Cuando Lisa cumplió los 15 años la dejaron de salir de casa sola con el perro guía que ahora tenía 6 años.
Tenía su bastón por un lado y la correa con el perro por el otro.
Se sentía tan desorientada, Jennie le había preguntado si ella veía negro, le explico que el negro era la falta de color, pero Lisa no veía negro, ella no veía nada.
No había nada, nada, pero la nada era difícil de explicar, por que no tenía una dimensión, o color, o algo ahí, ella no veía nada.
Con los años que tenía podía comprender que todo era extraño y desconocido, no todo era bueno o lindo, pero tampoco malo o feo. Pará empezar ella no tenía un concepto de belleza por que sus ojos no funcionaban.
Podía ser mejor dicho confuso.
Siguió caminado a un parque que Jennie le había enseñado hacia algunos meses, o eran años, ella no era buena con las fechas.
- Hola -la voz de alguien desconocido la llamo, era algo gruesa pero parecía femenina-
- Hola -respondió tanteando la banca donde se sentaría-
Hubo silencio prolongado en el que se concentró en escuchar, sentir y se podía decir saborear el ambiente extraño que la rodeaba, Amarillo permanecía sentado a su lado sin emitir sonidos, el siempre era así cuando salían.
- ¿Eres ciega? -preguntó la voz desconocida-
- Si -respondió, ahora que estaba más tranquila podía detectar que la voz de la persona variaba en cada tanto hablaba, parecía no tener demasiado control en el tono que usaba.
- Yo soy sorda -dijo quizá tratando de mantener una conversación- es la primera vez que trato de hablar con alguien desconocido, pero me pareciste tranquila -
- ¿Cómo sabes que digo si eres sorda? -preguntó Lisa consternada, quizá le mentía-
- Puedo leer los labios, pero sólo si hablas lento, es complicado -respondió en tanto Lisa asentía lentamente- cuando tienes una discapacidad todo es más difícil, casi nadie es capaz de entenderte o ayudarte, para los demás sólo somos raritos o a veces inútiles la mayoría del tiempo -
Pensó en cuanta razón tenía, su madre decía que era defectuosa y Jennie temía que no pudiera hacer algo sola, o de manera autosuficiente.
A veces deseaba poder ver.
- Quisiera poder escuchar, ¿Cómo sonaría mi voz? -comentó la desconocida, su tono de voz había bajado un poco-
- Quisiera poder ver -dijo en voz alta Lisa aunque sabía que la otra no la escuchaba-
Las fantasías eran algo difícil, rara vez se hacían realidad.
Se preguntaba que color era ahora.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.