𝓷𝓲𝓷𝓮

218 18 10
                                    

5...4...3...2...1... el tiempo finalizó.

—¿Adelaide?— Hermione miró a la oji-azul sin saber por qué estaba parada en medio de la escena.

—Lo siento Hermione— Adelaide miró por última vez a sus amigos y corrió hacia la escuela como si la vida dependiera de la velocidad de sus piernas. 

—¿¡A dónde vas?!.

—¡Te explicaré luego, no tardaré!.

Recorrió el bosque hasta la cabaña de Hagrid donde tomó un leve respiro. Su corazón latía con fuerza, sentía como el órgano golpeaba su pecho rápidamente y sin piedad. Al no poder perder mucho tiempo siguió su camino hasta las puertas del castillo donde aún había estudiantes volviendo a sus habitaciones. La chica rubia se camufló entre la multitud e intentó encontrar al oji-azul por los interminables pasillos de Hogwarts. Desesperada por encontrarle a veces decía su nombre en alto esperando que él respondiera a su llamada.

Había recorrido casi todos los rincones que el oji-azul solía visitar pero su insaciable búsqueda fue en vano. Tragó saliva, y por última vez dijo su nombre.

—¡Draco!, ¿Dónde estás?— se apoyó en la pared agitada colocando una de sus manos en su frente mientras mantenia su mirada en los pasillos que tenía delante y en un valcón donde la figura de un chico llamó su atención. 

De nuevo comenzó a andar hacia el valcón y un chico alto, de pelo rubio casi blanco y ojos azules se giró con una expresión seria y neutral.

—Draco...lo siento— su respiración se filtraba en su voz haciendo que lo que había dicho recientemente pareciese solo un susurro.

—No importa, sabía que no mantendrías la promesa tan pronto— el chico le dio la espalda y continuó mirando la luna llena adornada por las estrellas.

—Si nada de lo que está pasando ahora mismo estuviese pasando no me habría ido de allí...y lo sabes.

—No, no sé lo que está pasando porque nunca me cuentas nada. Cada vez que te veo estas con ellos, siempre se te ve feliz y no te estoy diciendo que no te acerques a Potter, yo sólo soy una sombra detrás de ellos.— Los ojos azules de la chica iluminados por la luna quedaron atrapados en la mirada celeste del slytherin. 

—También soy feliz contigo...más de lo que crees.— Malfoy retiró su mirada de la luna y la centró en sus ojos. —No eres una sombra Draco, si fuese cierto ahora mismo no me habría negado a salvar a Harry solo por venir a verte y disculparme. Si fueses una sombra pasarias desapercibido por muchos pero no por mí...eres lo único que llama mi atención, más que cualquier clase de esta escuela— ambos soltaron una carcajada. 

—Adde, tengo que decirte algo y sé que después de esto me odiarás o puede nunca más vuelvas a confiar en mí.

—Te escucho— ella acomodó sus brazos en el valcón de piedra y esperó a que Draco rompiera el silencio.

—No recuerdo la hora en la que te marchaste, pero, recuerdo que te dejaste tus cosas bajo el árbol, incluyendo tu diario...¿Es eso lo que piensas de mí?— La chica se avergonzó de sus propias palabras en ese diario y retiró la mirada del chico para después preguntarle nuevamente.

—¿Cuánto leiste?

—todo el apartado de "¿Qué pienso sobre Draco Malfoy?"— él sonrió sin quitar la mirada de la chica esperando una respuesta.

—Es cierto, sí, pero no debiste haberlo leído, no todo es cierto, yo no-

—No me importa, debó admitir que el principió no me agradó pero el final me pareció bastante atractivo para una sangre sucia como tú— bromeó el rubio.

𝑴𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝑯𝒐𝒈𝒘𝒂𝒓𝒕𝒔 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐.𝑴 & 𝑪𝒆𝒅𝒓𝒊𝒄.𝑫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora