[ √ ] Don't say | 2Jin

Capítulo 07

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Meses antes del suicidio.

Kim Jungeun.

Dejo escapar el humo de mis pulmones, expulsandolo frente a los ojos de la azabache que me miraba expectante, en busca de algo— ¿Qué necesitas Hyunjin?— Preguntó tirando la colilla del cigarro al suelo, mis ojos divagaron por su cuerpo hasta terminar en sus muñecas, una mueca de disgusto se forma en mi cara—, ¿Volviste a cortarte?— Al ver las cicatrices y algunos, nuevos, cortés me agachó a la altura de la omega, negando con la cabeza tomó la tela de la manga del abrigo que Hyunjin llevaba puesto para protegerse de la fuerte lluvia.

—¿U-usted sabe donde se encuentra HaSeul unnie?— Rápidamente pregunta esquivando mi mirada, muerdo la punta de mi labio superior y asientó con la cabeza.

—Está al final del pasillo del segundo piso, sube las escaleras del ático y la vas a encontrar en la terraza— Me levanté sin intentos de molestar a la omega, tomó otro de los cigarros que la caja blanca y roja contenía, agarrandolo entre mi dedo índice y corazón—. ¿Para que la buscas?

—Y-yo— La menor tartamudeo hundida en nervios—, t-tengo que ver algunas c-cosas para la c-casa— Mintió a lo que puede descifrarlo gracias a la pequeña arruga que se posó sobre el extremo derecho en su frente, aquello siempre sucedía cuando algo le molestaba o mentía.

—Está bien— Susurró en un hilo de voz—, ve con ella.

Alegremente o por lo que podía llegar a ver, fingiendo alegría dejo un beso sobre mi mejilla, marcando su rojo labial en está— Gracias u-unnie— Murmura pasando a mi lado perdiéndose entre los ambientes de la casa. Suspiró volviendo a unir mis labios con la colilla del cigarro, di una calada y aleje el palo de mis labios, el aire se esfuma apenas abro mis labios, mi vista vagaba nuevamente por las calles de Corea, se podía decir que nada nuevo lograba suceder aquel día, todo parecía relativamente normal como las semanas pasadas. Esa tarde Jinsoul había llevado a nuestra hija, Jung Rena, a la casa de mis padres para darles una pequeña visita luego de meses de no verlos, por lo tanto no podía pasar la tarde junto a mi familia y todo se volvía un poco más pesado. Toso torpemente al ver como Jiwoo se acercaba a mí a duras penas, casi inconsciente, sin dudarlo suelo el cigarro y lo tiro en el suelo para correr hacia la morocha.

—¡Jiwoo, ¿Qué te sucedió?!— Preguntó tomándola entre brazos, a pasos lentos gracias al peso de otra persona en mis brazos, nos introduzco en la casa.

La dejo sobre el sillón haciendo que su cabeza se reposará sobre uno de los cojines que lo decoraba.

—J-jungeun— Susurra antes de cerrar sus ojos con fuerza, cayendo desmayada. Trago en seco y miró a todos lados sin saber que hacer, era una de las primeras veces que me encontraba en una ocasión como aquella.

HaSeul, quien bajaba las escaleras, se acercó a ellas rápidamente con Hyunjin persiguiendola por detrás, la alfa tomó de la mesada de mi casa un par de pañuelos, los cuales le entregó a Kim, se agachó y abriendo las puertas de la mesada saco una botella de alcohol. Tomó uno de los pañuelos y lo mojó con algo de alcohol— Esto servirá para que este consciente— Rápidamente me entrega el pedazo de papel, el cuál posicionó bajo la nariz de la omega. Con el paso del tiempo, los brazos de Jiwoo se aferran a mi cadera, enterrando sus dedos en esta, dejó escapar un gemido del dolor intentando de separarla.

—Jiwoo, me lastimas— Sus ojos se abren rápidamente y se separa avergonzada.

—Lo lamentó— Susurra.

—¿Nos dirás que te sucedió?— Jo se acercó hacia nosotras con notoria preocupación ante el estado de nuestra compañera de banda.

—N-no lo r-recuerdo— Los ojos de la morocha se humedecieron, envolví mis brazos en su cuello a lo que aferro su cabeza a mi pecho, rompiendo en llanto.

—¿No p-puedes hacer m-memoria?— Preguntó la azabache a lo que le di una mirada negando.

—Es mejor esperar hasta que lo recuerde sola— Se encoje de hombros asintiendo levemente, HaSeul se sienta en el sillón que estaba a un lado nuestro y se cruza de brazos expectante.

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La noche cayó rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos, Jinsoul ya se encontraba en la casa preparando la cena para las nueve chicas que esperaban fuera de la cocina para comer— ¿Necesitas ayuda en algo Soullie?— Preguntó apoyando mi mentón sobre su hombro mientras aferro mis brazos a su cadera, verla cocinar con tanta tranquilidad era sigo que admiraba.

—No Lippie— Respondió la menor, suspiro y la miro preocupada.

—¿Pasa algo?— Me aleja de ella y se da media vuelta, logrando conectar nuestras miradas.

—Sabes que Rena quería que tu fueras quien la acompañará a ver a sus abuelos— Habla cruzándose de brazos, pasó una de mis manos por mi pelo acomodandolo—, debes hablar con ellos y resolver sus diferencias.

—No voy a hacerlo, ellos no aceptaron que estuviéramos juntas— Murmuró—, entonces su opinión no me importa.

—Jungeun son tus padres.

—No me importa— Me encojo de hombros sentandome sobre una de las sillas de la cocina.

Suspira rendida a lo que sonrió, pega media vuelta y se concentra en terminar de cocinar la comida, recuesto mi mentón sobre la palma de mi mano pero toda la tranquilidad se esfuma al escuchar cómo cosas se rompen contra el suelo, los gritos de alguien en busca de ayuda se hacen aún más fuertes y pude entender que Jiwoo era la dueña de aquellos gritos.

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—¿¡Qué sucede?!— Preguntó alarmada al ver el desastre en el living, Hyunjin me miró aterrada escondiéndose bajo la mesa.

—¡J-jungeun!— Chaewon me llamó apuntando hacia un lugar en específico, con mi mirada logre seguir el dedo hacia donde este marcaba.

Jiwoo retrocedía con su novia, Ha Sooyoung, persiguiendola.

—¿Qué haces Sooyoung?— Preguntó calmada a lo que diez miradas caen sobre mí.

—Está idiota quiere terminar conmigo— Susurra mirando con desprecio a su pareja, Kim se hace un bollito sobre su lugar.

—Debería hacerlo, nadie merece que lo traten de la forma en la que tu la tratas.

—¿Ahora me vienes as decir como debo tratarla?— Ha dejo escapar una carcajada—, tu ni siquiera pasas tiempo junto a tu familia.

—Por problemas que intentó resolver y trabajo— Completo su frase sin molestia alguna—, pero tu te estas excediendo, ¿Qué fue lo que Jiwoo te hizo para merecer ese trato de tu parte?— Preguntó acercándome a la pelicorta.

—Es una perra— Escupió con disgusto—, merece morir por intentar de terminar conmigo.

—Créeme la única que merece morir aquí son tus comportamientos infantiles— Respondo—, déjala decidir un poco por ella sola.

—Pensé que te pondrías de mí lado.

—Créeme, no me pongo del lado de idiotas que no saben lo que dicen.

El primer golpe fue dado en mi mejilla y dos cuerpos se desplomaron sobre el suelo.