuno dudaba mucho que le pasará otra falta, una más y estaría fuera del negocio, cosa que no se podía permitir, necesitaba más que nada el dinero ahora que al fin había encontrado un centro donde pudieran enseñar a su pequeño a hablar, no se daría el "lujo" de quedar desempleado.
Ajusta rápidamente la corbata y sale del cuarto de empleados, casi pegando un brinco cuando tiene a Hiruzen frente suya con una expresión nunca antes vista en el tiempo que llevaba ahí. Por instinto hace una fuerte reverencia, cerrando los ojos para esperar lo peor.
- Lo siento mucho señor, se me hizo tarde en el instituto y no pude llegar a tiempo - no se atreve a levantarse hasta escuchar su castigo el cual jamás llega sino que una sonora risa se deja escuchar en el sitio, causando confusión pero sin quitar el peso de la situación de encima. Itachi se endereza sin comprender la enérgica actitud del anciano, puede que estuviese de buen humor como para dejarle pasar aquello.. -
- Itachi pero que dices, no te preocupes muchacho, es la primera vez que llegas tarde tranquilo - palmeó cariñosamente su brazo, cosa que preocupan aún más al pelilargo que rehuye sin querer del tacto -
- Mi señor no comprendo -
- ¿Qué exactamente? - su exagerada sonrisa le comenzaba a inquietar -
- Es decir.. ¿no está molesto por que llegue tarde? -
Sabía que estaba jugando mucho a su suerte al recordarle su falta pero le asustaba aún más la extraña actitud del hombre, jamás fue amable con él ni siquiera cuando fue a solicitar el empleo, no era comparable con Danzo eso era cierto, pero no era un jefe muy "amable", en varias ocasiones le reprendió, su cambio drástico esa tarde lo hacían creer que era todo una farsa, que aquella sonrisa era solo una máscara que ocultaba su posible despido.
- Claro que no ¿porque estaría enfadado con un empleado tan eficiente como tú? -
Se acerca el peligro pensaba con nervio, apretando los dedos de las manos que ya comenzaban a sudar, poniendo en evidencia su alterado estado.
- Y-Yo no sé qué decir -
-¡Itachi-kun! - oh, al fin algo de alivio. Ino -
- Hola, Ino -
- ¿Como lo has hecho? ¿Es más guapo en persona? ¡Ay me alegro tanto por ti! debes de sentirte muy feliz - arquea una ceja ante la eufórica llegada de la rubia -
- Señorita Yamanaka deje que el joven Uchiha se relaje, seguro que después del instituto debe estar muy agotado ¿no es así? - es ahora Hiruzen quien interviene, mirándolo aún con esa inquietante expresión alegre -
¿Pero qué demonios estaba pasando?
- Bueno.. en realidad yo -
- No diga más, tómese un breve descanso, le vendrá bien - palmeó su espalda y le jala del brazo para sentarlo en una de las sillas en la habitación -
Itachi traga saliva con dureza, algo muy extraño estaba sucediendo ese día y no creía estar inmerso en un sueño profundo porque el cansancio en su cuerpo era tan real como las manos de Hiruzen postrándolo sobre la silla con una sonrisa exagerada.
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Melodías a nuestro nombre
FanfictionParte II Triste, lúgubre, la vida de Itachi parecía volver a tornarse oscura después de su ruptura con Shisui. Los días pasaban como pesadillas a su alrededor mientras que su corazón intentaba inútilmente recuperarse, su cabeza lo atormentaba con e...