𝓽𝓮𝓷

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ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 10
(ғɪɴᴀʟ)

—¿Qué paso?, ¿Dónde está Ron?— Harry miró confuso a su alrededor, ya no era tan tarde y la oscuridad ya no se reflejaba en las vidrieras ni en las ventanas de la enfermería

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—¿Qué paso?, ¿Dónde está Ron?— Harry miró confuso a su alrededor, ya no era tan tarde y la oscuridad ya no se reflejaba en las vidrieras ni en las ventanas de la enfermería. Todo lo contrario, la luz del sol atravesaba el cristal e iluminaba las sábanas de las camas junto al rostro de Adelaide. 

—Las siete y media, ¿Dónde estábamos a las siete y media?— preguntó la castaña con prisa.

—No lo sé— le respodió el azabache.

—Íbamos a la casa de Hagrid— dijo la oji-azul.

—Vamos, no podemos ser vistos— Hermione agarró los brazos de ambos y tiro de ellos hacia las afueras de la enfermaría hacia la casa del semigigante.

El trio corrió por el castillo hasta llegar a la gran fuente llena de cuervos ruidosos y los restos de madera del acha que antes había sido afilada allí. Se adentraron en el pasillo de arco, más bien un puente que conectaba el castillo con el bosque prohibio y la casa de Hagrid junto al lugar donde daban clase de cuidado de criaturas mágicas.

—¡Hermione!, ¡Hermione espera!— dijo Harry impulsando sus piernas hasta el borde del puente 

—¿Cuál es el plan?— dijo la oji-azul agitada por la carrera.

"¡Cucaracha vil, odiosa, perversa!" Hermione le paró los pies a sus dos compañeros y se observó a sí misma darle un puñetazo al chico rubio. Ahí, Ade se dió cuenta de que Draco le había mentido sobre su moratón en la cara.

La oji-azul agarró a sus compañeros con violencia y gran velocidad hacia unos arbustos ya que ella misma estaría por llegar para atarse los cordones y seguido encontrarse con Draco. Ella observó como Draco se dirigió a ella y viceversa. Ella se quedó paralizada en su mirada azul y en su atractiva sonrisa.

—¡Ade vamos!— gritó Harry haciendo que ella bajara de las nubes.

La oji-azul bajó a tierra y se reunió con Harry y Hermione detrás de unas placas de piedra donde observaban a los clones de Hermione, Harry y Ron bajar la colina hacia la casa de Hagrid donde se hallaba al hipo grifo atado por una cadena y rodeado por bastantes calabazas.

—Mira, BuckBeack sigue vivo— dijo Harry con una sonrisa.

—Por supuesto que lo esta, ¿Recuerdas lo que dijo Dumbledore?.

—Si tenemos exito salvaremos más de una vida inocente— ella observó al hipogrifo después de recitar las palabras de Dumbledore que ella misma no recordaba haber oído. De alguna manera lo sabía y su colgante se iluminó.

Hermione sonrió mirando su colgante, había dado en el blanco. Los chicos corrieron cuando vieron que sus clones entraban en la casa de Hagrid tranquilamente. Ellos se escondieron tras una piña de calabazas cerca del bosque, casi rozando algunas de las ojas de los puntos más bajos de los árboles.

𝑴𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝑯𝒐𝒈𝒘𝒂𝒓𝒕𝒔 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐.𝑴 & 𝑪𝒆𝒅𝒓𝒊𝒄.𝑫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora