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"Así el hilo que los une, se hace más y más fuerte con el tiempo, superando cualquier razón. Aquellos unidos a ti por ese hilo, arriesgaran su vida."

🌻







Disculpa por llegar tarde, es que me encontré algo en la calle.— el peligris dejó el paraguas en la entrada, realmente llovía muy fuerte.

—No hagas esto otra vez, no me des esas excusas baratas.— no podía procesar la situación, ¿en serio había llegado tarde a su aniversario?

—Supuse que dirías eso, así que traje lo que encontré en la calle como evidencia.— saca de su mochila un tierno gatito.

Era de tamaño medio, blanco y gris, ojos color miel, un poco sucio debido a donde estaba pero era realmente muy lindo.

—Kakashi, apenas entramos tu y yo aquí, no podemos tener mascotas.— a pesar del reclamo, agarró al felino con ambas manos y lo arropó en su pecho.

—Ves?, ya hasta se llevan bien— bromeó acariciando su peluda cabeza, volvió su vista al menor viéndolo serio nuevamente —Lamento llegar tarde, te lo recompensaré— lo toma de la mejilla delicadamente para verlo más de cerca.

—Creo que este pequeño lo recompensa.— el moreno baja a su -ahora- nueva mascota —Son solo cinco años, no es importante.

—Me harás sentir mal, ya no digas nada más— el peligris abraza a su pareja y lo besa.

Varios besos pasaron, varias manoseadas, varios chupones en cuello y hombros, varios gemidos y un mismo placer.

Ambos estaban desnudos en su cama, abrazados mientras el mayor acariciaba suavemente la espalda de su amado, escuchando la tormenta de afuera.
El felino también se encontraba allí, durmiendo plácidamente en los pies de la gran cama, era tan perfecto.

Habían empezado su relación a los quince años, obviamente el peligris dio el primer paso, pero Iruka también estaba decidido por sus sentimientos por lo que ambos comenzaron a salir con completa confianza.

Ahora con veinte años, habían formado algo realmente hermoso, la típica relación envidiable y que todos quieren.

—Me dieron el trabajo en el instituto, empezaré como profesor de reemplazo— soltó el moreno sin más, mientras seguía haciendo circulos en el pecho del contrario.

—Felicidades— su pareja lo abrazó fuerte —Serás el más joven de ahí sin duda.

—Sí, lo sé, será muy abrumador— el menor sonrió viéndolo —Deberías venir también.

—Los niños no son lo mío.— soltó sin más.

Obvio que ya lo sabía, pero no perdía nada en tratar de convencer a su pareja.

—Sí, sí, pero no te pido que te encariñes con ellos, solo piensa en que volveremos juntos a casa.— el abrazo se tornó más cálido —Ya no llegarás tarde.

Honestamente, no era su culpa que las cosas más insólitas le pasen justo yendo al trabajo o volviendo a casa, la semana pasada, la vidriera de un local se rompió justo antes de que él pasara porque un maniquí de adentro se cayó, corrió para impedir que los cristales no lastimen a una señora y su perro que justamente pasaban por ahí, pero a causa de eso, su ojo izquierdo recibió una buena cortada y actualmente tiene una gran cicatriz.

Llegó tarde al trabajo.

—Supongo que tienes razón— los tapó a ambos con las sábanas —Feliz aniversario, Iruka.

El moreno sonrió de oreja a oreja y lo abrazó fuerte para finalmente, quedarse dormido.

Acuarela 水彩 | KakaIru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora