[ √ ] Don't say | 2Jin

Epílogo

🎭

actualidad.

cerrar sus ojos y sentir como una fría ráfaga de viento chocaba contra su rostro era lo que más la despavilanba. Heejin se encontraba reposando frente a la tumba de su esposa, de sus labios salían dulces tarareos los cuáles lograban tranquilizar a Rena, quién jugaba entretenida con sus cabellos.— ¿cuándo vamos a irnos?— preguntó dándole una ligera mirada.

—Jinsoul debe venir a buscarnos— murmuró con la vista pegada a las rosas sobre la lápida, sonrió dejando que un par de lágrimas se desprendieran de sus pestañas. luego del accidente ocurrido meses atrás, en dónde un auto logró atropellarle, Heejin perdió cualquier movilidad en sus piernas y le costaba montones poder recordar algunas cosas de su vida.

—¿la extrañas tía heekki?— la menor dejó el jugueteo para otro momento y con la mirada clavada en la más pálida fue capaz de distinguir lágrimas bajando de un fugas parpadeo por su mejilla. el dorso de su mano se pasó con suavidad por la mejilla de la mayor, limpiando el cendero que la gota había trazado.

—es difícil— susurró—, en lo más profundo de mi corazón sabía que todo esto iba a suceder— eligiendo las palabras con sutileza se digno a explicar—, mi comportamiento, el cómo ella me amaba y yo no, el cómo ella me esperaba para que le contará de mi día. todo de mi era malo, no hace falta que me lo recuerdes, se que yo fui la causante de su muerte. todos lo hacen siempre, lo único de lo que hablan es "Jeon Heejin fue la culpable de la muerte de Kim Hyunjin, que miserable.".

—no iba a recordartelo heekki, después de todo no me gusta ser mala.— habló encogiéndose de hombros sobre los muslos de la alfa, quién la observó sorprendida.

—en ese entonces, está bien.— respondió antes de volver su vista al frente, pero esa vez ni siquiera se movía.

el golpeteo de unos tacones sobre el suelo la hicieron girar con lentitud, encontrándose con Jinsoul— ¿cómo te sientes, Jeon? ¿estás mejor? ¿tu fiebre ya cesó?— con su mano acarició los largos cabellos de la castaña, aquello le enviaba calidez y podía sentir que por una vez en el mundo, alguien la quería sin importar que pasará, con algo de fuerza sus labios se acercaron a la mejilla de Jung, dónde planteó un casto beso sobre está.

—estoy mejor, gracias por preocuparte.— con una sonrisa respondió.

sin poder decir más palabras, Jinsoul tomó las manijas de la silla de ruedas y empezó a empujar, guiandolas por el cendero que las llevaría fuera del cementerio dónde Hyunjin había sido enterrada hace un par de meses. Heejin miraba detenidamente casa una de las tumbas, algunas abiertas de par en par, otras cerradas pero lo que más llamó su atención fue como algunas tumbas estaban llenas de flores y de pequeños garabatos de cadáveres que, algún día, fueron tatuados en ellas. Capaz en algún momento de su vida, dónde no necesite la ayuda de nadie para empujar aquella silla de ruedas, volvería a visitar a Hyunjin y le traería un manojo de rosas, y también traería uno para su difunto esposo, Hyungke. cómo forma de pagó por todo lo que la menor soporto por largos años en los cuáles vivió a su lado, soportando golpes y maltratos de su parte.

—Jeon Heejin— Jungeun, quién bajaba del auto captó toda su atención al instante.—, te pregunte sobre que te parecía mejor para hacer hoy, ¿visitar a Yerim y a Hyejoo o ir directamente a casa para que puedas descansar?— volvió a preguntar mascando de forma agresiva su chicle de frutilla.

—creó que podemos visitar a Yerim y Hyejoo, quiero hablar con ellas y darles algunas pertenencias de Hyunjin.

—está bien, iremos a visitarlas.

su cuerpo fue cargado por Jinsoul hasta apoyarlo sobre uno de los asientos traseros del auto, en el que susurró un agradecimiento ante de u el acto para volver a perder su vista entre los pasillos de aquel cementerio. aún sentía la pequeña presencia de Hyunjin junto a ella, cómo si no estuviese dispuesta a dejarla, pero sabía que no volvería.

—espero que gracias a esto puedas entender cómo tus actos afectan a los demás Heejin— Jinsoul masculló sin siquiera mirarla.

Con el corazón en la boca comprendió que, tal vez, el remordimiento de aquel suicidio la seguiría por el resto de su vida, porque comprendió que lo tuvo todo pero ya era demasiado tarde para volver el tiempo atrás.